III Lustres

Habría que verlo contra algún que otro champagne. Lo encuentro muy completo. Desde luego que lustre tiene, pues brilla con luz propia. Packaging perfecto.

Ofrece un color dorado unido a algún reflejo verdoso, buen brillo, burbuja media de inicio algo anárquica que acaba cediendo paso a un rosario fino y constante.

Fruta blanca y membrillo en nariz, frutos secos (avellana) y bollería, tostados que van creciendo con la aireación de forma equilibrada. Limpieza cítrica que ayuda a dicho equilibrio.

Entrada fresca, paso untuoso, cremoso, gordito en boca en cuanto al masticar de su burbuja y su integración, muy sabroso y equilibrado conjunto, con sabor y amargor de la piel de la fruta blanca (pera, manzana). Más fresco en esta fase.