Restaurante Estrella Central en Madrid
Restaurante Estrella Central
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
29 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
6.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Estrella Central
OPINIONES
4

Básicamente es un restaurante Chino un poco mas “apañao”, si te gusta el Sushi no esta mal, es lo mejor que tienen…Ahora eso sí…. prepárate a pagarlo a precio de restaurante Japonés (en Japón)….El resto comida china como en cualquier chino… (tres veces mas cara). El servicio lento (un Sábado noche con tan solo tres mesas ocupadas, tardaron mucho entre plato y plato)….En general calidad precio excesivo para tratarse de un Chino…aún que eso si “apañao”
-Moraleja: si tienes un chino cerca de casa y no te importa mucho la decoración, comes igual y más barato.

Sería bueno aclarar que en casa siempre hemos rechazado visitar los típicos locales de cocina "china", pero también es cierto que van surgiendo ciertos locales de cocina "asiática" que nos inspiran más confianza. Este local está en este último grupo. Son muchas veces las que he pasado por su puerta pero ni se me había planteado la posibilidad de conocerlo.

Ayer de vuelta a casa pasamos por delante y recordé que el "apañero" Eugenio había colgado un comentario fiable y positivo del local. Así es que, sin reserva alguna, nos preguntamos: ¿Y por qué no?. La verdad es que sin ser gran cosa, salimos satisfechos por lo comido y pagado.

El local es muy luminoso y con aires modernos (paredes blancas, negras o rojas y suelos de tarima).

Servicio atento con ganas de agradar. Quizás algún problema con el idioma pero se perdona lógicamente por su entusiasmo.

Carta con platos de la sutil cocina japonesa, especiada cantonesa y exótica thailandesa. Lo mejor quizás su oferta de sushis y su plato estrella: Pato laqueado.

Comida para tres:

De entrantes:

- 2 de Makis Vegetales: Un mixto de clásicos rolls de rábano y de aguacate. Quizás se echa en falta un poco de más variedad.

- Surtido de Nigiris: Me personalicé un plato de Nigiris compuesto de 2 piezas de: Pez mantequilla, atún, anguila ahumada y langostino. Todos se preparan al momento, por lo que se garantiza que el pescado esté en su mejor punto. Los que más me gustaron: Pez mantequilla y anguila. El que menos, sin duda, el de atún ya que apenas aportaba sabor al bocado.

- Témpura de verduras: Variada y de cubierta ligera y crujiente.

- Dim-sum al vapor: En una caja de bambú, seis piezas de masa delicada con diferentes rellenos. Muy agradables de comer.

De segundos:

- Medio pato laqueado: Este clásico plato pekinés se presenta en dos partes como ya se ha descrito anteriormente. Ciertamente nos gustó más salteado con salsa de soja y verduras.

- Tallarines Udon: Buen plato de tallarines japoneses salteados con verduras y una salsa de soja muy sabrosa.

Postres:

- Helado de té verde: No nos disgustó su sabor. En cualquier caso, textura cremosa.

- Sorbete de limón al cava: Agradable.

La carta de vinos muy corta y comercial, como era de esperar. Tomamos Mantel Blanco Verdejo 2011 (10.50€), servido en copas aceptables y muy bien de temperatura. No están atentos a rellenar pero te dejan una cubitera al lado.

Precio total: 100.80€ (inc. IVA, un refresco, una cerveza, un litro de agua y vino).

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con IVA y sin bebidas.

Un par de visitas más a este local, la última el pasado sábado, nos confirman que estamos ante un buen restaurante asiático donde tienen presencia platos de distintas procedencias y el resultado suele ser satisfactorio. Sábado noche y local casi lleno, no es especialmente amplio pero resulta moderno y cómodo, poco ruidoso, se está a gusto.

La carta de platos es muy completa y con múltiples opciones, incluso con menús temáticos. En estas últimas visitas hemos comido a la carta y nos hemos decantado como entrantes por sus dim-sum al vapor, de carne, setas y gambas (6,8€), finos y delicados, por las vieiras al wok con salsa XO (13,5€), frescas y sabrosas pero un poco bravías para nuestro gusto, un variado de makis con 4 piezas de california, Ebi Maki, salmón y rábano (15,5€) bien realizados, perfecto el punto del arroz y del pescado y como platos fuertes un día por el Funamori Moriawase (31€), un variado de sushi, sashimi, maki y california servido en un ornamentado barco y que nos gustó mucho, buen pescado, corte limpio y arroz muy bien tratado y el último día por el pato laqueado (medio pato 24€), servido en dos partes, una con los crepes rellenos con puerros y pepino y la otra parte preparada con salsas y verduras salteadas, un plato francamente apetitoso. De postre solemos pedir sus helados, bien el más fino de té verde japonés (5,5€) o bien la más poderosa tempura de helado con miel y nata (5,8€), un postre contundente y para glotones. En general y sin ser nuestro tipo de comida preferido, lo cierto es que aquí comemos razonablemente bien, la calidad del producto, su elaboración y la presentación de los platos nos resulta satisfactoria.

La carta de vinos es lo más flojo del local, pocas referencias y casi todas tintas, sin apenas sorpresas. Por lo menos tienen un Rueda que nos gusta (Mantel Blanco Verdejo 2011) y a buen precio más o menos (10 euros), así que es lo que aquí bebemos. Hay algún cava y algún otro blanco, pero con precios menos aquilatados. Además esta cocina nos da mucha sed y siempre nos bebemos dos botellas, así que a ese precio pues se hace más llevadero. Copas y vajilla correctos y servicio esmerado, joven y atento, con buenas maneras, siempre sonrientes, un punto destacable.

Así pues, este es un restaurante que ofrece una cocina oriental ecléctica, sin sorpresas, fusionando distintas ramas y con calidad, sala cómoda y buen ambiente y servicio, un sitio al que voy más por mi mujer que por mí pero del que tampoco salimos nunca decepcionados, así que resulta recomendable, además a 10 minutos andando de casa. No está mal.

Local amplio y diáfano, cómodo, sencillo y funcional. Mesas con buena separación, sin agobios.

La cocina es de fusión asiática (japonesa, cantonesa, vietnamita, etc). Vaya por delante mi absoluto desconocimiento de estas cocinas y mi poco interés por ellas, pero de vez en cuando hay que contentar a la pareja. Pedimos el menú degustación (22 euros), que consta de 8 platos. No me acuerdo muy bien de los nombres de los platos, pero se trata de una cocina variada, sabrosa, muy especiada y de contrastes. El menú bastante bien presentado y profundo para su precio. Lo mejor el postre, un fabuloso helado de té verde en témpura y un entrante realizado a base de varios tipos de algas.

Carta de vinos flojita, muy comercial, basada en vinos tintos que en mi opinión no van nada con esta cocina. Por lo menos tenían Mantel Blanco (un buen verdejo) por 9 euros, así que no lo dudamos. Copas flojitas, aunque bajo petición te ponen unas Schott borgoña bastante apañaditas. Precios correctos y servicio nativo, atento y amable, aunque un poco acelerado.

Esta cocina no es santo de mi devoción, pero al menos hay que reconocer que en los precios de este restaurante, la calidad y cantidad recibida es cuando menos acorde. Igual vuelvo algún día para probar su especialidad (Pato Laqueado), pero me lo pensaré. Para devotos de lo oriental que no quieran gastarse mucho dinero y deseen algo más que el típico "chino de barrio".

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