Buen servicio, buena comida-bebida, y buen precio? exito seguro.
Lo cierto es que te sientes comodo en este "apretado" local, aunque mas lo era de donde provienen sus dueños(aperitivo).
Con un servicio rapido y encantador como el de la chica que nos atendio Rosa, fue transcurriendo la noche de forma muy amena.Cervezas mientras pediamos, montaditos de anchoa, huevo de codorniz con jamon, morcilla de arroz y arenque, revuelto de boletus, calamar plancha y berberechos.
Dos botellas de Enrique Mendoza Chadornnay 07, excente en frescura y temperatura.
Y como estabamos de cumpleaños nos invitaron a tartas mientras tomabamos un siempre dispuesto Dominio de la Vega Brut Reserva Especial.
Muy recomendable.Enhorabuena.

Sitio recomendable especialmente por la mano que tienen en la plancha y la calidad de la materia prima. Como primera impresión el local es moderno, con poca separación en las mesas, así que el bullicio está garantizado, más aún si contamos que entre los empleados elevan la voz más allá de lo razonable. Al ser cena de Jueves y estar lleno (aunque me consta que siempre está lleno), el servicio de sala se atropellaba por lo que nos vinieron a tomar nota dos veces y el vino y el pan tardó más de lo previsto. Un agua y una cerveza para empezar. De vino pedimos un Enrique Mendoza Pinot Noir a 18€, el servicio del vino se limitaba a descorchar la botella y la persona que nos atendió sabía poco de materia enológica.

Pedimos Berberechos (excelentes), berenjena plancha (muy buena), gambas al ajillo (buenas), Calamar plancha (muy bueno) y Ciervo a la plancha (el punto perfecto aunque no es mi predilección la carne de ciervo). De postre un pastel de café y uno de chocolate (flojos). No recomendaría pedir postre. Un cortado para terminar y la cuenta.

El ritmo es demasiado rápido y al contagiarse comes a una velocidad superior a la deseada, desde que entramos al restaurante hasta que nos marchamos sólo pasaron 90 minutos, que para todo lo comido me parece un tiempo excesivamente corto.

La relación calidad-precio muy adecuada.

Es muy agradable descubrir que por la zona del Mestalla han abierto este pequeño bar-asador donde Santiago Perea oficia con precisión el arte de la plancha sobre hierro, oficio que compartió con el ya desaparecido Leoncio en el histórico "Aperitivo Bar" de Godella. Conviene dejarse aconsejar en la oferta del día para disfrutar de las materias primas más interesantes. Carta de vinos a buenos precios pero corta y especialmente mejorable en el apartado de espumosos. Optamos por un Valdesil Godello 2006 (16€). Las copas están bien pero las botellas deberían mostrarse y abrirse delante de los comensales, un detalle técnico a mejorar. En cualquier caso, el servicio de sala es muy afable y cercano. Buenos puntos de cocción y buena materia prima en todo lo que tomamos: clochinas, tellinas, chipirón plancha, parrillada de verduras y el revuelto de boletus. En Valencia ofrecer buena materia prima a precios ajustados es garantia de éxito y el local suele estar lleno. Ojalá cunda más el ejemplo en otros bares-asadores.

Este local que lleva abierto 6 meses promete y mucho. Su objetivo buena materia prima a unos precios más que competitivos. Cervezas, vino, cafe y postre y algunas maravillas como las cocochas de bacalao y los chipirones plancha o el revuelto de morcilla entre otros platos todo 24 euros/pax.
Adolfo Orden y Santi Perea maestros de la plancha y discípulos del gran Leoncio de "Aperitivo Bar" combinan su buen hacer y su simpatía para hacernos disfrutar de una gran noche. Hay que decir que para lidiar con todas nosotras hay que ser muuuuuuy pacientes y tener muchas dosis de buen humor y allí no falto. Sin duda que repetiremos.

Grata sorpresa!! por varios sitios a la vez me habian llegado comentarios de este restaurante siempre positivos, y he de confirmarlos: Trato agradable y correcto, sin ser agobiante, carta de vinos justa, pero mas que suficiente con gran representacion de vinos de la tierra y una comida extraordinaria, se nota que la materia prima es muy buena, (sobre todo la gamba fresca y el marisco en general), con unos precios ajustados (mas barato que Rausell). Una delicia comer en la barra viendo como elaboran a la plancha lo que segundos despues te vas a comer y dejarse llevar por el cocinero. Inconvenientes: sonoridad mejorable y siempre lleno, hay que reservar con mucha antelacion.Relacion calidad/precio buena.

Entiendo que el 18 de marzo no es día para cenar en ningún sitio,pero la verdad es que con mesa reservada, que te hagan esperar 1 hora, me parece excesivo. El local es bonito, y la gente amable, pero la materia prima y la alaboracíon de la misma, no me parecieron nada del otro mundo. Tratándose de un local de picoteo, el precio excesivo para lo que cenamos. La carta de vinos, ni fu ni fa. No volveré ( por el mismo precio, me voy a Rausell o a Zacarías)

"Cocina Mediterránea elaborada a la plancha" reza en su tarjeta de visita. La verdad es que define a la perfección lo que nos vamos a encontrar dentro de este coqueto local de corte minimalista en el que uno se encuentra francamente a gusto.
Muy logrado el nombre del restaurante que, si no me equivoco, busca evocar la plancha como eje central de esta nueva propuesta.
Los propietarios han ido a lo seguro, apostando fuerte, y han fichado a dos galácticos, Adolfo y Santi, que hasta ahora eran los "alma mater" del Aperitivo Bar de Godella.
Excelentes materias primas, imaginación y excelso punto de plancha. Buscan siempre resaltar el sabor original del producto, sin enmascararlo, y lo consiguen. Lo bordan. Hacen arte de la sencillez.
Deliciosos los Boletus plancha (insuperables), las Alcachofas con foie, la Gamba Denia...
Carta de vinos escueta pero con referencias interesantes.
RCP: correcta.
No me extraña que esté siempre lleno. Para repetir.