Tras la necesaria espera de meses después de reservar y el consiguiente sufrimiento para que se alineen los astros de forma que no haya un problema grave en un día entre semana (los sábados es imposible y el domingo cierra) que impida ir a ninguno de los cuatro comensales; por fin llega el día de disfrutar con la visita a la cocina de Miquel (y familia) y ser la primera visita postpandemia, que no es poco.
Hay que hacer kilómetros (126 km de ida y lo peor otro tanto de vuelta), así que lo tomamos como excursión y hacemos un previo paso por la bodega de Xaló para comprar unos souvenirs de aceite y vinos (y algún capricho gourmet), pero no nos atrevemos a un aperitivo de gamba roja en el Avenida de Gata de Gorgos; ¿queda para la próxima reserva para después del verano?.
El local ha mejorado su aspecto interior al disminuir el número de mesas, cambios en la decoración general y partición de la barra quedando barra/mesa para dos y permitiendo una mesa más detrás de la misma, donde nos ubicamos y que permitía ver el trasiego de cocina y barra desde dentro, además de un mayor aislamiento. Ventajas de llegar pronto.
La carta de comidas ha perdido aquello del papelito (nota de cuaderno de anillas) con los platos (y vinos) del día según mercado, pasando a disponer de un folio impreso cada día, con los platos de temporada y lo que marca el mercado del momento. Eso es informar bien y no tramposear con los cantos a pie de mesa sin precios marcados. Por supuesto no queda (casi) nada de los platos de las anteriores visitas, pero sabes que cada vez te vas encontrarás las patatas bravas, los figatells y algunas cosas más, de una forma diferente. Y lo que es peor, no podrás resistirte a conocer la nueva variante.
Pues allí nos sentamos viendo a Miquel en cocina, como siempre y como debe ser (no siempre lo es, en los locales en los que el chef es la estrella), mientras se van llenando las mesas poco a poco. Para beber tienes de nuevo un problema: ir a la carta de vinos, como en todos los sitios, y elegir o bien, la otra opción es no perderte su especial dedicación al tema de vermuts de todos los colores y sabores. Si te gusta el vermut incluso para la comida, éste es tu sitio; buenas raciones, preparado con mimo y con buenas recomendaciones. Nos quedamos en ello, con 5 vermuts y unas cervezas complementarias. En los vermuts empezamos por Distinguit, un Vermut Blanco de moles de Teulada y un vermut Saüc rojo del Celler la Muntanya de Muro de Alcoi; luego seguimos con Templat rojo, un vermut de Valencia tinto algo más dulce.
Para comer el folio, que queda como souvenir y se agradece, con el listado de platos: es que puedes decir que empiece por los impares (o los pares) hasta decir basta. Es una sucesión de opciones que solo de leerlos empiezas a segregar saliva y piensas ya en hacer reserva para el primer hueco, pero luego te das cuenta que cuando vengas, dentro de 2-3 meses, no estarán esos platos. ¡Y ahora qué hago! ¡Que me voy a perder para siempre! Una ansia continua ... hasta que piensas: "da igual, todo me va a gustar". Y eso hicimos y ésto comimos, compartiendo, porque aquí los platos están pensados para compartir y así conocer lo más posible:
. patatas chips de aperitivo y por cortesía de la casa: hubo un primer platito compartido, a petición, para poder empezar con el vermut sin sucumbir al primer asalto, y luego un servicio personal en una pequeñita sartén muy cuqui. La salsa añadida ligera, sabrosa, elegante; de 10.
. caramelo de hueva y avellana x 4: presentados colgados de un tendedero con pinzas, un pequeño caramelo hecho de hueva cubriendo la avellana. Muy visual pero también sabroso.
. pastisset de hígado de pato y boniato x 4: de lo poco que se repite en carta y que repetirás siempre que vayas. De hecho casi repetimos dosis hoy. Es la perfección absoluta de un buen corte de foie sabroso, buena ración, dentro de un par de galletas (casi barquillo) de canela crujientes, con ese punto dulce que siempre agradece el foie como compañía. Imprescindible y tienes que resistirte a repetir.
. maki de figatell x 4: la nueva versión del figatell en renovarse o morir. Bien de sabor, correcto en la presentación, bien el arroz. Un buen maki.
. brazo de gitano: una nueva versión de este plato de ensaladilla donde la materia prima está muy troceada y envuelta por la salsa. Nueva presentación pero, como siempre, excelente de sabor y contundente por su cantidad. Recomendable.
. patatas a lo pobre: las patatas v. 2022. Dice a lo pobre pero están cortadas superfinas y compactadas en la presentación; sobre ellas huevo frito y jamón como si no hubiera mañana. Plato contundente que agradecimos compartir entre 4. Todo en su punto. Bien.
. pulpo 3D: genial presentación de pulpo laminado (a modo de carpaccio) con asadillo y mango, pulpo seco troceado y acompañado de arroz y el resto de la pata entera con perfecto punto de cocción y bien apoyado por unas gotas de aceite y un ceviche caliente del propio pulpo, como salsa. Muy bueno y original.
. lomo de vaca: perfecto punto de plancha, tierna, buena ración; coronado por unas tiras de calabazate. Muy bien.
. tarta de manzana: es el clásico emblema de la casa, ya comentado en otras visitas. Sorprende siempre a quien no lo ha probado. Sigue perfecto. Imprescindible.
El pan de dos clases también recomendable; al principio no lo pedimos por hacer hueco, luego vino el huevo que lo pedía y se retrasó y llegó algo tarde, pero nos lo comimos por lo bueno que estaba.
Ahora te arrepientes de no haber entrenado más y hubieras podido seguir esta maratón sin tener que parar tan pronto, pero ya estamos incapaces de compartir ni un postre más. Nos conformamos con unos correctos cremaets acabados de servir (el ron quemado) en la mesa. Esta vez no hubo extras de gominolas y se notaron a faltar.
Intentamos reservar, en persona, para antes de fin de año y solo se puede por internet y para 3 meses. Otra vez a empezar el ciclo y la ansiedad. Pero está tan bueno todo...