Dice el refrán que el tiempo es el mejor juez de la historia y evidentemente de acuerdo con mi anterior comentario de este local, tarde o temprano EMHO se tenían que producir cambios, así que la única forma de regresar era con un cambio en la dirección del mismo tal y como se ha producido.
Las instalaciones no han sufrido ningún tipo de variación, con una buena presentación y separación de mesas, correcta cubertería, cristalería y vajilla, muy correctas materias primas y buena elaboración en cocina.
Actualmente y debido a la coyuntura económica que nos encontramos, han sabido adaptarse a las circunstancias ofreciendo dos tipos de menús al medio día con unos más que razonables precios ( 15 y 25€ ) y una muy buena RCP.
En la visita de ayer (es la segunda) elegimos el segundo, aunque al haber sido invitado no dispongo de la nota para comentarla de forma amplia. Todos los comensales hicieron comentarios sobre las bondades de los platos, pero de seguro que la minuta se subiría por haber abusado tras la agradable comida con compañeros de trabajo y amigos, de los whiskys y los gin tonic….con repetición en algunos casos. Por cierto, al finalizar la misma y previo a los añadidos, nos invitaron a unos chupitos como detalle de la casa…y no los cobraron!!!!!!!!!!!.
El menú degustado constaba de tres entrantes que se podían elegir entre nueve platos distintos, tanto de fríos como calientes (algunos muy sugerentes), no faltando el jamón ibérico aunque en este caso no lo pedimos puesto que nos decantamos por unas excelentes anchoas del cantábrico, de muy buen tamaño, y bien acompañadas de tomate natural rallado y aceite, seguidas de un buen tomate (de los que denominan valencianos) con ventresca, y nuestra tercera elección consistió en unos excelentes buñuelos de bacalao, muy finos y sabrosos.
Como plato fuerte hubo unanimidad en pedir un arroz del senyoret, resultando unos muy bondadosos platos, realmente sabroso y en su punto….el sobrante tras servirnos a todos lo dejaron en el centro de mesa para el que quisiera repetir…aunque realmente sobró.
Tras el arroz igualmente hubo consenso puesto que nos declinamos por unos zumos de mandarina y limón…algunos con un poco de vodka.
El servicio amable, atento y profesional, con cambio de platos y cubiertos durante el transcurso de la comida.
Lo que entiendo perfectamente, y repito, debido a la pertinaz crisis, es que con los menús que ofrecen al alcance de la mayoría de bolsillos, resultaría cuanto menos chocante disponer de una alta gama de vinos en bodega, por lo que la misma resulta bastante, pero bastante limitada, priorizando los vinos de nuestra comunidad valenciana, con algunos añadidos de D.O. como Ribera y Rioja. En nuestro caso tomamos dos botellas de Viña Mayor (12€ c.u.) Las copas para el vino resultan correctas.
Quiero aprovechar para agradecerles la paciencia que tuvieron con nosotros puesto que al ser una comida de trabajo demoramos en exceso nuestra salida del local.
Por supuesto volveremos.
Me reafirmo en la anterior valoración realizada a éste restaurante, en cuanto a tipo de local, instalaciones, bondad en sus platos, buenas materias primas y correcta elaboración en cocina.
Actualmente en el Parque Tecnológico de Paterna han abierto algunos restaurantes nuevos y lo que tengo claro es que no volveremos a visitar éste local por el motivo que posteriormente indicare.
En esta ocasión y como centro de mesa para compartir elegimos los siguientes platos:
Pastel de cabracho sobre tosta con salsa tártara.
Cocochas de merluza en tempura de arroz.
Clóchinas valencianas al vapor.
Expectuando las clóchinas de tamaño minúsculo, posiblemente por haber estado al fuego más tiempo del óptimo, el resto de entrantes bien elaborados y sabrosos.
Como plato fuerte individual por comensal, los siguientes:
Lomo de sargo asado con salteado de borrajas.
2 de Rape al grill con pilaf de arroz salvaje.
Entrecot de ternera a la pimienta con patatas.
Todos los platos resultaron del gusto de los comensales. La carne para ser entrecot bastante tierna y sabrosa.
La comida se marido con 1 botella de Laus y otra de Protos (blanco).
Al margen del vino, 5 cervezas y 2 botellas de agua mineral. Para finalizar 2 café solo y 1 puro monte cristo.
Posteriormente a la comida y en plena sobremesa, se nos acerco el responsable de sala ofreciendonos unos chupitos, a lo cual accedimos dandole las gracias por ello. Previamente habiamos liquidado la cuenta que ascendio a 211 euros de los 4 comensales, y habiendo dejado sobre la bandeja como "propina" la cantidad de 6 euros.
La sorpresa fue mayúscula cuando ya estando cerca de la puerta de salida, el mismo responsable de sala nos llamo la atención, ante la mirada de algún comensal para indicarnos que en la caja de la barra teníamos una nota pendiente de pago, haciendole indicación que ya habiamos abonado la cuenta, nos respondio que debiamos los chupitos (9 euros), que evidentemente abonamos sin hacer alusión alguna.
Lógicamente comentamos perplejos ya fuera del local lo ocurrido y lamentamos la falta de tacto y señorío de alguien que se denomina profesional en el sector de hostelería. Lo que resulta claro y evidente, es que jamas volveremos a Bembezar.
He visitado en varias ocasiones este restaurante, hasta hace poco practicamente era el único con ciertas prestaciones del Parque Tecnológico en Paterna.
Local de estilo moderno, amplio con buena separación entre mesas y divisible por zonas mediante estores, lo que no impide la visibilidad del resto de comensales, y consecuentemente resulta complicado mantener cierta privacidad en las conversaciones. Desconozco si tiene alguna salita separada y habilitada especialmente para reuniones-comidas de negocios.
Los precios son razonables puesto que la relación calidad-precio es bastante aceptable. Dispone menú degustación (26,80 euros) compuesto por tres entrantes pudiendo elegir como segundo entre carne y pescado ó bien cambio por arroces.
En esta visita pedimos como entrantes clóchinas, quisquilla y ensalada con queso parmesano, bacon y frutos secos. Exceptuando la quisquila escesivamente de tamaño reducidas, bien los otros dos.
Dos de los tres comensales pedimos arroz en paella de marisco, estando sabrosa y en su punto de cocción. El tercero en discordia solomillo a la plancha en su punto acompañado de verduras y patatas (escesivamente aceitosas), resultando la carne tierna y sabrosa.
No llegamos a los postres (caseros) puesto que las raciones son bondadosas, especialmente los arroces.
La presentación de los platos correcta, así como la mesa. Igualmente la cuberteria, cristaleria y vajilla aceptables.
No tomamos vino pero pude ver la carta que sin ser excesivamente amplia, dispone de varias denominaciones de origen, dando un trato preferente a los caldos de la comunidad. Las copas para el vino igualmente aceptables.
El servicio rapido y atento, aunque puede mejorar