Restaurante Aspaldiko en Loiu
Restaurante Aspaldiko
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
57 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.3
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
8.9
RCP CALIDAD-PRECIO
7.2
Opiniones de Aspaldiko
OPINIONES
8

Segunda visita. Última visita.

No será ni por el trato, magnifico, ni por las instalaciones, ni por la comida, ni por el precio. Lo será, por todo en general.

 

La pequeña de casa había estado y le había encantado, así que quería volver. Allá que fuimos los cuatro, a ver como resultaba el evento. 

 

El restaurante, a tope. Como siempre. Esta vez, al estar con las pequeñas, no tomamos nada en barra ni pudimos comer esa rica chistorra. Nos acomodan en una mesa de buen tamaño para cuatro y al rato nos cantan lo que hay fuera de carta. Pensamos, ojeamos la carta y nos pasa como en la primera ocasión, no sabemos que pedir. No porque sea complicado, si no porque creemos es demasiado simple, hay cuatro cosas y punto. No nos gustan los sitios de sota, caballo y rey. Sobre todo si no son ganadores.

De aperitivo, lo mismo que la otra vez. Tres salsas y un correcto aceite. Con panecillos. El pan, no era como la otra vez, bastante florete la verdad.

Para compartir:

- Foie. Congelado. Bañado en sal. Insipido. Vamos, para no volver a pedirlo en la vida.

- Ensalada de bogavante. Unos trozos, ración generosa, de bogavante sobre una cama de cuatro verduras sin vida. Sin comentarios.

- Laminas de boletus. Lo de láminas a parte. Como cuando te las das de saber cortar jamón y no tienes ni idea. Unos tacos de aupa. Aún así, para mi lo mejor de la comida.

 

De segundos...

Las pequeñas se decantaron por cordero relleno de foie (son adictas a esto). Ellas se lo comieron, yo lo probé por ver como era ese plato del que tanto hablaba la pequeña y vamos.... yo no volví a probarlo.

 

Mila pidió rape con arroz en tinta negra. Detalle, se pide que salga sin sal. Sale el arroz sin sal, el rape con sal.... No sabemos que no entienden por "Sin Sal". Digo yo que nos referiremos a todo el plato, no a parte. No es la primera vez que nos ocurre este detalle.

Yo me decante por un solomillo a la brasa. Lo pido crudo. Me lo traen frío, seco y más pasado que una piedra. La brasa no sé donde la vio, quizás las marcas que le hicieron porque por lo demás.... Las patatas y pimientos que acompañan esta vez, nada de nada.

No optamos ni al postre, directamente nos fuimos a los cafés y para el cine a por unas palomitas!!!!

Bebimos 5 refrescos, una botella de agua y una botella de Moscato, sin pena ni gloria.

Total, 208€.

Lo dicho, un placer pero hasta siempre!

Felicidades Elena, 18, ya. Disfrutamos de un día señalado, en un marco icomparable, con un servicio amable y facilitador. Probamos muchas cosas, todas buena s, ninguna criticable y ninguna en la excelencia. Pero estuvimos agusto y apotaron comodidad, facilidaes y un ambiente entrañable. De eso se trataba...

Ya hace tiempo de nuestra visita a este establecimiento. Que establecimiento, madre mía que sitio. Como había leído con anterioridad recuerda al Maese Berri, pero a lo bestia.

Llegamos cuando aún el servicio está comiendo. Aún así nos atienden en barra, Mila se decanta por un buen moscato y yo por un txakoli que hacía mucho no bebía. Lo mejor de la barra, la chistorra... sin palabras, hasta fotos la saque!

Nos suben a la planta superior, pedazo caserio. Grande, inmenso. Nos dan las cartas y las ojeamos aunque teníamos las ideas un poco claras antes de sentarnos.

De entrada nos pusieron unas salsitas parar ir untando pan y biscotes. El pan lo guardo con especial recuerdo, era muy bueno si no me equivoco con otro establecimiento.

Queriamos de segundo chuleta y llegar al postre, por lo que nos decantamos por medias raciones de una cosa fuera de carta. Pasta con huevo y trufa. La verdad es que no nos dijo gran cosa el plato. Rico estaba, pero nada espectacular.

La chuleta. Buena materia prima, para nuestro gusto demasiado marcada pero no por ello desmerecía. No dejamos ni la raspa. Mención especial a las patatas y pimientos que la acompañan!

Los postres... la tarta de queso ni fu ni fa, normal. No la volveré a pedir en futuras visitas. Mila por su parte acertó con un Lula te de chocolate que estaba de otra galaxia!!!!

No bebimos nada de burbuja, agua y Coca Cola. En otra ocasión le daremos a las burbujas!

Lo dicho, un sitio que merece la pena, tanto por la comida como por el sitio en si!

Aún siendo muy grande, se llenó. Buen indicativo este!

Situado en una zona rural de las afueras del Gran Bilbao, merece la pena disfrutar del trayecto (hay que ir en coche, muy difícil llegar en transporte público) ya que uno se va a encontrar en un enclave típico del País Vasco; redondeadas y pequeñas montañas, verdes prados, grandes caseríos con sus huertas repletas de verduras de temporada…precioso, sobre todo en días soleados. Para acceder al restaurante hay que abandonar la carretera general adentrándose en un camino bordeado de vegetación, tras avanzar un tramo, da la sensación de que el mundo civilizado ha quedado atrás y que te adentras en un sendero por el que nunca antes ha pasado nadie, pero no, unos metros más adelante aparece un parking con espacio suficiente para cualquier tipo de vehículo.

Desde el parking, apenas se adivina el restaurante, hay que andar unos metros para poder verlo en su plenitud. Se trata del típico caserío vasco; cuentan sus vigas cuatro siglos de antigüedad. Fue restaurado de manera especial en 1988, manteniendo casi intacta su estructura de madera tanto en su exterior como en su interior. El resultado es espectacular. Solo encuentro en mi memoria otro caserío de igual factura, Baserri Maitea (Forua).

Nada más entrar, viajas al pasado. Nos da la bienvenida una espectacular escalera de madera, la mirada intenta captar todos los elementos…puertas de madera gruesa, ventanucos, vigas retorcidas en paredes, alacenas, taquillones, mesas auxiliares...todo de madera antigua. Junto a la entrada, una estupenda chimenea que en días de frío tienen prendida e impregna todo el comedor de ese calor y olor característico que da la leña. Espectacular ambientación que hace que cada rincón merezca una foto.

El caserío cuenta con dos plantas, ambas con comedores. Nos ubican en la planta superior a la que se accede subiendo la escalera de madera anteriormente citada. Mesa cuadrada para 4 personas aunque sólo seamos 2, vestida con mantel blanco de tela, estupenda vajilla y cubiertos. Buenas copas de cristal tanto para el vino como para el agua.

Ofrecen una cocina muy extensa: carta, varios menús degustación y menús prefijados. Mezcla de cocina tradicional con platos un poco más elaborados. Para los indecisos la elección se complica ya que hay mucho donde elegir.

Comida para dos personas, todo para compartir. Nuestra elección fue la siguiente:

1-“Almejas a la plancha”: Buen producto, muy buen tamaño. Con buen aceite de oliva. Muy ricas. (26,95 € Iva incluido)

2-“Tempura de langostinos”: Al ser para compartir, nos lo emplataron individualmente…muy buen detalle. En mi plato: 3 langostinos en tempura, acompañados de una salsa verde agridulce que se me pasó preguntar qué llevaba, salsa que le daba un toque fresco al plato. Langostinos tiernos y tempura crujiente. Plato que me gustó. (20,35 € Iva incluido)

3-“Arroz con Txipirones” (para 2 personas): Hecho al momento, presentado en una paellera pequeña. Al pedirlo pensaba que era arroz negro, pero no lo ponía en ningún sitio y fue mi imaginación la que le dio esa apariencia. Se trataba de arroz normal, con verduritas y txipirones. Buena ración, arroz en su punto, muy sabroso, un poco caldoso como a mí me gusta. Hay que decir que los preparan muy bien. (40,70 € Iva incluido)

4-“Postres”:
Sólo pedí postre yo, mi acompañante estaba llena. Pedí “sorbete de queso con frambuesa”. Servido en una copa de cava. Fresco, sabroso. El queso y la frambuesa a mí me encantan como mezcla y disfruté mucho. (7,59 € Iva incluido).
Para finalizar tomé un café solo. Estaba rico.

De beber me "obligaron" a elegir Txakoli “Señorío de Otxaran”. Le gusta mucho a mi acompañante y no miré más. Nunca falla. Rico como siempre. Nos lo pusieron en cubitera para mantener temperatura.(21,45 € Iva incluido).

Para acompañar la comida bollitos individuales tipo chapata. Llegaron a la mesa calientes y crujientes. Ricos pero nada que no hayamos probado antes.

Servicio de mesa correcto, estuvo atento cuando dimos buena cuenta del pan y lo repusieron sin tener que decirles nada.

La cuenta ascendió a 122,87 € Iva incluido.

En mi opinión buena comida en un marco incomparable. Para los que somos de la zona el caserío nos sorprende. Para los que vengan de fuera y no hayan visto nunca uno, creo que la experiencia “comida-entorno” les encantará.

Volveré en otra ocasión a probar sus carnes y su pescado.

Junto con el annua, para mi de los mejores entornos, no lo describiré, pues ya esta bien descrito, es un local que da muchas bodas, de hecho la primera vez, que estuve fue en un evento de estos.

Cogimos un bono , pues como ya he comentado , solo merecen la pena de sitios que ya sabes que se come bien , incluía una copita de txakoli con una txistorrita en la barra , muy rico todo y así ya abres el apetito , bueno en mi caso siempre esta abierto el muy…

Nos sentamos en la mesa y empezamos con una Terrrina de foie con chutney de mango y moscatel , muy buena con sabor y nos pusieron panecillos de pasas, como para una boda y buenos trozos.

Seguimos con Ensalada de txangurro con vinagre de Módena , refrescante , para mi poco txangurro , pero claro , que quieres por 78€ , para dos , bebidas aparte .

Después una Tempura de verduras sobre crema de calabaza , la verdad la masa se me hacia mas ala de las rabas, hasta en el color, las tempuras suelen ser mas blanquitas, pero es lo mismo, porque estaban ricas.

Empezamos con los segundos, Txipirones salteados con cebolla en dos texturas y ali-olí muy ricos y con un componente crujiente de cebolla y para acabar Laminas de solomillo sobre reducción de Oporto también muy ricas, la verdad toda una garantía de buena cocina.

Los postres mas sositos, pero como pasa en muchos sitios, correctos sin mas, Biscuit de nueces y Pastel de arroz con leche.

Para beber me pedí una botella de enate 234, la verdad además de que me gusta me hizo recordar los buenos momentos por Zaragoza de bar en bar y de pintxo en pintxo, y la verdad allí lo descubrí, 17,50+ iva , por lo que me fije en la carta de vino , no es de las mas baratas , pero bueno tampoco controlo , con el vino solo te lo ponen en la mesa , que por otra parte a mi , es lo que me gusta , pero para puntuar dicho servicio , le daremos un correcto.

Para finalizar un orujito de hierbas de Mar de frades, 4,50 €, no me parece caro dado que es un orujo como dios manda, prefiero esto que pagar tres y pico por un ruavieja, eso yo.

En resumen un sitio del todo recomendable, como casi siempre mejor para una velada de estas que para una boda, digo en lo gastronomico, en el resto de cosas es un sitio espectacular para casarse, solo un detallito que no nos gustó, oímos como a la mesa de al lado a la hora de despedirse le ofrecían una botellita de aceite de obsequio, ellos también estaban con un bono y lo oímos porque lo dijeron alto , sin embargo a nosotros no nos la ofrecieron , es el detalle , yo tengo mi castillo de canena en casa , para saborearlo de vez en cuando , ósea que no es por el aceite , es un detalle feo , al menos que lo hagan con disimulo , creo yo , pero aun así volveremos , lo único que no esperen proponía la próxima vez , detalle tonto por detalle tonto .

Espectacular entorno. Caserío del siglo XVI, declarado monumento histórico. La verdad es que te da la sensación de estar en un museo.
Merece la pena visitarlo casi sin contar con la comida.
Los exteriores son casi tan paradisiacos como el mismo interior.
La fachada principal casi intacta desde hace tantos años.
Desde luego que es uno de los restaurantes más bonitos que he visitado en toda mi vida, sin duda alguna.
La pena ha sido el día, aquí, como siempre, pagando el "impuesto verde", en este país de los vascos tenemos que pagar el no disfrutar de un verano soleado para mantener ese color que nos caracteriza.
Bueno, vamos a lo que más nos interesa, la cena.
Hemos elegido el menú denominado Baserri (Caserío en euskera).
De aperitivo nos han sacado un aceite de oliva muy rico y un queso cremoso, muy rico también la verdad, con una cesta de varios panes industriales que a mi chica le gustan más que a mi, yo prefiero el pan-pan. He dado buena cuenta de la txapata que también nos han ofrecido.
Ensalada templada de bacalao con salsa ali-olí: una ración muy generosa, emplatada individualmente y con una mezcla de sabores muy acertada.
Tempura de verduras variadas sobre crema de calabaza: correcta, sin destacar nada en especial.
Penca de acelga rellena de marisco: muy suave la penca, y el relleno pues eso, sabor a marisco.
Ella se ha pedido de segundo unos Lomitos de rape con risotto negro que la verdad es que estaban muy ricos, el risoto muy fino también, la ración más que generosa.
Yo he optado por el Taco de entrecotte con puré de piquillo y setas e idiazabal: lo mejor de la cena con diferencia, estupenda la carne, en su punto exacto, con sabor de verdad, con la sal en su justa medida y una ración así mismo bastante cosiderable.El puré de piquillo para untar pan y las setas se deshacían en la boca.
Para finalizar una Degustación de postres caseros consistente en un trozo de pastel vasco con una bola de helado de turrón y una bola de nata con canela, también emplatado para cada uno. Todo ello muy rico y la verdad es que la mezcla resultaba exquisita.
Hemos elegido un Naia 2009 para beber y la verdad es que me ha decepcionado un tanto, después de probar el Diez Siglos o el José Pariente pues no ha estado a su altura.
La nota del servicio del vino nada tiene que ver con su calidad, eso no es culpa del restaurante, pero lo han hecho correctamente, sin más, sin servir las copas, autoservicio.
Un muy rico cáfé y un Px que nos hemos tomado en el banco de madera que también tendrá sus años, a la puerta del restaurante, aunque no seais fumadores como yo, no dejeis de tomaros el café en la calle, merece la pena.
Al entorno le doy un 10 más que nada porque no le puedo dar un 11.
En resumen, si podeis, muy cerquita del aereopuerto y muy cerquita de Bilbao, no dejeis de visitarlo, merece la pena, de verdad.

Genial!. El caserio es uno de los mas antiguos de Bizkaia, mas que un caserio parece un museo.
Y la comida estupenda.
Los hojaldres de morcilla una delicia.
Las pencas rellenas de marisco buenisimas.
Todo un acierto.
Lo recomiendo a todo el mundo.

Uno de los caseríos del País Vasco mas bonitos que he visitado. con el interior todo de madera, un lujazo.
Entradas y comida muy buenas, con una brasa acorde con las del País vasco.
Servicio correcto, al igual que la puesta de las mesas etc.
Muy recomendable.

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