Restaurante La Rebotica en Cariñena
Restaurante La Rebotica
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
23,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Noches excepto sabados y lunes todo el dia.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
31 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.9
Aurelio_Gómez-Miranda_La_Rebotica_Cariñena_Ternasco
Ensalada aragonesa
Paletilla de ternasco
Bacalao gratinado
Borrajas, setas y patatas
Opiniones de La Rebotica
OPINIONES
10

Viaje de regreso a casa tras pasar el fin de semana en Donostia. Nos venía bien parar a comer a mediodía por los alrededores de Zaragoza con el condicionante de no entrar en la ciudad. Consultando Verema encontramos valoraciones de este lugar y decidimos rendirles visita.

El local se encuentra en pleno centro de la población. Nuestro navegador nos conduce por un laberinto de callejuelas estrechas y retorcidas hasta la misma puerta del restaurante. Afortunadamente encontramos una plazoleta cercana donde dejar el coche. Local muy rústico, como corresponde a una antigua casa de pueblo. Los pequeños comedores en los que se divide deben corresponderese a las antiguas habitaciones de la casa. Intuimos que no se ha modificado en exceso la distribución de la misma. Algunas de las paredes, eso sí, demandan una mano de pintura y es por ello, que valoro únicamente como correcto el entorno.

La carta no es excesivamente larga y ofrece una decena de propuestas y un menú que declinamos. Confeccionamos la comanda a nuestro gusto con el fin de compartir todo al centro y poder probar todos cuantas más cosas mejor (éramos tres comensales):

- Tosta de foie con aceite de trufa y compota de manzana: Sobre la rebanada de pan se presenta un corte de pastel o flan elaborado con el foie. Textura ligera y sabor un tanto deslavazado respecto a lo que cabría suponer tratándose de hígado de pato. Más persistente la impronta del aceite trufado que le va de maravilla.

- Ensalada de longaniza, cebolla de fuentes y crujiente de jamón: Sobre el lecho de lechuga se presentan el resto de ingredientes. Muy rico el embutido fresco y especialmente sabrosa la cebolla pochada servida templada y que destaca por su agradable dulzor.

- Brandada de bacalao y alcachofas: Correcta la brandada en cuanto a su sabor pero quizás demandaba una mayor ligazón. Un tanto líquida. Los corazones de la alcachofa han sido hervidos y se presentan en daditos. Un leve paso por la plancha o la sartén les habría aportado un toque crujiente que se me antoja interesante cuanto menos. Lástima.

- Borrajas y setas sobre crema de patatas: Elementos bien conjuntados con un resultado final más que satisfactorio. Quizás debería atenuarse el uso de la nuez moscada en esa crema que, si bien la hace rica y apetecible, enmascara un tanto el sabor elegante de las borrajas.

- Paletilla de lechazo al horno: Muy rica, con la cobertura crujiente y la carnaza melosita. Lo mejor de la comida.

- De postre yo tomé una tarta de queso con crema de orujo. Aspecto cien por cien artesanal y conjunción entre todos los elementos sin que ninguno de ellos predomine sobre los demás. A pesar del enunciado, una tarta para todos los públicos. Mis acompañantes tomaron una crema de queso y un sorbete de manzana y chardonnay. Ambos más que correctos.

Acompañamos la comida con agua y un vino de la zona, como la mayoría de los que se ofrecen en la carta, lógicamente: Sed Crianza – Vino del desierto (Garnacha, cariñena y syrah), servido a temperatura correcta y en copas aptas para su disfrute.

Mención especial para el trato recibido muy cordial y eficiente durante nuestra estancia allí. La prueba más evidente de su buen hacer fue el lleno al completo que presentaba el restaurante antes incluso de la apertura de puertas al público.

Y pa rematá el finde gastronómico, nos dijimos “¿Ea, nos pretamos un ternasquico?”

Vaya maratón. Que comenzó con un largo tapeo por Zaragoza, que continuó con la cata-experiencia “La Carne y la Luna” en “Sambal” (Noja), que prosiguió con cena en El Riojano (Santander), con callos y cocido montañés incluidos, y que iba a finalizar en La Rebotica (Cariñena), con una paletilla entre otras cosas.

Pues eso, que teníamos hambre. ¿Que habíamos cenado callos y cocido montañés? ¿Que habíamos desayunado tortilla de patata rellena? ¿Y? Teníamos hambre, eran ya muchos km de carretera. ¿Pasa algo? Hala, pues paramos en La Rebotica, el mejor de “la redonda” como se dice por aquí, en mi tierra.

El restaurante ocupa íntegramente la planta calle de una casa de pueblo, en el centro de Cariñena, que en su día fue rebotica (farmacia). Como tal casa de pueblo, está llena de habitáculos que hacen de pequeñas, salitas, reservados… Y una sala un poco más espaciosa, no mucho más, en la que hay tres o cuatro mesas, y que fue donde nos acomodaron.

Decoración sencilla, rústica, cuidada. Da buen rollito, huele a pueblo.

Desarrollan una cocina aragonesa con toquecico.

Había un Menú “Made in Aragón”, por 29'50€, que a mi exigente compañero se le antojó caro, no sin razón, con dos entrantes, un segundo y un postre (agua pan y vino incluidos). Pedimos cada uno un segundo para compartirlo y hacernos un mini degus, quedando así el asunto:

Ensalada Aragonesa
Borrajas, Setas y Patata
Bacalao gratinado al ajo tostado
Paletilla de Ternasco de Aragón asada al horno con hierbas aromáticas y vinos D.O. Cariñena

Esperaba algo más, pero comimos moderadamente bien: la ensalada, correcta, tenía el puntillo de llevar longaniza batida; las borrajas estaban muy naturales, con esa bien traída cama de patatas y setas, Dios, cómo echo yo de menos estas verduricas de la ribera; el bacalao, anodino; el ternasco… elevó el nivel, sabroso, “desgrasado”…. Ayayay, ¿repetimos? Para, para, que vamos a reventar.

Bebimos un blanquito, Duna 2014, original “vino del desierto” de allá al lado, de Los Monegros.

Servicio cercano, agradable.

Joé, ¿y ahora quién conduce hasta Valencia, Dani?

Restaurante ubicado en la población de Cariñena que nos vino al pelo para comer de vuelta de Zaragoza a Valencia. La Rebotica ocupa una casa de pueblo típica, de ambiente y decoración rústica, respetando la estructura original de la casa, que separa estancias en las distintas piezas de la misma.

Tomamos el menú de 29,50€, un menú a primera vista tampoco muy atractivo pero con algunas cosas interesantes que nos apetecía probar. Compartimos todos los platos, dos entrantes y dos primeros:

Ensalada aragonesa, la vista no acompaña... Presentación de una ensalada sin más con longaniza de la zona y algo de jamón. La lechuga iceberg no acompaña demasiado, pero lo cierto es que no está mala, con esa vinagreta tan fresca que le da consistencia al conjunto.

Borrajas patatas y setas. Me encantó, me pareció un plato muy bueno en el que las borrajas, tan denostadas (hasta en los dichos populares), suponen un bocado muy rico, acompañadas además del puré de patatas y setas.

De principal escogimos las dos opciones posibles:

Bacalao gratinado al ajo tostado, bastante rico, le faltó algo de punch, algo diferenciador, pero no estuvo mal.
Paletilla de ternasco de Aragón asado al horno, producto y el buen hacer del horno. Perfecto punto, de tostado, de jugoso por dentro...

Carta de vinos sencilla, corta, con referencias de la zona y precios interesantes. Copas correctas, mejorables, pero dejan disfrutar de la carta. Lástima la escasez de vinos blancos, que sin duda casaban mejor con el menú ofrecido, salvo por ternasco. Tomamos Duna 2014, que acompañó perfectamente, salvo a la carne.

Si se está por la zona es recomendable, aunque el precio es algo elevado para lo que se ofrece.

Hola, un viaje de compromiso para ver a mama política, se convirtió en un viaje de placer.
Despues de recoger información, fuimos a dormir al Hotel del vino y cenamos en la Rebotica. El hotel, limpio, nuevo,tranquilo, bien de precio, con una selección de la bodega Prinur. Por cierto la tienda esta en la recepción del hotel, y esta abierto en domingo todo el día.
Y el retaurante, muy bien, es posible hacer comida creativa con productos de la zona, no me lo esperaba. Nos pusieron de aperitivo una crema de melón, con tomate y pepino, muy refrescante. Pedimos el habitual Foie, con aceite de trufa y compota de manzana, delicioso. Luego pedimos una ensalada de foie y queso de cabra con jamón de pato y soja tostada. Terminamos con una crema de patata con borrajas, salpicadas de setas y cebolla frita, me encanto. Lo acompañamos con un frequisimo Chardonnaire de Urbezo, algo sencillo y floral, blanco de la zona. El postre, en fin... Helado de melocotón de Calanda, bañado con natillas y con borraja rebozada. Muy bueno. Y nos sorprendieron al final con un sorbete de chardonnaire. No llego a los 50e. se pueden hacer las cosas bien, con productos de la tierra.
. Lo que leí, era todo verdad, por fin fui feliz el fin de semana que me tocaba ver a la suegra. Jajaja. Gracias. Por vuestra información y espero que os valga esta. Un saludo

Camino de Pamplona, tras los acertados comentarios de los foreros pare a comer en La Rebotica de Cariñena.
Restaurante ubicado en un local encantador de una antigua farmacia, junto a la torre de la iglesia de Nª Sra. de la Asunción.
Trato amable y servicio rápido. Nos ofrecieron 3 menús y optamos por el intermedio, que constaba de:
* Flan de foie y boletus (exquisito)
* Arroz con longaniza (correcto)
* Chipirones con vieiras y bacalado (muy buena combinación).
* Postre: Chocolate caliente con helado de naranja (exquisito).
* Vino D.O. Cariñena con mezcla de garnacha, cavernet y merlot (grata sorpresa)y Agua de Jaraba.
Sin lugar a dudas, un restaurante con encanto, con buena relación calidad precio y servicio excepcional.

Al volver del encuentro de foreros de Verema celebrado en Olite paramos a comer en este restaurante. Sitio acogedor y personal de sala amable.

Optamos por el menú especial (25€), que incluía medias raciones de flan de foie, arroz de langostinos, corvina al horno, un estupendo secreto de ibérico y postre.

La carta de vinos es corta pero tiene varias opciones interesantes. Optamos por una botella de chardonnay de una bodega de la zona (12€)

Al final nos regalaron una botella de Corona de Aragón Viñas viejas de Garnacha 2009 que estaban dando a conocer.

Posteriormente volví a comer de nuevo el 29 de octubre y pedimos a la carta, ya que el menú era el mismo. Me gustó más la primera vez por lo que recomiendo elegir el menú que ofrecen, que tiene muy buena relación calidad-precio. Una propuesta muy interesante si pasais por la autovía de Zaragoza y quereis parar a comer.

Como se comenta en la anterior, siempre estás de paso, y en este caso camino de Teruel, La Rebotica nos coloca en una preciosa habitación literalmente semiprivada, con decoración del centenario negocio farmacéutico de Cariñena.
Servicio magnífico. Decantados por unas vieiras con gulas (6) y presa ibérica en su justo punto (7), nos rcomiendan atacar incluso un joven Viña Urbezo, distinguido, potente, rojo cereza, algo falto de aroma para su juventud, pero entero en boca, con fruta roja y posgusto correcto.
RCP extraordinaria para los acostumbrados a la "capital". Absolutamente recomendable.

Aprovechando la vuelta a Valencia desde Zaragoza, en lugar de comer en una triste gasolinera, me desvío de la autovía para comer en este restaurante de ambiente hogareño con una buena carta de productos propios de la zona (el ternasco no podía faltar) bien ejecutados y materia prima excelente con alguna innovación. La carta de vinos se limita a los de la zona (lo cual a mi particularmente me satisface mucho) con una amplia variedad, y siguiendo la recomendación que nos hicieron probamos el Quinta Mazuela de Cariñeña, monovarietal, que nos decantaron sorprendiendo por su sabor con una buena relación calidad precio. Con todo lo que más aprecié fue el postre; borraja frita, rebozada a modo de buñuelo, sobre una base de natillas acompañada de helado de melocotón de calanda y nata. Para repetir.

Un gran descubrimiento de nuestro viaje enológico a Cariñena. Sólo abren para cenas los sábados por la noche pero merece la pena (resto de días sólo almuerzo). Materia prima excelente, trato amable y sin aspavientos. Cocina de la zona, vino de la zona. Ambiente muy agradable e íntimo con varias pequeñas habitaciones. Un gran sitio para probar la gastronomía de la zona. El Dominio de Longaz estaba de muerte!!!!
Por cierto, a un excelente precio.

El nombre indica lo que fue. Agradable local,bien ambientado buena separacion de mesas,servicio profesional y correcto.
Carta adaptada a productos de la zona,con algunos platos con buenos toques creativos.Muy buenas raciones.Esponjoso y muy sabroso pastel de setas,lasagna de morcilla(agradable),muy buenos los bacalaos en sus varias presentaciones,pedid las migas con bombones de queso(sensacionales las migas),chuletas de ternasco en la linea de lo demas,muy sabrosas y en su punto.Dejad un hueco a los postres.
Carta de vinos limitada a la zona pero con muchas referencias de la misma,correcta.
Buena R.C.P

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