Botella borgoñona con etiquetas modernas y cierre de corcho suficiente (no es superlativo en longitud y anchura pero sí válido). Parte interior bañada en vino rojo picota oscuro que huele muy bien.
Visual: rojo picota de capa alta, ribete rojo cereza-granatoso-transparente que denota que es un vino joven pero con cierto tiempo de evolución en botella ya. Se observa un vino denso y glicérico con muy buena y abundante lágrima. Limpio y brillante.
Nariz: fruta roja muy madura de buena intensidad con notas de sutil fruta pasificada, aromas a miel, anisados, flores violetas, mineralidad, toques vegetales y herbáceos (hinojo y matorral). Buena complejidad pero donde priman, sobre todo, los aromas primarios a fruta muy madura sobre la madera.
Boca: entrada suave, sedosa, carnosa, de muy buen volumen y estructura, taninos dulces y aterciopelados, presentes pero pulidos y nada astringentes. Buena acidez. Vino goloso y equilibrado: equilibrio entre frescura (por su acidez) y calidez (por la madurez de la fruta) que lo hace muy agradable de beber. Se mascan las uvas. Final bastante largo que deja un excelente rastro a fruta roja casi pasificada, mieles, notas minerales y herbáceos en retrogusto y retronasal.
Excelente vino con muy buena RCP (aunque su precio en tienda ha aumentado en un par de años de los 9.5-10 a los 11.50-12 euros ya). Merece la pena en cualquier caso. Está en momento óptimo de consumo ya pero seguro que aguanta perfectamente 2-3 años más (conservado adecuadamente, claro).
Ayer probé ya este vino embotellado y quiero felicitar a los elaboradores, porque esta nueva visión me ha encantado. El vino se bebe solo, la prueba del algodón, más allá de notas de cata y críticas, de la bondad de un vino. Que cuatro personas se acaben una botella antes de que les sirvan el primer plato, y eso que fueron rápidos en el restaurante, es buena señal.
En copa parece un vino más denso, más carinyena, con ese matiz rojo que da la carinyena de acidez y frescor.
En nariz volvemos a sorprendernos, esta vez con la garnacha, floral, mineral, diría que bastante mineral, afrutado y con notas de hierbas típicas de la zona, de alta montaña, como pueden ser los romeros, o las jaras que adornan los roquedos de estas prioratinas montañas. Algo de anís o hinojo. Sutil, fresco otra vez.
En boca hay terciopelo, el terciopelo ligero de la carinyena, bien por este aspecto.
El retronasal es más que intenso.
El precio, absolutamente maravilloso.
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