volvemos a este restaurante un año después esperando ver cambios, que no vemos.

nos recibe una persona de la casa con una carpeta llena de facturas... "bonita entrada", bastante ocupada....

entramos y nos disponemos a tapear....
volvemos a encontrar cosas rotas y en mal estado...desde la botella de aceite (mucha marca La Boella) que lleva un buen golpe en el tapón, hasta las pizarras de las raciones y tapas, que llevan un desgaste impropio de tan poco tiempo funcionando.

la mantelería sigue siendo moderna....tapete deshilachado y adelante...

el servicio es amable pero el ritmo anárquico...

cinco tapas pueden venir de golpe y luego tener la sensación de que estás desaparecido...supongo que lo de "marchar" platos es más complicado de lo que parece....

la calidad de alguna tapa (tortilla de patatas) es más que justa, y eso que se vende como recién hecha...le falta un punto de sal...

el pan con tomate no parece huntado sino más bien "bañado" con tomate rallado....

servicio del vino justo y sin magia

en resumen.... la sensación de que de padres a hijos las estrellas no se heredan y aquí no quieren ganársela.

Y es que el 20 à la Rambla, últimamente había perdido parte de su encanto, continuos cambios de personal que terminaron con la marcha de Juandi, su cocinero y alma máter, nos llevaron a buscar otras opciones en nuestras visitas a Tarragona.

Me dicen que gracias a un cambio de gerencia, (por lo visto la antigua propiedad a llegado a un acuerdo con el estrellado Diego del Rincón de Diego), que a su vez a confiado la dirección de los fogones a Cristian López, joven promesa que tras su paso por Cal Enric y espai Kru, entre otros, parece estar logrando que el 20, cual ave fénix resurja de sus cenizas.

Y bueno, como ya me he enrollao bastante vamos al papeo,

Por recomendación de mi hijo que ya lo había visitado, pedimos:

Después de la pequeña decepción de la vez anterior y animados por los comentarios de otro forero fui otra vez y la impresión fue buena. Cenamos a base de tapas y todas estaban ricas y bien presentadas, las raciones siguen sin ser muy abundantes pero tampoco raquíticas tal y como me parecieron hace unos meses.
Compartimos los calamares a la andaluza, muy bien fritos, la ensaladilla bien conseguida, unas originales patatas bravas, una tapita a base de foie y cebolla caramelizada y un estupendo mollete de Antequera relleno de carne, bocado éste que me gustó mucho y del que me agradaría conocer el origen desde Andalucía a Tarragona.
Los postres me parecieron algo descompensados en el precio con respecto los platos salados, aunque estaban realmente buenos, sobre todo la tarta de queso que acompañan con una buena ración de frutos rojos servidos a pie de mesa; la tatin de manzana algo más floja.
Mantiene el buen servicio del vino a pesar de que la carta es más corta que antaño, se echa en falta más variedad en un local como éste, y que no tenían el vino que pedimos a pesar de aparecer en la misma, espero fuera un hecho aislado. Lo puntuaré como bueno por el momento.
Servicio atento y profesional.
En fin, una buena noticia para los aficionados a la gastronomía de la Imperial Tàrraco que el 20à la Rambla haya recuperado el pulso después de los altibajos que padeció.

acudimos de nuevo por recomendación de otro "veremador" y para ver cómo funcionan las tapas de un "estrella".

el local es idéntico al de los anteriores propietarios
moderno, agradable...

no me convence demasiado que una vez pasada la barra y llegado al restaurante en mesas, quedas un poco como "in albis" ...

a la izquierda la cocina, vista, donde varias personas trabajando, y justo en frente en el pasaplatos varias personas de camarero, algunas muy jóvenes, con muestras de estar en rodaje porque notas que aún no está demasiado claro quién te recibe o no...

pero bien...la verdad es que el servicio juvenil es correcto.

la carta de platos tiene el modelo, en la mayoría de platos, de tapa o ración...

nos decantamamos por alguna de cada, con algo de miedo por lo comentado de "ir justos", pero la verdad es que no estaban nada mal de cantidad y los precios eran correctos..

se ven detalles graciosos en las presentaciones (que es donde diría que se nota más la imaginación del "estrella") y los sabares son correctos y agradables...

no me gustó que me encontré con dos desconchones en un par de platos, supongo que han aprovechado la loza que han podido, pero queda francamente mal presentar cosas rotas....

tampoco me gustó que no hubiese más mantelería que un mantelito (algo deshilachado por cierto) individual y la mesa pelada...

creo que están haciéndolo bien pero que deben seguir adelante...
hay recorrido y con un "estrella" seguro que saben cómo hacerlo.

Hace ya meses que no iba por este restaurante que, de la mano del antiguo jefe de cocina Juan Diego, supuso un soplo de aire fresco en la restauración de la ciudad. Este cocinero abandonó el proyecto y hace pocos días la prensa local anunció que se hacía cargo de los fogones el conocido chef Diego del "Rincón de Diego" de Cambrils, uno de los tres únicos de la provincia con estrella Michelín si no recuerdo mal.
No pude asistir a la inauguración pero fui a cenar al día siguiente; en la barra nos tomamos un vino de dispensador/climatizador con unas olivas y después pasamos al comedor que no presenta ningún cambio respecto la etapa anterior.
Tomamos una ensaladilla de ventresca, un surtido de quesos, ración de patatas bravas, calamares andaluza, milhojas de patats y trufa, ración de tortilla de patata y cebolla, croquetas de jamón y ración de callos.
¿Y por qué digo sensación agridulce?, pues porque todo estaba bueno, -algún plato de sobresaliente como las patatas bravas y los callos, lo más flojo los calamares andaluza muy gomosos- pero las raciones eran minúsculas, incluso el pan con tomate servido para 5 personas 4 trozos. ¡Hombre, si la ración son 4 rebanadas y hay 5 clientes parece lo más lógico o bien indicarlo para pedir 2 o poner un trocico más de pan!. Vaya, eso me parece mí.
Postres sabrosos: tatin de manzana con helado y espuma de crema catalana, para los golosos estupendos.
Carta de vinos con marcas interesantes sin referencia de añadas, lástima que el primero solicitado no estuviera disponible; buen servicio del vino a cargo de uno de los camareros.
El menaje y cristalería correctos.
Lo cierto es que los precios de las raciones son bajos, pero su exigua cantidad te obliga a pedir 2, casi preferiría que fueran algo más subidos pero más abundantes.
Con respecto al tipo de cocina anterior da la sensación que ha abandonado el corte moderno de las recetas para ofrecer platos más tradicionales. Deseo mucho éxito al nuevo equipo.

Optemos por el menú sensaciones, un desfile de 10 tapas, algunas muy buenas y otras, quizás prescindibles (siempre desde nuestro punto de vista, que contra gustos no hay disputas).

En general cuando acaba el menú, la sensación era buena, fue divertido, aunque con algún altibajo, tanto en las tapas como en los tiempos, en algún caso la tapa llegaba casi seguida y ya hacia el final, el tiempo entre alguna tapa fue excesivo.

Esta claro que tanto en presentación como en concepción de la tapa, se sale de lo tradicional, es claramente de autor, por eso esperábamos algo mas de sorpresa, o quizás menos "bajos", pero insisto en que en general quedemos satisfechos.

El servicio es bueno, profesional, con absoluto protagonismo del dueño, te acomoda, interactúa contigo de forma amistosa, amable, con una energía envidiable, yo creo que disfruta con su trabajo. Si no quieres las diez tapas del menú, déjate aconsejar, eso fue lo que hicieron algunas mesas, el mismo les montó un mini menú de acuerdo a los gustos de los clientes y al parecer con éxito.

El menú en cuestión está formado por:

- Un croqueta
- Manhattan de boqueron con tomate (servido en la copa Manhattan)
- Patata de verano con rúcula, fuet templado y huevo (servido en un vaso pequeño, la patata como un helado el resto encima)
- Kikirikii 20 (una mini hamburguesa de pollo y varios condimentos que no recuerdo)
- Mallorqui (en un vaso, una base de sobrasada y encima una espuma de patata)
- Meloso con foie (que sustituia a a un cochinillo)
- Migas de pan con vieira y tocino
- Arroz con pulpo
- Lomo de conejo, zanahoria y perdigones
- Recuerdo del bocata del 83 (en un vaso, vainilla líquida con chorro de aceite y chocolate, rememoraba los bocadillos de chocolate y aceite que comíamos de pequeños, lo logra bastante)

Lo que nos gusto/sorprendió especialmente, el relleno de la croqueta, carne. La mezcla del tomate con el Manhattan (sorprendente), la mini hamburguesa, sabrosisima.

Lo que no nos aporto nada, La patata de verano (pero nada), el lomo de conejo, bastante por debajo del resto, y las migas quedan como fuera de lugar.

Respecto al vino, buena carta, cara como todas, se ve claro que le prestan especial atención al vino, muy buenas copas, vinos bien conservados y servidos a temperatura, nuestra primera opción, no la tenían (mal), así que pedimos consejo, me gusto mucho que nos dieran a probar el vino, además de sus explicaciones, para decidirnos, elegimos un Sola 2 clasic (Priorato de 13€).

Y poco mas que contaros de esta experiencia.

Restaurante situado en la Rambla Nova, a escasos 100 metros del Balcon del Mediterraneo.
El local se divide en dos ambientes, la barra, donde tienen una buena seleccion de vinos por copas y donde degustar alguna que otra tapa bastante interesante.
Mientras esperamos a que nos prepararan la mesa tomamos una caña y una copa de cava, y aquí llegó el primer problema, el cava carecia totalmente de burbujas y tras probar de otras dos botellas que tambien estaban abiertas y presentar el mismo problema, por fin se decidieron a descorchar una nueva.
El comedor no es excesivamente grande, con aprox. una docena de mesas, decoracion de estilo minimalista, grandes ventanales que aportan mucha iluminacion, mesas bien vestidas, vajilla y cuberteria de calidad y cristaleria Schott.
Para comer nos decidimos por el menú degustación clasico 20, a 26€ compuesto de:
Croqueta de jamon iberico.
Escalibada brasa, gamba marinada con bergamota y corn flakes.
Tiras de pollo especiado con mostaza y vermut.
Shusi iberico.
Pulpo estilo feira 2006.
Arroz cremoso de sobrasada, chips y huevo.
Morcilla, patata y piquillo.
Yogurt-cola 09.
Todos los platos con un nivel aceptable y donde nos sorprendieron especialmente, las tiras de pollo y el pulpo.
La carta de vinos está centrada principalmente en las D.O catalanas, aunque tambien dispone de alguna referencia del resto de España y foraneas, en este caso nos decantamos por Les Paradetes 07 a 16,5€, bien de tª y el servicio se limitó a descorche y prueba.
Terminamos con un par de cafes.
Tengo que decir que el servicio fue bastante serio en todo momento y tambien decir que la entrada al almacen se realiza por el comedor con el consiguiente trasiego de personal, que a ratos llegaba a molestar.

Fecha Visita:
Comida, 17 de septiembre del 2.011

Situación:
Muy buena, en la Rambla Nova de Tarragona.

Web:
http://www.20alarambla.cat/index.php?lang=es
Web con muy poca información, y con algunos enlaces que no funcionan.

Aparcamiento:
Parking de pago delante del restaurante.

Local:
Local moderno y bien decorado.

Tipo de cocina y Especialidades:
De mercado con un toque de alta gastronomía.

Precios de platos probados:
8,10 €.- Patatas bravas (un clásico en el 20)
12,50 €.- Mejillones a la brasa
6,00 € x 2.- Salmorejo. (Una nueva presentación del famoso plato cordobés)
2,10 € x 4.- Croquetas de Jamón
6,10 €.- Lomo de Caballa
2,50 €.- Varita de Merluza
12,00 €.- Conejo con cansalada, (Genial tanto la presentación como el sabor)
25,12 €.- Chuletón de sidrería (En su punto)

De postre,
6,50 €.- Torrija
3 € x 2.- Chupito Kuhri de Mora.

Para beber,
1,75 €.- Agua de litro
1,80 €.- Coca cola
22,50 €.- Gramona
9,50 € x 2.- GT de Bulldog con Schweppes

Cuenta:
145,78 €.- Cinco adultos (Sin sorpresas inesperadas)

Servicio de vino:
Cuidado, de acorde con el precio y categoría.

Servicio de sala:
Muy atento, rápido y servicial.

Relación calidad precio:
Muy buena

Lo mejor:
Me han sorprendido la presentación y sabor de algunos platos.

Creo que deberían mejorar:
No se me ocurre ninguna.

Comentarios:
Sin duda una de las mejores opciones de Tarragona, con su xef “Juandi” cada día más en forma.

Recomendable:
Mucho.

De vuelta de Valencia hacia Girona parada en Tarragona y nueva visita al 20.
“Juandi” nos presenta sus nuevos platos entre los que destaca el arroz cremoso de sobrasada (adjunto foto).
Para cuatro personas pedimos,
Una de bravas, 8€
Cuatro croquetas de Jamón ibérico, 1,90 € c/u
Tres croquetas de Baldana 2,35 € c/u.
Uno de Alitas de Pollo 13,90 €
1 de Mini Hamburguesas, 13 €
2 de Arroz cremoso de Sobrasada, 9,50 € c/u
Cervezas, agus, cocas, cafés…..
Precio total 4 personas 79,85€
Buen ambiente, trato cordial, lo dicho….. en su línea.

Este verano he podido probar el menú degustación de tapas
y creo que tanto en la calidad como en la cantidad puede hacerle mucho daño a los restaurantes con menú degustación que te ponen raciones de tapas a precios desorbitados.

No cobran el pan ni el aperitivo, los vinos, cafés y aguas son a precios razonables:

café 1,30€ - bueno, 1l. agua 1,75€ , Vino Juan Gil 12 meses 15€

Lo único malo para mí es que dejan fumar y no tienen zona para no fumadores