Restaurante El Cencerro en Gijón
Restaurante El Cencerro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
50,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo completo y lunes al mediodía.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
61 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.0
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
6.3
RCP CALIDAD-PRECIO
6.3
Opiniones de El Cencerro
OPINIONES
3

Somos de Gijón y ya habíamos acudido otras veces a El Cencerro a comer o cenar, ya que vivimos cerca, y sobre todo porque es uno de nuestros sitios preferidos en la ciudad. Sin embargo, la semana pasada fue la mejor de todas las visitas que le hemos hecho a Damián y Viviana.
Como siempre, nos sentamos en la parte de atrás del local, en una mesa coqueta, íntima y reservada, perfecta para disfrutar de la velada con la persona elegida para la velada. Nada más llegar, se nos ofreció bebida, para ir empezando a abrir boca; tomamos una caña y un rueda Prado Rey verdejo 2012. Pocos minutos despúes, llegó el pan, con sus cuatro variedades a elegir entre maíz con pipas, blanco, con aceitunas negras o integral. Tras esto, comenzamos con un delicioso aperitivo de espuma de patata con fritura de almendra morcona y crujiente de patata violeta, realmente suave y perfecto en su contraste con la almendra.
El primer plato fue Steak Tartar, inigualable; venía acompañado por helado de mostaza, brotes de cebolleta y 5 tipos distintos de mostaza de Dijon, así como unas pequeñas tostaditas para unirlo todo. Realmente exquisito.
Para continuar, yo pedí el Rabo de Toro deshuesado con puré de patata trufada, que resultó realmente sorprendente, ya que su fina presentación (el puré llega en un botecillo de cierre hermético, que cuando se abre desprende un olor delicioso a trufa) y los aromas lo hacen realmente sabroso. Mi acompañante comió una ración de Kobe (o Buey Wagnyu), que salió acompañada de una fuente pequeña de patatas fritas y en el punto correcto, pudiendo ser más cocinada en el plato caliente sobre el que llega.
Como todavía teníamos ganas de más, pedimos el Souflé de Avellana con jengibre en diferentes texturas (helado, confitado y crujiente), decorado con pétalos de rosa confitados. Un postre realmente especial que, aunque no es del gusto de todo el mundo, hace que el paladar experimente nuevas sensaciones y su dulzor y contrastes están muy bien conseguidos.
Todo esto lo acompañamos con una botella de Alonso del Yerro 2009 (tempranillo)
Cerramos la cena con dos cafés y dos Gin Tonic, uno de ellos Tanqueray Ten con Fever Tree y el otro Bulldog con Fentiman.
La cuenta ascendió a 157,4€
Caña: 2,20
Rueda: 2,20
Pan(2): 4
Steak Tartar: 24
Rabo de Toro: 24
Kobe: 51
Postre: 7
Vino: 24
Café: 3
Gin tonics: 16

Sin duda alguna es un lugar incomparable, al que volveremos más veces a disfrutar de la atención, el cuidado en los detalles y la calidad de la cocina y el servicio del lugar. Un 10 sobre 10.

Reservamos con antelación en el Cencerro por comentarios que nos llegaron sobre su cocina.
La zona de la calle no le hace,de entrada ningún favor.
Eramos tres comensales y compartimos todos los platos.
para entretener la espera nos trajeron un aperitivo que consistía en un lomo de sardina macerado con trocitos de ajo y manzana.
Comenzamos con unas CROQUETAS DE CENTOLLO CON ESPUMA DE TINTA DE CALAMAR(10E).Las croquetas tenían un sabor demasiado cargado que las hacía muy pesadas. La espuma de tinta de calamar por el contrario estaba con una buena textura y un sabor delicado.
Seguimos con un FOIE MICUIT CON CEBOLLA CARAMELIZADA(19E).Nada destacable.Si acaso el olvido de no traer el pan tostado para acompañarlo.
Continuamos con el mejor plato sin duda de la cena.Un TATAKI DE BONITO(21E).Sublime en cuanto a sabor y presentación.
Para finalizar acabamos con una PICAÑA o puntapierna(52E.2Raciones). Vinieron acompañadas de una fuente de patatas fritas. La carne correcta sin excesos.La cantidad para ser 2 Raciones fue escasa.
Se pidió un postre concretamente un COULANT(6E).Algo falló de nuevo. Sabiendo que el tiempo de preparación del mismo es de 10-15 minutos se deberia de haber previsto comentándolo antes de acabar el último plato para que hubiera salido a continuación y no hubiera que esperar en demasía como así ocurrió.Correcto sin más.
Para beber Vino. SIERRA CANTABRIA CUVÉE(21,80E)y un ARTADI VIÑAS DE GAÍN(22,90)
AGUA(2,50E)
3de PAN(6E)
4 CAFÉS(6E)
TOTAL FACTURA 167,20E.
En definitiva una cocina con pretensiones que no llega.

Sorprende esta taberna.

En primer lugar por el trato tan cordial y educado -nada tabernario- con el que recibe el personal de la sala, liderado por Damián, el copropietario junto con su esposa Viviana (la responsable de los fogones).

En segundo lugar, porque a pesar de sus reducidas dimensiones y de un 'atrezzo' originariamente tabernario que incluye una pequeña pero concurrida barra, no dejan de verse y sentirse constantes detalles de buen gusto: mantelería en buen estado, vajilla variada con piezas clásicas y modernas que se adaptan al estilo de lo que se sirve en ellas, cristalería de Riedel para los vinos, agradable cubertería que incluye unas incisivas 'facas' para las carnes... todo ello en un ambiente sin humos ni olores, correctamente atemperado, y sin la maldita y vociferante TV con su omnipresente fútbol, que son sustituidos por un agradable fondo musical que permite mantener el tono de la conversación humana en umbrales impropios de nuestras latitudes.

Aún no habíamos empezado a comer, pero todo lo previo constituye una agradable sorpresa, como decía al principio.

La carta de vinos es variada y también inusual: una lista ecléctica que no dejará indiferente a ningún buen 'libador', con precios realmente contenidos... sobre todo cuanto más alto se apunta. En esta ocasión tomamos Almirez, un corpulento y sabroso tinto de la D. O. Toro que se acopló muy bien al menú elegido.

Nos ofrecieron 4 variedades de pan (trigo, integral, maíz y con olivas negras) que vamos probando a lo largo de la cena y resultan un muy grato acompañante. También disponen de pan sin gluten.

Tras la elección de los platos, nos obsequian con un sabroso aperitivo: un vasito de espuma de coliflor con aceite de pimentón.

Compartimos 2 entrantes: un delicioso 'steak tartare' (receta casi en el olvido gastronómico, que aquí ejecutan con maestría) acompañado de un quinteto de mostazas (una de las cuales, en forma de helado, ayuda a dejar limpia y fresca la boca para el siguiente bocado) sobre una pizarra; y unas setas silvestres (su disponibilidad varía con el mercado: nos pusieron pie azul, lengua de vaca, angula de monte y rebozuelo) con perfecto punto de plancha.

Continuamos con pescados: mi pareja tomó unos lomos (desespinados) de salmonete con un 'falso risotto' (suculenta guarnición, hecha en realidad con granos de trigo tierno) y yo unos medallones de mero (que hacían honor al refrán castizo) con un suave 'parmentier' de patata: el punto de cocción de los dos pescados (algo que se demanda al cliente en la toma de la comanda) se avino a nuestros deseos de textura poco hecha.

Compartimos con placer, como postre, un sorprendente 'coulant' de avellanas con helado de café.

Para terminar, buen café ('Stracto') y una gran selección de licores entre los que destaca la variedad de ginebras y tónicas y el buen tino para combinarlas.

En resumen, hoy por hoy una dirección imprescindible para quien desee comer bien y sentirse a gusto en Gijón.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar