El viernes por la noche acudí a cenar a este Restaurante chino, al que se entra sólo si sabes lo que vas a encontrar.
Los platos que pedimos estaban bastante buenos, y lo que sobró nos lo pusieron en recipientes de plástico para llevar.
Pedimos un plato de berenjenas, poco aceitosas y buenas; arroz con verdura, otro de pollo con guindillas, que decía la camarera que picaba poco y la realidad es que era todo lo contrario, y creo recordar que otro de cordero cortado en finas láminas. Todo estaba bueno.
Sólo habia una camarera que sabía español así que nos entendiamos por señas cuando no la veíamos. Para beber, cerveza porque cualquiera pedía vino.
Es un chino para repetir.
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