Local de decoracion barroca,demasiado recargada,el servicio bien (quizas algun camarero despistado);eramos pocas mesas y hubo algun que otro detalle a cuidar,el servicio del vino correcto,la carta es impresionante,en la comida algin que otro pero,tendrian un mal dia,habra que dar una segunda oportunidad

Fuimos a deleitarnos y a confirmar que "los michelines" castigan a nuestros restaurantes "rateandoles" unas estrellas que merecen y con mucho.
Tomamos el menu sorpresa, compuesto por 8 platos y 2 postres (nos obsequiaron con un plato mas, liebre con Miel, Trufa y espuma de almendras), todo ello con un ritmo excelente, todo a su tiempo, un servicio atento muy atento, sin agobiar, pero todo controlado con la sabiduria y maestria de Diego, en la cocina deleita Pepe y hace que desees que no acaben nunca de salir esos platos perfectos en su tecnica y deliciososo en la boca, Jose Carlos como sumiller atento y discreto,nos aconsejo (como siempre sabiamente) con un Champan Pierre Peters, Grand Cru Blnac de Blancs, Clüsseroth Weiler, Trocken Riesling 2006, Aresan 2004, Dominio de Atauta 2003 y final con un Kleines Gewürztraminer 2005.
RCP excelente.
Por supuesto para volver.
Sorprenden por su alta información y el conocimento de los nuevos restaurantes, ya que ademas acuden a ellos a comer/cenar personalmente, y son siempre muy prudentes.

Cena un viernes noche. Sorpresa al entrar en la sala, solo 3 mesas ocupadas. Local bien decorado (eso sí, con un estilo clásico) y buena distribución de mesas. Menú degustación, 85 euros, 6 platos y 2 postres. Fantástico, todos los platos perfectamente ejecutados y presentados. Destaco la famosa sopa castellana y un postre de manzana con regaliz espectacular, de los mejores que he tomado nunca. Servicio perfecto (pero claro, solo 4 mesas cenando). Carta de vinos de las mejores de España, con precios no muy altos. Servicio del vino también perfecto, con el sumiller atendiéndonos sin ninguna prisa y con ganas de agradar. El único detalle que no me gustó fue que, al charlar con el sumiller para elegir el vino, me dijo que si quería podíamos hacer un maridaje con el menú. Yo le dije que correcto, y luego mi sorpresa fue que al traerme la cuenta se nos cobro todo lo bebido por separado. No es que el maridaje no fuera bueno (fue muy bueno), pero si me dice que me va a cobrar todo por separado, pues entonces igual hubiera elegido yo otros vinos (el tokaji para los postres, por ejemplo, que, estando bien, no es mi vino favorito, y menos para pagar 30 euros por la botella). La factura final, 270 euros, me pareció un poco elevada, pero por el tema que acabo de comentar. No obstante, salí satisfecho del local. Lo recomiendo.

Es un restaurante en el que hemos estado muchas veces en los últimos años, del que guardas muchos recuerdos y en este caso, siempre buenos, pero por una u otra razón no habíamos escrito ninguna opinión de el, este Viernes estuvimos cenando, era su ultimo día ante de su cierre por vacaciones y como siempre rallando a un gran nivel, es lo que sin conocer los criterios de michelín para asignar estrellas tu valoras como uno de los grandes, seguramente hoy por hoy esta entre los mejores de Castilla la Mancha.
Servicio del vino: Perfectamente atendidos por el sumiller, nos dejamos asesorar con un par de vinos de la zona según nuestras preferencias, (valdelagua).
Comida: tres entradas un jamón ibérico al centro, un arroz melosos con oreja delicioso y una sopa de ajo a su manera, espectacular, unos segundos generosos y bien acompañados, soberbia la presa con berenjenas de almagro.
Unos postres muy bien elaborados y chispeantes.
Todo ello en un ambiente relajado y sosegado, en la que Pepe y Diego Rodriguez fueron participes, consiguiendo una velada delicios.
La relación calidad precio esta acorde con todo lo descrito, bien.

Nueva visita y nada ha cambiado, todo sigue igual de genial, si cabe reseñar que la cocina sigue en constante evolución y sin parar de crecer. Tomamos Menú Degustación para dos excelente, muy a destacar el Bogavante con aguacate, la Ensalada de queso de cabra, el Velo de Garbanzos con pringá y caldo de cocido, el Rabo de Cerdo con col trufada y lentejas y la adaptación de la tarta al whisky. El servicio muy atento y profesional, sin fallos, pendientes de cuidar todos los detalles a pesar de estar lleno. Jose Carlos, el sumiller, como siempre, didacta, con ganas de ayudar, aconsejar sin imponer... perfecto. Nos recomendó un Requiem 2003 estupendo, con una RCP magnífica. Tomamos a parte, copas de Egly-Ouriet, excelente, y PX Tradición con los postres, a las que nos invitaron. El servicio del vino es como pocos. Casi todo el coperío Riedel. Sigue muy muy al alza. Altamente recomendable la culinaria elaborada por Pepe Rodríguez y dirigida en sala por su hermano Diego. Gracias por una velada tan maravillosa.

El mejor restaurante de Castilla La Mancha (con permiso de Las Rejas).Visitado en los ultimos diez años una vez al año por lo menos y cada dia mejor.Siempre tomamos el Menu degustacion (unos 10 platos)y cada cual mas exquisito.Perfecto servicio por parte de el maitre y el sumiller.Siempre estan al dia de nuevas vajillas y cristalerias. Las Cartas de Vinos son de las mas completas de España.100 €/persona.

Me habían hablado mucho de este lugar y fui con ganas de darme un homenaje. Pedimos el menú degustación y nos sorprendieron "Las cañaillas y concha fina en caldo de lima" que fue simplemente sublime y el "velo de garbanzos con su pringá" que me pareció algo espectacular. ¡Esa posibilidad de tomarse un cocido en dos cucharadas.! Todos coincidimos en que su éxito está en dar una comida de muy alto nivel de la mano de productos de la tierra. Es una pena que no tengan un local más adecuado porque esta gente estaría más arriba de lo que está sin duda, ahhh y la vajilla... espectacular!

Excelente restaurante, junto con Las Rejas (un pelín por debajo de éste), lo mejor de Castilla-La Mancha. Probablemente la mejor carta de vinos que haya visto, lo que hace que unido a un sommelier muy atento y agradable, el trato del vino sea inmejorable. Tomamos un menú degustación acompañado con una copa de cava Lavit Brut Nature (éramos una pareja y una botella de vino blanco iba a resultar excesiva) y un Agios 2002 muy rico, todo ello maridado por el sommelier. El menú constaba de con Infusión de bacalao con panes tostados, Carabinero con su jugo y melón y Chopitos con fideos de tapas. Luego un Capuchino de Mejillones con col y anisados, Lentejas con sepia yodada, Huevo con polvo de ajo y pimentón y caldo de sopa de ajo (el plato que más me gustó, adaptación de la sopa castellana) y Tocino con manzana ácida y dulce de entrantes. Finalizamos con Pargo con cebollas y jugo de asado y una Oreja de cerdo glaseada que entusiasma. Los postres también excelentes: Vainilla, Limón y Cardamomo; Azafrán con frutas y rosas y Regaliz, piña y dulce de leche. Me cautivaron los petit fours, de los mejores que he podido probar y en los que se nota la calidad del restaurante. Muy detallistas, como por ejemplo regalarnos una mini carta con el menú que habíamos tomado sin solicitarlo, invitarnos a una copa de Lustau con el postre. En total 200 € por pareja que, si bien pueden resultar caros a primera vista, no lo son en absoluto cuando uno termina la cena.

Restaurante bonito y pequeño, al igual que las mesas. la carta poca variedad. me sorprendio la cantidad de comida, ya que me habian comentado que te quedabas con hambre, pero eso si,esperaba más calidad en los platos. me sorprendieron los aperitivos y los dulces del café el vino bien, pero una carta demasiado extensa y pesada no termine de leer, y recurri a lo conocido. el servicio se puede mejorar

Cocina de alto nivel en las dos visitas realizadas espaciadas un año entre si. En la línea de Berasategui, pero manteniendo las raíces manchegas. Servicio apresurado, local ruidoso, las principales pegas (sí, bueno, el marco es mejorable).

Carta de vinos impresionante, probablemente la mejor que conozco, copas Schott-Zwiesel Diva. Con semejante carta, quizás el sumiller debiera jugar un papel más activo (él y no el maitre las debería ofrecer, ofrecer todas, y no sólo la de tintos españoles).