Restaurante Picoteo Devicio en Valencia
Restaurante Picoteo Devicio
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
17,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
22 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.7
Comida COMIDA
6.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.8
hatillo de queso fresco y gamba
tataki de atún
Opiniones de Picoteo Devicio
OPINIONES
8

Concentración de premios (primer premio seccion especial, primer premo iluminaciones..) y eventos (encedido de las luces) por la zona de Ruzafa hacen practicamente imposible no solo cenar sino llegar a muchos locales del barrio. Decidimos cercanía al lugar y más de tapas que de platos. Y si además no lo conocía, pues más añliciente.

Cuantas cosas están descritas, las comprobé: local de ambiente moderno, bien decorado, lleno, muy lentos en la salida de platos (casi 3 horas para cenar desde el pedido), tamaño de las tapas que son para compartir dos como máximo, etc..
Buena insonorización, buena distribución de mesas, aunque en la nuestra y para tantos quedaba algo apretada la cosa.

Carta de tapas con muchas opciones, unas más contundentes que otras; también opciones Decarne, Demar y Depostre. Un folio con novedades sugerentes completrn las sopciones.
Carta de vinos con distintas posibilidades, en general clásicos y con precios (salvo los de más bajo costo) comedidos. Tomamos 1 de Protos barrica y 5 de Sierra Cantabria 2011 (a 16€).
Servicio de vino: abrir la botella (y a veces, con la cápsula desgarrada) y al centro sin ni siquiera preguntar si alguien quiero probar antes de servir, ni dar el primer servicio.

Cena para 6 parejas y todo compartido y disputado (3 tapas de cada excepto el huevo que fueron 6). Se sabía que las raciones iban a ser pequeñas compartiendo cada cuatro, pero preferimos probar más cosas.
Arrancamos por cortesía de la casa, con unas aceitunas y unas papas al centro mientras llegaban los más tardones; luego aperitivo de queso mascarpone, gamba y perjil y una espuma de mortadela (muy curiosa).
Para beber, antes de cenar: unas cervezas y algún vermut, además de agua sin gas Vila; el pan, loncheado, se había secado demasiado quizás por cortarlo muy pronto.

Entrantes:
. ensaladilla rusa: presentada de forma separada en sus ingredentes y con un lomo de atún encima. Bien de sabor y fácil de integrarse; buena mahonesa.
. cigarrillo de sobrasada, queso y cebolla confitada: más bien palito que cigarrillo, bien de sabor y suficientemente crujiente. Gustó más de lo esperado.
. buñuelo de bacalao negro y alioli verde: un bueñuelo de bacalao bien hecho, buen tamaño, con tinta de calamar que colorea el conjuunto. El hambre noshizo quemarnos sin piedad.
. steak tartar: bien cortado, bien de sabor, bien presentado.

Principales:
. pluma de cerdo ibérico con guiso de manitas de cerdo, chorizo, garbanzos y fruta de la pasión: plato contundente de sabores y texturas auque no reconocí esa fruta de la pasión.
. amanita ponderosa con duxelle de cebolla y foie, panceta ibérica y huevos de codorniz: buenos ingredientes, bien de sabor, pero sin acabar de integrarse en un conjunto.
. huevo con foie y kikos: un plato complejo de estructura pues queda como una crema, con el huevo algo crudo que a no todo el mundo gusta, pero consigue un plato diferenciador. Interesante.

Postres: acabamos pidiendo 11 y compartiendo muchos de ellos. Conocimos entre todos:
. torrijas de brioche caramelizadas con helado de vainilla: bien presentado aunque la textura de la torrija no gustó.
. crema quemada a la vainilla: una variante de la crema catalana pero poco aromatizada de vainilla que la diferencie de verdad.
. agua de fresas, maracuya y helado de yogur: muy buena presentación y apariencia.
. tarta de manzana con helado de dulce de leche: un punto goloso alto; bien presentado y bien de sabor.
. brioche de cacao con sopa de chocolate y helado de frambuesa: ganó la cata.
Solo se quedó fuera el tiramisú que no tuvo voluntarios. Todos ellos permiten compartirse entre dos.

Algún café final y nos levantamos, que empezamos los primeos y acabamos los últimos.

En general es una cocina bien elaborada, bien emplatada. Hay que tener en consideración que son tapas para compartir entre dos como mucho. Hay que tener paciencia con el ritmo, que a veces puede desesperar porque deberían haber salido, al menos de dos en dos y más siendo para cada cuatro.

He ido dos veces en poco tiempo y me sorprende verlo lleno sin ofrecer menu, por algo será.

El concepto es bueno, pequeñas tapas con buenos precios y muchas donde elegir, separadas en la carta por tipos, De mar, De pan, De guarnición De carne, De huevos..., están numeradas y tiene más de 60 distintas, aparte de la carta tiene recomendaciones diarias.

Pedimos varias de las que para mi fueron más destacables,

-Huevos con espuma de patata, kikos y foie, muy bueno

-Hatillo de queso fresco, gamba y salsa de ceps

-Tartar de atún con helado de wasabi

- Berenjenas crujientes con miel y humus

- Croquetas de boletus y jamón

y varias más, todas muy buenas, algunas de mayor tamaño que otras, unas que se pueden compartir y otras no, para mi la mejor que probé el tataki de atún que estaba buenísimo, subo la foto y podéis ver la pinta que tiene.

Para beber nos decantamos por Beryna, muy rico y copas correctas
el servicio amable en todo momento

  • hatillo de queso fresco y gamba

    hatillo de queso fresco y gamba

  • tataki de atún

    tataki de atún

Estuvimos la noche del viernes 6 personas.
La atención fue exquisita. Ya te recalcan nada mas pedir que las raciones son muy pequeñas.

Comimos:
- Bravas con espuma, estaban sinceramente buenisimas, y diferente a las tipicas bravas.

- Tagliatelle con gambón; Sabrosos y con la pasta en su punto, cada ración consistía en 4 tagliatelle y un gambón

- Saquito de gamba, perfecto.

- Chips de berenjena y hummus. Es posiblemente lo menos reseñable.

- Buñuelo de bacalao negro La gracia de este buñuelo reside en que el rebozado es negro por uso de tinta de calamar, fritura suave y bacalao en su punto.

- Steak tartare con wasabi; bastante tosco en su presentación (la carne, las alcaparras...eran demasiado gruesas en el corte)y eso hace que la la salsa no se agarre con tanta facilidad a la carne.

- Tartar de atún con helado de wasabi. Muy bueno.

- Mini hamburguesa: se hacia jugosa la carne era el huevito frito y el ketchup

- huevo, no recuerdo cuales pedimos, uno estaba demasiado liquido tenia setas, era complicado de tomar, el otro estaba bueno, iba acompañado de nido de verduras.

Postres

- Agua de fresa; aportaba a los postres un toque fresco.

- Tiramisú , muy bien presentado y buenas texturas y sabor.

- Tarta de manzana con helado de dulce de leche; muy rico.

Acompañamos de vino Pierola y refrescos.

Cenamos 5 personas, y la entrada no fue el mejor início, tardaron bastante en atendernos, y una vez que nos atendió el dueño/gerente (con cierto paternalismo) pudimos empezar a cenar, nos dejamos guiar y nos recomendó los platos que según él mejor salida tenían, en general, podemos decir que las raciones son extremadamente pequeñas, con lo cual no se puede compartir y hay que pedir una unidad por persona para poder probar por lo menos (para cenar hay que pedir varios platos necesariamente)

- Bravas con espuma(4 €/ración pedimos 2 raciones): Correctas sin mas, salímos a 3 patatas (contadas) por comensal

- Tagliatelle con gambón (3€/ración, nos sirvieron 3 raciones): Sabrosos y con la pasta en su punto, cada ración consistía en 4 tagliatelle y un gambón

- Sandwich de foie gras y mango (3€ nos sirvieron 2 raciones): Tosco, unos trozos de foie gras excesivamente gruesos y de calidad corriente

- Chips de berenjena y hummus (3€): Servidos en un cubo profundo, pero cual fue nuestra sorpresa al ver que el 80% del volumen del recipiente está ocupado por un cartón.

- Buñuelo de bacalao negro (1'65€/udad, 5 unidades): La gracia de este buñuelo reside en que el rebozado es negro por uso de tinta de calamar, fritura suave y bacalao en su punto, pero minúsculos

Entonces pedimos un plato principal (como los describió el dueño)

- Canelón de jarrete de ternera (3€): Suave sin mas, el típico bocado que podreis encontrar en un catering (quizás el hecho de que este restaurante esté asociado a una empresa de catering tenga la culpa)

- 2 Steak tartare (7€/udad):4 cm de diametro de steak tartare bastante tosco en su presentación (la carne, las alcaparras...eran demasiado gruesas en el corte), además el wasabi no creo que sea el mejor acompañante para un plato tan sutil, pero ya nos habiamos dado cuenta de que en este local les encanta pintar los platos con wasabi.

- Tartar de atún con helado de wasabi (5'50 €): Abuso del aguacate en el tartar y del wasabi en el plato que impedía poder apreciar los matices del plato.

A estas alturas de la cena, decidimos pedir algo mas para no levantarnos con hambre de la mesa:

- 2 Mini hamburguesa (3€/udad): Disparate de precio para una hamburguesita donde el pan no era del día, y lo único que hacia jugosa la carne era el huevito frito y el ketchup

- 2 Pepito de atún (1'75 €/udad): Nada pesados, no solo porque la fritura era ligera, sino tambien porque el relleno de cada pepito (3cm de longitud) era entre escaso y pobre.

Decidimos pedir los postres, a lo que el dueño, que tenía el restaurante lleno me respondió con pocos modales: "¿Es que tienes prisa o que?" alucinante

- Torrijas de brioche caramelizadas con helado de vanilla (3€): Deliciosas, 3 torrijas del tamaño de una galleta TUC que supieron a poco.

- Agua de fresa (4'5 €): Una escasa sopa de fresa con helado, que si bien aportaba a los postres un toque fresco tenía un sabor artificial que recordaba mas a una granadina.

- Tiramisú (2'5€): Vasito de 5cm de alto y 2 de diametro aproximadamente, siendo este volumen ocupado principalmente por aire y un ramillete de menta, una vergüenza y un timo.

3 cortados y 2 carajillos.

Sobre el vino, de una carta de 10 referencias bastante mal diseñada, probamos el verdejo de la casa que no pasaba de ser un verdejo standard más próximo a la mediocridad que a algo que diera un poco de alegría al inicio de la cena.
Continuamos con un monastrell de Alicante que nos sirvieron caliente, y que tuvimos que enfriar nosotros en la cubitera del blanco anterior.
Añadir que nos abrieron la botella, la dejaron en la mesa y eso fue todo el servicio del vino.

Llegado el momento de pagar, un miembro del grupo preguntó si nos invitarían a un chupito, a lo que el gerente respondió: "Con lo que habeis pagado, no creo que tengais motivos para pedirlo, ya que por esta calidad/precio no cenareis ni en un McDonald's, además yo tengo que sacar mi margen"

Visto para sentencia este local, una y no mas.

Este comentario viene propiciado ante un nefasto servicio por parte del que se ve es dueño del local que posteriormente desarrollaré, no antes de dar una visión objetiva de la comida y del resto de su equipo que no tiene que verse salpicado ante un ego de empresario hostelero propio del bar Reynolds.

Se trata de un local un tanto frío por su decoración, no obstante no es a lo que se viene a hacer una crítica en un foro gastronómico.
La comida está bien, variedad de tapas, modernas con productos tradicionales, además de barato, por tanto puedes probar diferentes sabores y más si vas con más gente. El único punto negativo es que son muy pequeñas por lo general por lo que te obliga a pedir mucho.

Quizás enlazando con esto último es donde viene el problema; y es la lentitud del servicio. Cuesta muchísimo que vayan saliendo las tapas, fácilmente puedes estar cerca de 2,30h cenando.
A la hora de pedir, no hubo un "Buenas noches, encantados de veros aquí" parecía que nos hacían un favor dándonos de cenar.
-" Vaya forma de pedir" "Así se van a volver locos en la cocina"
-" Disculpe, ¿Alguna recomendación? " No ninguna.

Es la primera vez que se quejan de mi forma de pedir qué cenar y no me ayudan o me aconsejan cómo hacerlo.

Entiendo perfectamente que pueda ser complicado para la cocina hacer múltiples tapas, pero eso no es problema del comensal. NUNCA.
Las tapas son muy pequeñas y cada uno es libre de pedir varias y diferentes. SIEMPRE.

Sobre vino no puedo opinar, simplemente se hizo una consulta sobre tomar una copa de vino, a la que el mismo señor contestó que NO, yéndose de espaldas y sin dar más explicaciones. Entiendo que quería que se consumiera una botella o no hay copa. Pero se explica, no cuesta nada.

El servicio del staff del restaurante perfecto. Atento y además creo que muy conscientes de lo antipático que es su jefe por lo que intenta compensar siempre con una sonrisa.

Para terminar, simplemente decir que fuí yo mismo el último en abandonar mi mesa, dando un buenas noches y gracias, a lo que el mismo señor, contando billetes, bajó la barbilla, miró por encima de las gafas y decidió seguir contando en vez deseármelas a mí.

Cuando la competencia es fuerte, los detalles y los valores tienen un peso importante. Es cuestión de educación y querer mimar tu negocio. A partir de ayer hay 9 prescriptores negativos por la ciudad. Peligro.

Por cierto, buenas noches

Estuve la otra noche y como le dije al poco amable señor que nos atendió ya nunca más volveré por ese local. Croqueta de bacalao congelada, otra de boletus sin opinión. 45 minutos después reclamamos el resto de tapas habiendo acabado la bandeja de pan, y de mala manera nos contestó el poco amable regente que eso no es una taberna sino un sitio "donde se cocina al momento" (perdón, ¿Al momento de pedirlo o de requetereclamarlo?) el huevo en su punto hervor o nosequé llegó FRÍO!! Y el cochinillo con costra de microondas. Un timo. Barato sí. Pero para paladares poco adiestrados y para tropa con aguante a ser maltratados. He estado en demasiados sitios como para que pretendan enseñarme a ser paciente con el gran manjar, si me vas a sacar un recalentado de microondas atente a las críticas. Nunca mais.

Las tapas bien elaboradas en un ambiente que a medida que se llena se carga de gases de la cocina y de mucho murmullo. Falta una buena insonorización hacia dentro, paredes muy lisas.

Lleva abierto poco tiempo. Se trata de un local de tapas de creación o reinterpretadas, como queramos decirlo. También hacen arroces de carácter individual y unas tapas o platillos nás contundentes, basadas en carnes y pescados, que actúan como segundos.
En nuestra primera visita tomamos wonton de verduras al curry, croquetas de boletus y jamón, tosta de solomillo y queso camembert, canelón de jarrete de ternera lechal, cochinillo, huevo a baja temperatura con setas y jamón ibérico, rollito de pato pekín, minibocata de tocino ibérico, tartar de atún con helado de wasabi y tarta de manzana con helado.
Las presentaciones son originales y creo que hay trabajo detrás. A mejorar el orden de salida de los platos, el punto de temperatura de algún relleno y el punto de cocción de algunas carnes, aunque están todavía asentándose.
Creo que volveré en poco tiempo a ver cómo evoluciona.

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