Restaurante Abadia d'Espí en Valencia
Restaurante Abadia d'Espí
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
37 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.8
Comida COMIDA
6.7
Precio medio entorno ENTORNO
6.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.3
Cigalitas Salteadas con Jamón y Tomate Murciano
Tosta de Codonyat amb Cansalada i Arrop Agredolç
Torta Hojaldrada de Perdiz Escabechada con Bechamel de Hortalizas
Paseo Pza. la Virgen Valencia
Arroz meloso de pato y setas .
Montaditos de morcilla de burgos .
Finitos de magret .
Creu de Lavit de Segura Viudas
atún
Cigalitas salteadas
salteado de setas
Opiniones de Abadia d'Espí
OPINIONES
57

Pequeño local acogedor y situado en una zona muy céntrica. Ofrecen una cocina de mercado que combina la tradición con la modernidad, pero sin caer en excesos.
Las materias primas son buenas, y si te dejas aconsejar por Juan Carlos (todo un profesional) disfrutas de una agradable experiencia. Es un buen conocedor de los vinos que tiene, que no son pocos. En el sótano hay un reservado para unas 10-12 personas y además una fantástica bodega.
Buen servicio del vino, buena selección y buena cristalería. El pan también es muy bueno.
La RCP es bastante buena. Muy recomendable.
P.D: Tienen Vermouth Perucci (no os lo perdáis en el aperitivo).

Es un restaurante del que puedes salir bien, o mal, yo personalmente despues de mi última visita no volveré. La clave es Juan Carlos, si lo tienes cerca te hace sentir bien, y la cosa va sobre ruedas. Pero el sábado no estaba, y el personal que tiene no está a la altura (solo decir que le perdieron la tarjeta de crédito a un cliente), y a nosotros nos tocó esperar casi media hora, y eso que habíamos reservado mesa (eso de hacer doble turno...) Y después de todo esto, no te invitan ni a los cafés.
La comida no esta mal, cocina de mercado, sin muchas complicaciones y sin aportar nada nuevo. Los crujientes de langostino y queso, los "finitos" y las fideadas son lo que yo destacaría.
La carta de vinos es bastante amplia, pero no especifican añadas. Los precios de los vinos, bastante caros, el Flor de Pingus 160€, Alión 56€... me parece mucha carga. Yo bebí el Care a 16’50, que me pareció menos inflacionado.
Las copas, normales, aunque las de vino de postre, penosas (y en la carta no salen los vinos de postre).
En el pasado fui bastante a este restaurante, hacía tiempo que no volvía, pero no creo que vuelva, la competencia es dura y por este precio (2 personas, 78€ con vino y café) hay cosas mas interesantes.

Cuesta encontrar mesa dado lo escaso de la sala y no merece demasiado la pena: los carpaccios (o finitos, como ellos los llaman) se sirven demasiado fríos, la sopa de ajo y espinacas no deja de ser un vulgar consomé, variedad de postres escasa. La bodega, en cambio, bien surtida. Servicio en ocasiones con prisas y poco homogéneo, según el personal de sala que te toque en suerte. Local frío y poco cómodo.

Local de reducidas dimensiones en el corazón de Valencia, en el "sotano" tienen un sala grande junto a la bodega diáfana y climatizada que es donde se está más cómodo. La comida está basada en tapas sencillas aunque con algunos toques creativos. El servicio del vino sin ser excepcional es amable y atento. A petición se decantan los vinos. Carta bastante variada, copas razonables.

Tiene cierta gracia para algunas cosas, y es algo acogedor, pero por lo general ofrece una materia prima regularcilla, y poco gusto en el diseño y montaje de los platos. Podía mejorar, y de hecho lo harán, cuando dejen de fantasear con los platos y se ciñan a hacer buena gastronomía. El servicio de vinos es correcto, alguna referencia interesante.

Por experiencia personal, puedo decir que lo único que se salva de este local son sus vinos. Hace años construyó en la parte baja una buena bodega. Por lo de más, la carne siempre es congelada, ya que no tiene espacio para almacenar carne fresca ni pescados. El menú diario es caro y por lo general -en mi opinión- bastante vulgar.

Pequeño y agradable restaurante (cuenta con unas ocho mesas y tiene aforo para 35 personas) en pleno centro de Valencia, a un paso de la calle La Paz. Lo más interesante para los enófilos es la sala privada que tiene en el sotano, con capacidad para unos 15 comensales. Juan Carlos Espí tiene bastante interés por el mundo del vino y ello se refleja en la selección de vinos de la carta y en una cristalería bastante digna. La bodega, que está acondicionada, puede contemplarse desde una cristalera en la sala privada del sotano. En los platos de cocina destacan diversas raciones de muchos platos, unos más tradicionales y otros con toques creativos. También se pueden pedir menús degustación para picar un poco de todo lo más representativo.

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