Del restaurante poco que decir, un sencillo restaurante especializado en comida leonesa, de hecho prácticamente en todas las mesas le estabamos dando al botillo. Ya sabíamos adonde, y a lo que íbamos, así que con la experiencia adquirida en Can Miá, el vino y la cristalería nos la llevamos de sobaquillo.
Y vamos al grano.
Tal y como prometió, el amigo Francesc acompañado de María se pasó a tomar una coca-cola con nosotros, como es normal en Verema, a un tío que se toma una coca-cola, se le destierra a la mesa de los proscritos junto con “el Baneao”, mesa fácil de distinguir ya que ni siquiera dispone de mantel, y donde huelga decirlo, vinos y orujos brillan por su ausencia.
Aparte de Francesc, se pasó por allí el amigo Ayub, un simpático senegalés al que afortunadamente su religión le prohíbe beber alcohol, digo menos mal, porque se zampó medio vaso de ginebra entre otras bebidas prohibidas por su religión, aunque eso sí, ¿madre que será lo que tiene el negro?..... nos colocó un tambor y varias baratijas más a un excelente precio. (según nuestras mujeres).
Como colofón y aunque no acabo de entender qué tiene que ver El Botillo, y Los Ancares Leoneses con Sevilla, en lugar de con muñeiras, la Gran Botillada de L’Hospitalet, acabó por sevillanas.
El Acompañamiento
El Botillo
Fuente de embutidos
¿La cristalería también os la trajisteis "de sobaquillo"? Mis amigos me llaman friki cuando me la llevo al monte si vamos de barbacoa o cuando salimos a navegar. Pero llevarla a un restaurante jamás lo he hecho (de momento).
Y no es la primera vez, ya lo estamos convirtiendo en algo habitual.
Y por ejemplo esta fue una de ellas,
https://www.verema.com/blog/eugenio/847505-bulli-can-mia-dos-caras-misma-moneda-ii
¿Te imaginas esos vinos y espumosos en copas duralex?
Lo habitual en verema tengo entendido que es comentar y valorar una visita en concreto, pues bien en esta ocasión el entorno gracias a la compañía y al buen rollito fue excepcional, como casi para diez, puntuación que sin duda alguna sería muy diferente en una visita normal, una visita sin los amigos, sin nuestras copas, sin nuestros vinos, sin "El Baneao", sin el moreno Ayub, y sin acabar la fiesta con unas sevillanas.
Así amigo José que, un restaurante sencillo de los de menú diario para gente trabajadora.
Si se que va a estar el amigo jcarlos , te hubiese manadao un recao pa el , si es que todos los peligrosos sos juntáis , mira ya tenemos algo en común , los dos hemos estado vaneados , asi que el botillo del que hablamos era este , hay que tener buen estomago , no se yo , y luego por unas verduritas te achantas .
Pues si, cristalería también de sobaquillo, friki, friki, friki, y no veas las miradas de los lugareños, porque el personal ( incluido el senegalés ) era de lo más peculiar, suerte que esta vez no llevamos decantadores.
A mi no se me hubiera ocurrido el sobaquillo cristalero, pero es como el de la bebida, al principio te extraña, pero al final te acostumbras y te parece hasta normal, aunque en las 2 últimas experiencias ( Can Miá y esta ), el alucine del personal fue importante.
Pues en las fotos se veía todo como más rojo apimentonado, no? Ya veo que fue un botillo "light", jeje. Un abrazo!
Ferran
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