La perfección silenciosa

Tercera visita tras las realizadas en Noviembre de 2010, y Junio de 2012. En esta ocasión realmente hemos tocado el cielo de la gastronomía, levitando de principio a fin. Durante la comida, se provocan miradas entre los comensales de asombro, de placer, de felicidad.

Comenzamos “comiéndonos el mundo” viajando por Corea: Pan frito con panco y panceta con salsa de soja, tirabeques, kimchi y aceite de sésamo; México con el burrito de mole pueblano y guacamole, por China con las verduras encurtidas con crema de ciruelas, por Marruecos con la almendra, rosa, miel, azafrán, ras el hanout y yogur de cabra; y acabando acabamos en Perú con el caldo de ceviche. Destacamos los desplazamientos a Corea y Perú, este último una bola que al meterla en la boca explota para depositar un ceviche líquido con toques de pisco.

Volvemos al mediterráneo para esas olivas caramelizadas con anchoa. Simbología y vínculos en la primera muestra clara de Jordi en un snack salado. Y del territorio al barrio, a esas mañanas de vermú con la tartaleta de camarones y el bombón de carpano y sésamo negro. Nunca algo tan fino tuvo tanto gusto. Se seguiría con la tortilla de caviar de arenque; una explosión de jugosidad vía esa textura líquida tan sorpresiva. Genialidad.

Pasamos a una trilogía de la trufa, de la tierra compuesta por la comtessa de espárragos blancos y trufa en forma de oreo; luego la trufa que se busca en el bosque y acabamos con el brioche de la misma. Tres bocados en el que despunta el segundo bocado. Concentración y prolongación del gusto.

Los snacks parecen un menú en sí mismo, un recorrido que finaliza con otro trio, porque aquí casi todo viene multiplicado (X3). Se saborea el mar con el ceviche de berberechos, el escabeche de percebes al laurel y albariño, y erizo de mar a la brasa. Tres bocados ascendentes de yodo que me hacen disfrutar a raudales; es lo que tiene ser hijo de marinero. La cucharada de percebes se convierte en uno de esas degustaciones generadoras de memoria gastronómica que reflejan sutileza, potencia y maridaje. La vajilla es la culminación de la experiencia aumentando las percepciones sensoriales.

Primer acto de este festival, y ya respiramos recuerdo.

Empezamos el Menú Festival con el consomé vegetal, puré de calabaza, chirivía, confitura de membrillo, nabo, zanahoria, patata violeta, comté, ñoquis de boletus, edulis y tofu de avellanas. El consomé a baja temperatura y en vacío (Roner) durante tres horas resulta ser un ligero punto y aparte; un pequeño volver a empezar donde el caldo es hilo conductor de una multitud de ingredientes que nos recuerdan a platos vegetales míticos de Aduriz, y Martin Berasategui. Una sopa tibia plena de innovación.

La alfombra de castañas con anguila es una caricia para el paladar, puro mimo con toques ahumados y ligeramente ácidos. Textura sugestiva que en boca se deshace provocando un arrumaco sápido. Talento; y ese deseo continuo de ir siempre más allá.

Partiendo de la tradición catalana de degustar los calçots asados, se presenta el siguiente plato en dos actos. Antes disponen en la mesa una piedra en semicircunferencia de la que emana un humo que contextualiza el “momento calçot”. A continuación un calçot liofilizado, sin nada de agua, por lo tanto de menor volumen, totalmente crujiente y con todo su gusto. Ciencia y transversalidad. Como segundo acto calçots con alioli, ñora, destilado de tierra (Rotaval), polvo de calçot¸ perlas de cava….hasta diez elaboraciones para representar perfectamente este plato tan cómplice catalán. Una muestra de la evolución de la cocina tradicional catalana que nadie como los Roca realiza en la actualidad. El campo de forma delicada en la mesa a partir de un infinito ingenio.

Trilogía vegetal y frutal que cede el paso al mar Mediterráneo, al cual Joan ha dotado de muchísimo protagonismo en este menú con nada menos que seis secuencias. Empezamos con la caballa con encurtidos y huevas de mújol. Marinada en azúcar y sal, acompañada de una salsa realizada con sus espinas, pieles, vino blanco y limón que proporciona hondura, y duración de las sensaciones. Ingredientes típicos de una salsa, pero alcanzado otro nivel. Los encurtidos como la guindilla y la alcaparra proporcionan una deliberada acidez que da equilibrio a este conjunto estético donde se representan con la salsa esas líneas irregulares que nos recuerdan la figura de la caballa.

La ensalada de anémonas, navajas, espardeñas y algas escabechadas que viene maridada el Flower Power Equipo Navazos 44. Ímpetu marino mediante un fondo de algas y anémonas, de elevada finura. Cierro los ojos, luce el sol, y estamos en un barco en el medio del mar donde se degusta lo que se pesca. Me emociono, momento mágico de placer que vuelve a estimular esta pasión gastronómica. Gracias.

Nos demuestran el alcance de la excelencia en lo popular con unos pulpitos con cebolla, tanto caramelizada como fermentada (Korea). Suaves, dulces, sabrosos.

A continuación una muestra de producto con un plato que parece convertirse en un clásico de marcada evolución. “Toda la gamba”. Una muestra de máximo partido. Patas crujientes y sabrosas, cuerpos a la brasa delicados, el alma en ese jugo esencial que viene acompañado de algas, y de un bizcocho de plancton. Perfecta declinación de la más guapa de Palamós.

Pasamos a la siguiente secuencia que también se compone de tres actos, primero una cigala al palo cortado que se cocina tras verter palo cortado en piedras volcánicas (perfumecocción): aromas, sensación olfativa, maridaje; segundo una velouté de bisqué, sopa con todo el sabor del crustáceo para acabar con un caramelo de jerez (de nuevo la “mágica” trinidad). Otro plato que pasa de la sutileza al sabor más primario del producto.

Para finalizar este homenaje al mar, el lenguado a la brasa. A partir de un clásico, el típico lenguado con un refrito de ajo y perejil, y un poco de limón se compone este plato. El mosaico de colores que acompaña contiene perejil, ajo blanco y ajo negro. Punto excelente el del pescado con todos los secundarios aportando ese sabor tradicional. Clasicismo trasformado. Finura, belleza, gusto.

La estética llega a la cúspide en el mandala de ventresca de cordero lechal, coronado por esa flor de alcachofa que se completa pétalo a pétalo. Pura artesanía, detalles de idealidad. Además contiene mollejas, yogur de curry, remolacha, espinacas, nabo, limón, mandarina, moniato, hojas y flores. Sobresale por su livianidad, de nuevo aparecen esos mimos al degustarlo. Visualización y embocadura placenteras.

Sin duda la combinación de mayor contundencia, la más gulesca la encontramos en las morillas con tuétano y jarrete de ternera acompañadas de trufa y tendones. Un pequeño giro que vuelve a provocar miradas, manteniendo el embelesamiento que comienza a durar horas.

Y se concluye con la trilogía de pichón compuesta por una nube de arroz con el “corazón”, con la esencia, un paté de sus menudillos, luego su pechuga con y la “morcilla”, finalizando con un caldo servido en copa con un toque de jerez que pide poder beberlo a litros. Texturas excelentes, agradables casi esponjosas. Cuando la sustancia está en las vísceras, y la modernidad se aplica al academicismo.

Y a estas alturas llega el momento de Jordi Roca, sabedor de esta circunstancia, su genialidad debe transformase en magia en la mesa. El pequeño de la saga se disfraza de prestidigitador y nos sirve el helado de masa madre con pulpa de cacao, lichis salteados y macarrones de vinagre balsámico. Se sirve sobre una “masa de pan” que provoca movimiento, todavía tiene vida. Se esbozan sonrisas cómplices de gozo. Postre que transmite ternura, cariño, mimo.

Como giño a su ciudad, Girona, la manzana de feria. Pura belleza estética repleta de cromatismo: musgo, hojas caramelizadas. Paisaje simulado. Jordi pretende conseguir gestos de divertimento. La simple observación de la manzana estimula su ingesta, diría que hasta elimina las potenciales defensas del análisis. Tanto en el helado como en esta manzana, Jordi encuentra el alma del niño que todos llevamos dentro.

Ocho tipos de chocolate y sesenta elaboraciones conforman la Anarkía. Aleatoriedad sápida a partir de las combinaciones individuales. Una locura generosa.

Terminamos viajando como empezamos pero esta vez a la Habana. Mojito en texturas con candies de ron y ese puro con helado de humo representativo de la agudeza del tercero de esta saga. Fue la primera vez que el pequeño impresionó al mayor. Con ese puro, soy feliz.

En el aparato vinícola, elegimos el maridaje que consistió en los siguientes vinos: Drappier Brut Nature A.O.C Champagne (aperitivos), Joh Jos Prüm Kabinet 07 V.D.P Mosel- Saar- Ruwer (consomé de verduras), Kastanienbusch Rebholz 08 VDP Pfalz (alfombra de castañas), Matassa 11 Vin du Pays des Cotes Catalanes (calçots, caballa), Equipo Navazos 44 FLower Power D.O Jerez (ensalada de anemonas, pulpitos), Pedra de Guix 11 D.O Priorat (toda la gamba), Rar 09 D.O Priorat (lenguado a la brasa), Sant Antoni de Scal Dei 10 D.O Priorat (mandala de cordero, y morillas con tuétano), Viña Pomal 81 D.O Rioja (trilogía del pichón), Sake Katsuyama Gozenshu Gen (helado de masa madre), Malus mama 08 Naturalki Gozoa den Sagardoa (manzana de feria), Café Panama Varietal Geisha y PX Valdespino Niños D.O Jerez (anarquía chocolate). Solo nos quedó Borbogna para degustar las cinco zonas preferidas de la bodega de Pitu.

Pitu: Poesía, timidez, empatía, excelencia en la búsqueda del vino y la palabra. Jordi: Atrevimiento, magia, sentido del humor, el azúcar y la chispa en la cocina. Joan: Pausa, discreción, sensatez, escucha emocional, el cocinero eterno. Juntos son los número 1 dotados de un humilde realismo, los números 1 que no han querido un pedestal.

El próximo paso el estreno de “el Somni” = ”El Sueño” en primavera de esta año. Una opera culinaria vanguardista de 12 platos, un diálogo con la cultura como fuente de inspiración y creatividad. El destino estimular, sentir.

El Celler de Can Roca 2014: La perfección silenciosa.

Este si que lo tenéis que ver http://www.complicidadgastronomica.es/?p=3430

  1. #1

    JaviValencia

    Isaac, me alegra que hayas disfrutado de tan maravillosa experiencia. Has reflejado perfectamente en estas lineas la emoción vivida en esas horas.

    Saludos

  2. #2

    Isaac Agüero

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Gracias Javier

  3. #3

    Cervino5

    Enhorabuena Isaac por el comentario, como dice Javi refleja a la perfección la emoción que se siente en la mesa de uno de los mejores lugares del planeta. La descripción final de los hermanos es de traca (lo has clavado), el menu ha cambiado ligeramente desde diciembre, con propuestas muy interesantes.

  4. #4

    Isaac Agüero

    en respuesta a Cervino5
    Ver mensaje de Cervino5

    Sin que sirva como precedente en el post del blog podrás leer más contenido hondo en la descripción de todo el menu

  5. #5

    Silan

    Qué gran experiencia y qué gran crítica!
    Enhorabuena por ambas.
    Saludos

  6. #6

    Alberto.Freire

    Enhorabuena por ese enorme disfrute Isaac, y por contarlo de esa forma!!
    Me alegro de que la experiencia fuese redonda.
    Saludos.

  7. #7

    Isaac Agüero

    en respuesta a Alberto.Freire
    Ver mensaje de Alberto.Freire

    Agradecido que os guste esta lectura

  8. #8

    Antoni_Alicante

    Dos veces dos me he leido el post en tu blog. Allí te he dejado algo escrito. Isaac: ese pequeño gran hombre! Muuuuy grande!!!!

    Un abrazo

  9. #9

    Isaac Agüero

    en respuesta a Antoni_Alicante
    Ver mensaje de Antoni_Alicante

    Gracias TOni. Nos veremos en Valencia, y hablaremos de esas experiencias, de otras y de las que vendran

  10. #10

    oscar4435

    Sin duda el servicio y el entorno ayudan a ese diez.

  11. #12

    Isaac Agüero

    en respuesta a oscar4435
    Ver mensaje de oscar4435

    Por supuesto, claro que ayuda. Ya sé en que estás pensando y todo llega. Tu restaurante fetiche actualmente tendrá un cambio de local en verano, y seguro que se mejorará mucho. No olvidemos que El Celler tardó 20 años desde su apertura en estar donde estar.
    Por otra parte ya he visto que en facebook me denominas "mala lengua" :-)

  12. #13

    EuSaenz

    Pues creo que han mejorado algún vino del maridaje con respecto a la visita de Joan Thomas, el Kastanienbusch mejor el 08 que el 06 y ese PX Niños VORS que es uno de los mejores PX jerezanos (para mí el mejor junto con el Santa Ana de Hidalgo). Globalmente la sensación de dan es de mejora año tras año y ni ellos mismos conocen su techo. Y que sigamos viéndolo, claro.

    Un saludo,
    Eugenio.

  13. #14

    Isaac Agüero

    en respuesta a EuSaenz
    Ver mensaje de EuSaenz

    Con mi poco conocimiento de vinos; los dos rieslings espectaculares, y el maridaje de los postres: sake, Sidra, café, PX..diferentes, variado y acertado

  14. #15

    Jeronimo

    Ver tu cara de satisfacción rodeado de los hermanos Roca no tiene precio. Para todo lo demás, MasterCard.
    jajaja..... estabas como un niño con zapatos nuevos.
    Y para cenar, helado en el Rocambolesc.

  15. #16

    Jeronimo

    en respuesta a Antoni_Alicante
    Ver mensaje de Antoni_Alicante

    No recuerdo si te lo dije, pero por allí todo el mundo ha leído tu comentario.

  16. #17

    Isaac Agüero

    en respuesta a Jeronimo
    Ver mensaje de Jeronimo

    Como un niño si, con alguna copa de vino :-).
    Jerónimo la cara era de satisfacción porque me habían provocado.
    Un lujazo ese GT en la terraza, esas palabras/rocablos con Joan...
    Eres el mejor cicerone gironino....

    Mira también el post porque esta vez hay alli más descripción

  17. #18

    Antoni_Alicante

    en respuesta a Jeronimo
    Ver mensaje de Jeronimo

    Me sonrojo, jajaja

  18. #19

    Isaac Agüero

    en respuesta a Antoni_Alicante
    Ver mensaje de Antoni_Alicante

    Toni,

    Jerónimo imprime nuestros comentarios y los deja en recepción del Celler. Es nuestro Gran Jefe

  19. #20

    EuSaenz

    en respuesta a Isaac Agüero
    Ver mensaje de Isaac Agüero

    Sin duda, los vinos de JJ Prüm son referencia en el Mosela, con una capacidad de envejecer increíble y con una calidad legendaria, te pusieron un Kabinett, son vinos de muy bajo grado de alcohol, un ligero azúcar residual y una acidez muy fresca, ideales con platos exóticos. En cuanto al otro riesling es el pago superior de Okonomierat Rebholz, el Kastanienbusch, el viñedo de riesling situado a mayor altura de Alemania y sobre pizarra arcillosa. En la añada 08 es un vino magistral, con una acidez directa y una mineralidad prodigiosa.

    En cuanto al PX Niños, hablamos de una Solera de mitades del Siglo XIX y de un vino viejísimo, que puede superar los 60 años de vejez media. Concentración y equilibrios máximos, jugando con unos balances casi imposibles, con 500 g/l de azúcar residual.

    Saludos,
    Eugenio.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar