Restaurante Casa Ru en Valencia
Restaurante Casa Ru
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
11,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
14 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
1.7
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
4.3
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Opiniones de Casa Ru
OPINIONES
4

Desde luego no es un chino al uso. De hecho al entrar si no fuera por los camareros y por buena parte de los clientes cualquiera diría que está en uno de esos bares que pueblan los barrios tradicionales. Tampoco hay mucho que rascar en cuanto a la carta de vinos y el servicio aunque se esfuerza en comunicarse tiene algunas limitaciones lingüísticas. En el lado positivo unos precios excelentes y una cocina muy diferente de la que se suele encontrar en la mayoría de los restaurantes de cocina china. Disfrutamos un montón con platos como su espectacular ensalada de pepino, refrescante y adictiva que ayudó a pasar el trago de los platos algo más picantes. Muy rica la ensalada de bambú frito, picante y con personalidad… eso sí, nada parecido a lo que llamaría ensalada. Buenísimas las empanadillas chinas a la plancha, muy similares de aspecto a la gyoza japonesas. Muy originales los tallarines de patata. Ríquisimos tanto el arroz Mei Cai con el Jie Cai, este último más ligero y con mayor predominio del sabor de las verduras. Impresionante el pollo con guindillas, de hecho está tan cubierto de guinduillas que a primera vista asusta… luego, curiosamente, no esta demsaido picante y eso sí, es muy sabroso y finalmente excelente el cordero con cominos y jengibre. Hay que repetir y disfrutar de su original carta ...

Lo conocí hace 3 años. Tenía un antojo de comida china que estaba empezando a trastornarme. Entonces pedí lo que vienen siendo lugares comunes en los restaurantes chinos (arroz, tallarines, carne con salsa...) y a día de hoy he terminado por memorizarme la carta. Yo y mi novia no dejamos prácticamente una semana en la que no cojamos sus palillos.
No es que el producto sea excelso, pero lo hacen bien, con gusto y tirado de precio. Comida tradicional china, nada de historias a base de exceso de glutamato y fritanga. Las empanadillas chinas rellenas de carne, pasadas por vapor y marcadas a la plancha: estupendas. Una variedad en carnes y pescados extensísima y de lo más original (para los paladares occidentales).
Gambas con sal y pimienta, el cangrejo, los dados de pollo con guindillas, el cordero con cominos, las ancas de rana, las costillas con salsa agridulce (nada que ver con el gorrino agridulce de cualquier otro chinorris), las patatas chinas con salsa (me alucinan), el arroz con verduras frescas (creo que es el Jie Cai), tallarines de arroz... Todo sabroso y muy bueno. Eso sí, a veces se pasan de rosca con el condimento salado y hay que estar abrevando agua toda la noche.
Y el ambiente, qué decir que no se haya dicho... Un bareto, sin más, pero ubicado en Ruzafa, que ahora mismo es un hervidero. El servicio es rápido y bueno, pero castellano sólo habla la "cabecilla" de la familia. Hay que hacerse entender, merece la pena. Nada de postres, ni siquiera helado frito. Y en cuanto a vinos aplicaremos la ley de la omertà... a lo mejor el carajillo de Terry no está mal.

El viernes por la noche acudí a cenar a este Restaurante chino, al que se entra sólo si sabes lo que vas a encontrar.
Los platos que pedimos estaban bastante buenos, y lo que sobró nos lo pusieron en recipientes de plástico para llevar.
Pedimos un plato de berenjenas, poco aceitosas y buenas; arroz con verdura, otro de pollo con guindillas, que decía la camarera que picaba poco y la realidad es que era todo lo contrario, y creo recordar que otro de cordero cortado en finas láminas. Todo estaba bueno.
Sólo habia una camarera que sabía español así que nos entendiamos por señas cuando no la veíamos. Para beber, cerveza porque cualquiera pedía vino.

Es un chino para repetir.

Nos llevaron unos amigos del barrio de Ruzafa por nuestra afición a la cocina asiática, si bien la cocina china es la que menos expectativas nos levanta.

El local es un antiguo bar con larga barra de las de toda la vida y una descuidada estética. Esto, la primera vez que entré me hizo enarcar las cejas y temerme lo peor... pero había que esperar y confiar.

Solo al abrir la carta te das cuenta de que los platos no son los típicos de restaurante chino de barrio, sino que empiezas a leer cosas interesantes, productos exóticos y platos de palabras impronunciables que deberás preguntar a la camarera en qué consisten. El caso es que nuestra elección fue excelente y todo lo que comimos estaba muy bueno. Hemos vuelto como unas cuatro o cinco veces más y siempre hemos comido muy bien.

Las berenjenas con soja son riquísimas, los arroces fritos muy buenos, nada de tres delicias, el pato Pekín riquísimo, aunque siempre hacen cortos con las tortas y hay que pedir, el cordero con cominos y jengibre tiene un toque de comida mongol...

Del tema del vino olvidaros, por supuesto. Las copas son de batalla y la escasa selección de vinos para olvidar.

Si se sabe a lo que se va no defrauda y, a qué se va: a un restaurante chino más bien cutre a probar platos que no encuentras en otros lugares.

La comida la marco como "buena" en el marco de los restaurantes de esta categoría.

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