Sin ser nuestra comida preferida, siempre salimos contentos

Un par de visitas más a este local, la última el pasado sábado, nos confirman que estamos ante un buen restaurante asiático donde tienen presencia platos de distintas procedencias y el resultado suele ser satisfactorio. Sábado noche y local casi lleno, no es especialmente amplio pero resulta moderno y cómodo, poco ruidoso, se está a gusto.

La carta de platos es muy completa y con múltiples opciones, incluso con menús temáticos. En estas últimas visitas hemos comido a la carta y nos hemos decantado como entrantes por sus dim-sum al vapor, de carne, setas y gambas (6,8€), finos y delicados, por las vieiras al wok con salsa XO (13,5€), frescas y sabrosas pero un poco bravías para nuestro gusto, un variado de makis con 4 piezas de california, Ebi Maki, salmón y rábano (15,5€) bien realizados, perfecto el punto del arroz y del pescado y como platos fuertes un día por el Funamori Moriawase (31€), un variado de sushi, sashimi, maki y california servido en un ornamentado barco y que nos gustó mucho, buen pescado, corte limpio y arroz muy bien tratado y el último día por el pato laqueado (medio pato 24€), servido en dos partes, una con los crepes rellenos con puerros y pepino y la otra parte preparada con salsas y verduras salteadas, un plato francamente apetitoso. De postre solemos pedir sus helados, bien el más fino de té verde japonés (5,5€) o bien la más poderosa tempura de helado con miel y nata (5,8€), un postre contundente y para glotones. En general y sin ser nuestro tipo de comida preferido, lo cierto es que aquí comemos razonablemente bien, la calidad del producto, su elaboración y la presentación de los platos nos resulta satisfactoria.

La carta de vinos es lo más flojo del local, pocas referencias y casi todas tintas, sin apenas sorpresas. Por lo menos tienen un Rueda que nos gusta (Mantel Blanco Verdejo 2011) y a buen precio más o menos (10 euros), así que es lo que aquí bebemos. Hay algún cava y algún otro blanco, pero con precios menos aquilatados. Además esta cocina nos da mucha sed y siempre nos bebemos dos botellas, así que a ese precio pues se hace más llevadero. Copas y vajilla correctos y servicio esmerado, joven y atento, con buenas maneras, siempre sonrientes, un punto destacable.

Así pues, este es un restaurante que ofrece una cocina oriental ecléctica, sin sorpresas, fusionando distintas ramas y con calidad, sala cómoda y buen ambiente y servicio, un sitio al que voy más por mi mujer que por mí pero del que tampoco salimos nunca decepcionados, así que resulta recomendable, además a 10 minutos andando de casa. No está mal.

  1. #1

    Emili

    De tu anterior comentario a este se sacan varias conclusiones:

    La primera vez no tenías ni idea y esta segunda vez conoces los nombres de los platos y sabes que has comido.

    Sigues tomando el mismo vino, pero lo han subido 1 € de precio.

    Saludos.

  2. #2

    EuSaenz

    en respuesta a Emili
    Ver mensaje de Emili

    Jaja, sigo sin tener ni idea, a mí estos nombres orientales se me quedan un poco grandes, yo soy más de alubias, tortilla y callos. Lo que pasa es que a mi mujer le ha entrado el gusanillo con esto y ha hecho algún curso de cocina japonesa y como además está cerca de casa, pues sin problemas. El vino ha subido 1 euro con respecto al comentario anterior, lo cual en tres años no me parece exagerado. Todo sigue más o menos igual en esta casa, no sales sorprendido pero tampoco decepcionado.

    Un saludo,
    Eugenio.

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