Al llegar a la puerta, de estilo bastante sobrio, no se espera el espacio que hay dentro y una decoración muy agradable y acorde con este tipo de restaurantes. Quizás la única pega en este sentido sea el escaso espacio entre mesas.
El nivel de la comida en general me pareció muy alto. Comida de estilo tradicional, y un sushi muy bien realizado (arroz con poco vinagre y relación arroz/pescado más que correcta) y con materias primas de muy alta calidad. Presentación impecable. Atención y trato también buenos.
La carta de vinos más que correcta y con precios no disparatados (pedí Chartogne Tallet Saint-Anne a 39€).
Postres normalitos, acompañados con un sake espumoso que nos recomendaron, que era curioso pero sin más.
Y como punto principal en contra el precio. Es caro, aunque no disparatado.
Recomendable para todo amante de la comida japonesa. Se pueden evitar los postres.
Para finalizar el fin de semana, tocaba una visita a un japonés como viene siendo costumbre en las escapadas a la capital.
Llame para reservar en el de Castellana, pero los domingos no abren.
El local me gusto, pero en el momento en que estaba más o menos lleno el bullicio de la gente era considerable.
Había que volver a casa conduciendo así que pensamos con la cabeza y pedimos 3 platos:
- Tarta de salmón con aguacate, diría que el plato del día. Una jugosidad, voluminoso, fresco...mmmm
- Maki roll, de langostino tempurizado, lo presentan con unas pinceladas de una especie de mayonesa de wasabi y crema de Módena. Muy recomendable la verdad.
- temaki, de salmón y california, estaban buenos, pero por los he tomado mejores. Además creo que los precios de estos (de 7,5€-9€) me parecen excesivos.
Decir que vi platos que me quede con ganas de pedir. La forma de presentar el sashimi...mmm!!
No tomamos vino.
Totalmente recomendable.
No puedo hablar del precio pues fui invitado.
MIYAMA FLOR BAJA es mi restaurante japonés preferido de Madrid fuera del circuito de altos vuelos: MIYAMA CASTELLANA, KABUKI WELLINGTON, NIKKEI225, y otros del estilo, incluido el KABUKI, al que por otro lado recomiendo ir si o si (reconozco que a los tres primeros no he ido, por tema de precio, pero espero solventar este hecho pronto).
El MIYAMA FLOR BAJA es por: 1º calidad de producto, 2º variedad y 3º presentación, lo más parecido a los restaurantes de Tokio que he tenido la suerte de probar en Madrid, hay otros restaurante igual de buenos a los que suelo acudir, pero MIYAMA FLOR BAJA es sin duda alguna mi preferido.
El local es pequeño con la típica decoración japonesa moderna, el servicio es impecable siendo recomendable o “necesario” reservar con antelación.
El precio es orientativo, no el real de la visita (cena ligera a 25 €, sin postres).
Queríamos ir Miyama Castellana pero en agosto cierran así que acabamos en Miyama Flor Baja ¡¡qué gran experiencia!! Escribo con el gusto todavía en la boca del mojito de te verde al que nos invitó el jefe de sala...
Tomamos un tartar de atún y una ensalada de pulpo y algas de primero, ricos pero sólo un avance de los segundos que fueron excelentes: Gindara saikyo yaki (bacalao horneado con salsa de miso) ¡¡imprescindible!! y el sushi de la casa (una selección excelente que tanto nos gustó que repetimos...)
De postre llegamos sólo al un té verde japonés, con ese aroma a arroz integral tostado que nos hizo charlar un rato con el jefe de sala y nos llevó al delicioso mojito.
Acabábamos de llegar de la Borgoña francesa así que bebimos un blanco francés de Burdeos no muy afrutado que maridó muy bien (atención a la carta de vinos tratándose de un japonés ¡muy cuidada!)
La relación calidad precio muy buena, esperábamos tragar saliva pero la experiencia valió el precio.
Desde ahora un imprescindible en mis visitas a Madrid cuando me antoje japonés.
Es conveniente reservar, porque suele llenar se parejas, especialmente los fines de semana. No suelen haber grandes grupos, es curioso que, sin quererlo, lo normal es que el restaurante se llene de parejas.
Cenamos un sábado de Julio de 2013, aprovechando un fin de semana de descanso en Madrid. Eramos 2: mi mujer y yo.
Nos dejamos recomendar por las chicas que nos atendieron, ambas con gran profesionalidad y conocimiento de la carta. Se adaptan a tus necesidades y a tus gustos y merece la pena escucharlas.
Decidimos componernos nuestro propio menú, empezando con sashimi (pescado crudo) de dorada y seguido de nigiri (perscado crudo sobre arroz) de vieira y langostino vivo (del que luego te traen las cabezas a la plancha para que des buena cuenta de ellas...).
Seguimos con un Teriyaki de lomo de atún. Sensacional la salsa teriyaki y espectacular los lomos de ventresca de atún.
Y para finalizar, maki de langostino (posiblemente el plano más sorprendente y delicioso de la cena).
todo ello lo bañamos con cava. Dudábamos entre Gramona o Torelló (ambos apuestas seguras), pero al final aceptamos el consejo de la camarera: Gran Caus Brut Rosado. Cayó entero y nos sentó fenomenal. Sensacional maridaje con lo que cenamos.
Para concluir, dudamos en pedir o no postre. De nuevo nos sugieren un postre ligero para compartir: Daifukumochi con helado. Según nos explicaron era una bola de almidón del arroz relleno de una crema avainillada. Se acompaña con unos frutos rojos mora y frambuesa) y helado de judías rojas. Ligero y adecuado para culminar una excelente cena.
¿Café?. No, no es lo propio en un restaurante oriental. Terminamos con un té verde sin fermentar, típico en Japón. Muy digestivo.
Volveremos y lo recomendaremos
Comida correcta en uno de los japos de mas renombre de la capi.El local es muy sencillo(excesivamente).Extraordinario el tartar de atun,correcto el mix de sushi y aceptable la especialidad del chef de cuyo nombre lamento no acordarme. Servicio ok, y postres mejor abstenerse.El precio de los vinos invita a beber.