Restaurante Venta Melchor en Conil de la Frontera
Restaurante Venta Melchor
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos tarde y lunes. Ninguno en verano
Nota de cata PRECIO MEDIO:
36 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Arroz negro con chocos
Berenjenas con almejas
Croquetas de pescado con mayonesa de remolacha
Opiniones de Venta Melchor
OPINIONES
4

Siguiendo las recomendaciones del veremero Joseangel, nos decidimos a comer en este restaurante que se encuentra situado a pie de carretera en las inmediaciones de Conil. El lugar en sí no invita a realizar parada alguna al tratarse de una recta sin mucho encanto que une las localidades playeras de Conil y Chiclana, pero hay que decir a favor del restaurante que el edificio llama la atención desmarcándose de la aridez de la zona; su embaldosada y colorida fachada repleta de verde vegetación confieren al conjunto la apariencia de un oasis realmente apetecible sobre todo en épocas de calor.
Previa reserva telefónica, nos ubican en la cristalera exterior, en un precioso rincón repleto de plantas y ornamentado con una antigua cocina. Temperatura muy agradable en comparación con el calor que abrasa el exterior.
Mesa muy amplia para los 4 comensales que éramos, separada del resto por lo que estuvimos muy muy a gusto. Vestida con mantel blanco, cubertería, cristalería y vajilla correctas.

Cocina tradicional, dirigida por Petri (en los fogones) y su marido Juan Carlos en sala ejerciendo de relaciones públicas; debido a su privilegiada ubicación, entre la huerta gaditana y el mar, este restaurante coge lo mejor de cada uno de ellos desarrollando una cocina sencilla, tradicional, pero muy sabrosa.

Tras echar un vistazo a la carta nos decidimos por lo siguiente, dos adultos y dos niños, todo a compartir:

**APERITIVO DE LA CASA: ricos y refrescantes ambos. Buen inicio.

1-VINAGRETA DE ATÚN, PIMIENTOS, CEBOLLA Y TOMATE.
2-ZANAHORIA EN VINAGRETA.

**1/2 RACIÓN DE CROQUETAS: 6 alargadas croquetas de pescado (no recuerdo de cuál en concreto) acompañadas de mayonesa de remolacha. Crujientes por fuera y quizá un poco secas por dentro debido a la desproporción entre pescado y bechamel, pero que untadas en la mayonesa que las acompañaba el sabor y la textura resultantes eran buenos. (VER FOTO).

**BERENJENAS CON ALMEJAS: uno de los platos recomendados por el restaurante. Una especie de revuelto que lleva huevo, almejas y berenjena troceada, todo ello con ajo picado. Las almejas eran de calidad...un plato muy sabroso que merece la pena probarlo. (VER FOTO).

**ARROZ NEGRO CON CHOCOS: Lo habíamos reservado con antelación, 3 raciones que resultaron más que suficientes para comer los 4. El arroz pecaba de exceso de aceite pero he de reconocer que el condenado estaba muy bueno. Buen punto del arroz y sabor a raudales...sin dudarlo, uno de los mejores arroces negros que he comido. (VER FOTO).

**POSTRES:
MOUSSE DE YOGOURT: Presentada en vaso, la probé y estaba rica y muy cremosa.
HELADO DE CHOCOLATE: servida en típicas bolas. Correcto sin más.

Para dar por finalizada la comida pregunté a Jose Carlos si me recomendaba algún vino dulce y acto seguido aparece con una copa de un vino espeso, con mucha potencia, lo pruebo y está riquísimo. Le pregunto y se trata de un VINO DULCE MOSCATEL de BODEGAS SANATORIO, de 25 años. Lo disfruté sorbito a sorbito. (Invitación de la casa).

Para acompañar la comida sirvieron pan casero junto con picatostes envasados. El pan casero muy rico. Se cobró por ello y por los aperitivos del inicio 6 € (Iva incluido).

**VINO:
Carta que toca las diferentes denominaciones de la península pero un tanto desactualizada. Me comentó Petri que estaban trabajando en una nueva carta y que en breve la tendrían preparada. Me dejé aconsejar por ella y me recomendó un VINO BLANCO ELEONOR MUSCAT 2013, vino de la Sierra de Ronda. Gustó y acompañó correctamente la comida. Presentación de botella, prueba y primer servicio. Botella refrigerada en cubitera. Copas correctas.

Se bebió tambíén 1 botella de agua y un refresco.
Servicio de mesa agradable y dinámico.

La cuenta ascendió a 98,55 € Iva Incluido. En mi opinión un precio bastante ajustado para el disfrute que supuso la comida.

Restaurante recomendable si uno se encuentra por la zona. Sin lugar a dudas, si el destino me lleva de nuevo a esas tierras volveré a sentarme en una de sus mesas.

  • Arroz negro con chocos

    Arroz negro con chocos

  • Berenjenas con almejas

    Berenjenas con almejas

  • Croquetas de pescado con mayonesa de remolacha

    Croquetas de pescado con mayonesa de remolacha

Ubicada en la antigua carretera de Cádiz a Málaga, en la inhóspita población de El Colorado, parece una venta más de las muchas que jalonan esta vía. Sin embargo, todo cambia en cuanto accedemos a su interior, decorado a la manera típica andaluza, con azulejos en las paredes, cuadros costumbristas, plantas naturales y otros motivos ornamentales, pero sin caer en el recargamiento tan habitual por estos lares. Nos acomodan en la galería acristalada que hay a la entrada, un marco realmente agradable, y mientras ojeamos la carta nos tomamos una cervecita bien fresca, que en días como hoy, con el sol pegando fuerte en la calle, es un auténtico placer. El local acaba casi llenándose, y eso que es un día laborable y que se trata de un restaurante que vive ajeno al turismo de masas que encontramos en poblaciones cercanas, como Conil o Chiclana.

La cocina de este restaurante, que cuenta con medio siglo de existencia, es de estilo regional, sustentándose en productos de gran calidad, tanto los que provienen de la cercana costa como los que proceden de la rica huerta de esta zona de Cádiz. En su amplio recetario encontramos un sin fin de elaboraciones típicas gaditanas, la mayoría difíciles de encontrar en la carta de un restaurante. En este sentido este local constituye un auténtico reservorio de platos que parecen haber quedado relegados al ámbito familiar y que aquí elaboran con maestría, especialidad que les ha proporcionado un buen número de premios. Además de esta cocina de cuchara, la Venta Melchor es un excelente lugar para degustar una de las joyas de la cocina gaditana: el atún de almadraba, de ahí que este establecimiento forme parte de la denominada Ruta del Atún, que integran varios restaurantes de Conil y su entorno.

Como aperitivo nos sirvieron una ensaladita de tomate con huevas de pescado (no recuerdo ahora cuál), que fue un buen comienzo y sirvió para avisarnos de lo que se avecinaba. Después pedimos para compartir entre 4 personas los siguientes entrantes:
- Atún escabechado con pimientos morrones (14,8€): cuando el producto es de primera una cosa tan sencilla como ésta se convierte en un delicia.
- Buñuelos de camarones (13,8€): aunque con otra presentación, recuerdan mucho a las tortillitas. Nos gustó.
- Revuelto de berenjenas y almejas (14,8€): se trata de un revuelto con el huevo a medio batir que no enmascara para nada los sabores de las almejas, de gran tamaño, ni de las berenjenas. Excelente plato.

Después cada uno pidió un segundo, que en mi caso fue, y agárrate morena:
- Garbanzos con rabo (11,8€): un placer con mayúsculas, con la legumbre mantecosa y la carne que se desprendía del hueso con la mirada. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de un plato de cuchara.
- Cocido veraniego de judías (11,8€): lo pidió uno de mis amigos, pero pude probarlo y merecía la pena. Lo de veraniego no me quedó claro por qué, pues el guiso era tan contundente como el mío.
- Arroz negro con chocos (11,8€): se lo sirvieron a mi mujer y cuando me lo dio a probar pensé que era una pena no disponer de más días para poder volver otra vez y pedirme una paellera entera para mi solo.
- San Jacobo (14€): elaborado con presa ibérica y queso manchego, en nada recuerda a esas preparaciones industriales que todos conocemos. Lo pidió la mujer de mi colega y probé un trocito, que no estaba mal.

Como postres pedimos tres para compartir entre los 4 adultos y que fueron un Pudin de Coco, una Mouse de Limón y un Flan de Café. Dicho así no parece gran cosa, pero los tres estaban deliciosos. Aquí saltarse el postre es un delito.

Para beber pedimos primeramente una botella de Taberner 2007 (22€), que era la última que les quedaba, y seguidamente una de Garum 2011 (14,8€), servidos en buenas copas y a la temperatura adecuada. A destacar de su carta la oferta de vinos locales.

La visita a este restaurante ha constituido posiblemente lo mejor de estas vacaciones en materia gastronómica. Por ello, a partir de ahora forma ya parte de los fijos en Cádiz en futuras ocasiones.

Ha sido un gran descubrimiento, siempre veraneando en Santi pectri y hasta hoy no conocía la existencia de este restaurante en el barrio del Colorado.
Empezamos con unas corchetas de merluza y gambas para continuar con unas frituras de pescado y un revuelto de gambas con berenjenas riquísimo. Continuamos con calamar, atún dorado y carne de retinto muy bueno todo, regado con un Tilenus 2006 del Bierzo.Postres muy buenos pudín de cafe y bizcocho de chocolate

Sin lugar a dudas, de los visitados en Conil, el mejor. Juan Carlos, gerente y jefe de sala, y Petri, cocinera y esposa (como cliente no sé qué es primero), son una pareja encantadora. Por ese orden, Juan nos atendió perfectamente: establece un buen equlibrio entre servicio, atención, información y calidad. Orgulloso del local, relata una dilatada experiencia profesional hasta llegar a ser un restaurante imprescindible en Conil. Petri, cocinera autodidacta, es cercana, sencilla y una profesional como la copa de un pino. No en vano lleva años acumulando premios de sus platos. Degustarlos es un verdadero placer.
La comida (cena)quedó como sigue. De entrada, croquetas de merluza y gambas, con una masa y fritura perfecta (en general, los fritos de tapeo de la zona no nos gustaron mucho); Paté de atún, de elaboración propia, sabroso, potente y suave a la vez, con una estructura excelente (plato con premio de concurso); revuelto de almejas de San Fernando con berenjenas, exquisito. La verdad es que en este local trabajan la berenjena como en muy pocos sitios. De segundo, calamar, hecho en su punto, fresco, sabroso, abundante, muy bien acompañado del sofrito de verduras.
El vino, uno de la zona,de bodega familiar, del que no recuerdo el nombre, aunque era con nombre propio, muy aceptable
Participan en la ruta del atún y en jornadas de la huerta, todo un reto que supera la pareja con creces. El local, precioso, con carteles antiguos y otras antiguedades que le dan un encanto especial. Es casi como una casa particular. Afortunadamente está fuera del centro, lo que es de agradecer.Hay que ir expresamente, y merece la pena.Son cincuenta años de antiguedad y una apuesta por la mejor calidad.
Excelente bodega que no se refleja en la carta( prioratos, montsant, valencianos, riojas, gallegos, etc.).
Muy buena relación precio-calidad.Juan, Petri, no os conocíamos. Adelante y gracias por la opción elegida.

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