Restaurante Bar Pilar "La Pilareta" en Valencia
Restaurante Bar Pilar "La Pilareta"
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
8,50 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
14 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.3
Comida COMIDA
5.7
Precio medio entorno ENTORNO
6.8
RCP CALIDAD-PRECIO
5.7
Opiniones de Bar Pilar "La Pilareta"
OPINIONES
9

Desconozco porque me empeño en ir a este bar, cuando siempre salgo disgustado por tomar las peores clochinas que he tomado en mi vida. Debe ser que me atrae su emplazamiento, recuerdos de chaval y su decoración clásica.

Lo conozco, como todos los valencianos, como un lugar de peregrinación cuando recibes a algún forastero y deseas enseñarle nuestro precioso barrio del Carmen.

Una calamidad.

Una de las mejores cosas del quehacer universitario es -lo reconozco- el tema de los congresos, seminarios, reuniones y similares. Ello te permite conocer mundo, hacer amistades, golfear un poco en los años en que ello se presta (se presta más, quiero decir) y otras ventajas similares.

Y hete aquí que recordando algunos otros congresos vividos por Valencia, y tras el correspondiente aviso por un conocido -y apreciado- forero de mi tierra, me acerco, nada más acabar la labor que me había llevado allí, a la Pilareta, y no sólo por hacer honor a mi tierra, sino también para recordar el lugar que, en alguna ocasión, ha sido el inicio de alguna venturosa y larguísima noche por la capital del Turia.

Suficientemente descrita la ubicación y el lugar por otros foreros, simplemente decir que es un lugar muy bien situado si se va de turisteo y lo suficientemente resguardado para evitar las hordas foráneas que tan incómodas resultan en ocasiones. Tipo tasca, con algunas mesas en el exterior -vaya fin de semana de calor, amigos-, sin mantel, pero con unas sillas cómodas y con un personal que tiene un trato correcto (sin llegar a la amabilidad) y un servicio rápido.

El tema vinos, como ya ha sido descrito en anteriores comentarios, muy limitado, con poco que poder exigir en este aspecto. Cañas bien servidas (1,65 la pequeña) y un vermú casero muy correcto (2,40).

El sitio cuenta con un buen surtido de tapas, con lo típico de este tipo de sitios, pero con una buena preparación. Precios y raciones correctas. Como por la noche teníamos ya la primera visita a un bien conocido restaurante, nos cortamos un poco (el desayuno fue abundante) y se limitó a:

- Mejillones (ignoro si eran las famosas clóchinas, pero en otros sitios nos dijeron que aún no era temporada). Curiosos, con una salsa líquida picante, aderazada con pimentón (7 euros). Correctos, aunque a mi personalmente me gustan más con una salsa más espesita.

- Bravas: Buenas, muy bien prepadadas, con una mayonesa lo suficientemente espesa y con un picantito rico (6,10).

- Sepionet: Bueno también, buena textura y correcta la preparación, buen sabor (7,30).

Y aquí nos paramos.. hacía un mediodía excepcional y habíamos pillado mesa y sombra, pero llegaron los guiris con guía y fue cuestión de ir a reposar un ratito al hotel, previo toma de helado.

Correcto también en el precio (31 euros, incluyendo dos vermús y dos cañas). Sin exigencias, sin echar cohetes... pero un buen sitio para tapear, tanto de día como de noche. Para la puntuación he ponderado un poco, a fin de promediar el entorno (6) y la RCP (6).

Mi agradecimiento al forero guasapeador que me recordó el lugar en cuestión y que me permitió, a su vez, recordar la noche que allí inicié una vez.

Segunda visita este local, la anterior hace algo más de un año y la verdad, me apetecía el respirar de nuevo, su esencia, tipismo etc.….

Con dos veremeros de compañeros, uno de ellos “ con saber de Valencia”, nos acercamos antes de un festín de arroces en La Pitanza, local cercano, por tanto estuvimos parcos a la hora del comer.

Tras la barra, nos atiende Juan (Juan Carlos como el rey me apunta) con sus historias, sus chascarrillos y su saber estar tras una barra. Hablando de historias, las fotos que cuelgan en sus paredes lo son, al igual que muchas botellas de sus estanterías, donde me llamó la atención una botellas de Jeréz de “Jaime Fernández Diestro” local que se ubicaba en la ciudad de Torrelavega donde prácticamente me crié, que creo disponía de bodega en Jerez, y que siempre me impresionó cuando era niño, su coletilla que ponía tras su nombre “importador de coloniales”.

Otro detalle de su entorno que llamó la atención son sus cubos de tipo cinc, que a los pies del comensal se disponen para echar las cascaras de los mejillones, clochinas en valenciano y mazajones en cántabro.

Pudimos ver la famosa libreta de Juan, donde apunta, “a su manera” lo que piden los clientes.

Obligados por la comida inmediata, estuvimos “austeros”:

Una de clochinas y otra de ensaladilla de sepia. ¿Cómo estaban? para mí era lo de de menos , pero no dejamos nada.

De tomar: dos copas de O Rosal, dos copas de Ribeiro y dos cañas para uno que no le gusta el vino (perdón).

Pagamos a 8.50 euros por comensal

Comentario:

Lugar que siempre es interesante visitar, donde se recuerdan cosas y detalles, se vive la historia y lo de comer y beber, en general, es el pretexto.

Y el respeto por los profesionales, añadiría también. Que difícil es hoy encontrar sitios así, que mantengan el local intacto, la esencia, y vean como se van jubilando sus camareros.

Me señalaba Juan, alma ahora mismo de esta taberna, las fotos que tenía a mi espalda, donde figuraban su hermano ya jubilado en una, y en la otra, el padre de Jose, el otro de la barra, antiguo dueño de La Pilareta. Los JJ les llamaba, "y Benitez" decía Juan en alusión al escritor.

Aconsejo sin lugar a dudas disfrutar de sus siempre buenas tapas en la barra. Los ves y escuchas cantarlas, y en el caso de Juan, trinar además cuando está contento. Unas tapas engañosas, hay más de lo que parece.

Un par de "vermús" por un lado y un par de cañas por el otro para afrontar lo siguiente:

- Una enteraaaaaaa...!!! unas clochinas picantes. Esta vez sí eran clóchinas, aunque italianas. Las valencianas están por llegar. Al menos son del Mediterráneo. Buenas.

- Una rusaaaaa...!!! Kilos y kilos venden de ensaladilla rusa. Nos comentaba el "hombre pájaro" que en fallas caían todos los días cuatro bandejas como las que nos enseñó, que era de 15 Kg. Hagan cálculos, señores. Buena.

- Una con mayoooooo...!!! Sepia con mayonesa suave y buena.

- Calamareeeeees...!!! Calamares a la romana con rebozado de huevo. Tiernos, sin quitarles la telilla que es la que da sabor. Buenos.

- Dos de lomoooooo...!!! Un par de montaditos de lomo de buen tamaño tanto por el pan como por la rodaja, con tomate rallado y toque de perejil. Buenísimos. A la próxima un surtido con todos los que tienen.

Como se verá, se repite lo de bueno.

Una vuelta a lo de siempre, disfrutando de estrecheces, se puede convertir en una gran experiencia. Me impongo repetir más a menudo.

despues de haber estado en el paraninfo de la univ.de val.en un acto recordatorio de mi bien amado JOSE LUIS SAMPEDRO como queriamos continuar con los recuerdos fuimos al barrio del carmen para expresamente visitar el bar de las clochinas que la mayor parte del año son mejillones,bien entramos y pedimos mejillones:buenos,calamares
romana:buenos y pescaditos fritos:buenos y no aceitosos,dos cervezas
para mi amigo y vino blanco para mi,no pedimos pan (diego)porque no era comida para eso.total:buena la tarde,mas por lo primero que lo
segundo pero es lo que hay en este local.saludos.
no pongo precio porque fui invitado.

Un lugar emblemático que conocen más los de 70 años que los de 20 años, cerca del mercado central, y que a pesar de ello sus clientes son más bien jóvenes y algunos turistas.
Curioso local con presencia de mucha botellas de cognac (y otras) antiguas y descoloridas en sus etiquetas y que da un ambiente de época y más con los gritos del camarero pidiendo platos a cocina, con lo que se hace recomendable la terraza o la zona más al fondo del local si no quieres morir de un susto.

Comida de picoteo tras un aperitivo en la pulperia (minilocal) del mercado central. Para beber un titno de verano (seguimos con calor de verano) y una copa de Primum bobal correcta con pocas cosas interesantes en la parte de vinos. En la de comida interesante variedad de tapas, ta,mbién algo de bocadillos y tostas.

Para comer y al centro: mejillones (ya se ha acabado la época de nuestra querida clóchina) de los de siempre con abundante salsa con un poco de exceso de pimienta roja; quizás la tapa más famosa pero no la que mas me gusta.
Habas cocidas, con su punto de picante en buen lugar, tiernas pero masticables.
Calamares rebozados y fritos: correctos.
Pescaditos fritos: buena tapa y buena racion de boquerones fritos, tersos y crujientes.
Montadito de anchoa x 2: extraordinaria anchoa de sabor y tamaño sobre un regular pan con tomate.
Unos varios (2€) que sería el pan. Supongo.

Servicio profesional de vuelta de todo para lo bueno y para lo malo.

Un must en el centro de Valencia.

Siempre que me visita algún amigo o familiar, me lo llevo a dar un paseíto y a tomar unas clóchinas a La Pilareta.

También está muy a mano ("a huevo") para tomar un aperitivo antes de comer/cenar el La Pitanza, El Celler del Tossal u otros muchos restaurantes que abarrotan la zona.

Se trata de una taberna con solera, con sabor, se mantiene casi intacta desde su apertura en.... 1917. Pronto le caen 100 añitos.

Lo mejor sin duda es tomarte una ración rápida en la barra. A mi gusto no es para ir a cenar, sino a picar algo. Las mesas son enanas y la gente pasa constantemente a tu lado rozándote, un agobio. La barra es otro cantar, sabes a lo que vas: unas clóchinas, o una ensaladilla rusa, o un esgarraet, o unas bravas... Yo ahí me desenvuelvo como pez en el agua ;-)

Un camarero chilla en tu oído en dirección a cocina: "¡Una enteeeeeeeeeeeeeeeeraaaaaaaaaaaaa!", el otro le contesta con otro berrido.... Un guirigay considerable, pero muy entrañable.

Todo está bastante bien, pero lo que destaca y le da nombre y fama son las clóchinas (mejillón mediterráneo valenciano) al vapor. Muy conseguido el caldito con su punto especiado y picante muy ligero. Sabrosas las clóchinas. Y casi diríamos que el local está diseñado para ello, pues debajo de la barra tiene como unos canalillos de obra a donde puedes tirar las cáscaras y así evitas suciedades y cúmulos sobre la barra.

A la vieja usanza.

En cuanto al vino, lo sirven en copas dignas sin cuidado alguno. Suelen tener un par de blancos, un verdejo y un turbio, aceptable este último, y algún tintillo que van cambiando. Yo tomé un Cumal -me sorprendió ese tipo de vino en este tipo de local- un prieto picudo leonés que me encanta.

Uno de los clásicos locales para tapear en Valencia. Antigua tasca de principios de siglo XX con decoración de la época. El local es pequeño y apenas cuenta con 6 ó 7 mesas por lo que es dífícil sentarse, pero se puede coger número y esperar. A mi me gusta más tomarme las tapas en la barra, donde si tomas las típicas clochinas tienes unas cajas de plástico en el suelo donde tirar las cáscaras de las clochinas. Los camareros cantan las tapas, y destacaría las mencionadas clochinas, las bravas tambien están exquisitas, los calamares a la romana, habas, y los pepitos de pisto. Para beber "el pilar" que es la caña de cerveza (bien tirada).
Local de visita obligada para cualquier persona que esté de visita en Valencia.

Abierto desde 1917, creo, el local se mantiene práctimanente como debía ser en los años 20. Lo más típico es la clóxina de valencia (sólo en temporada)fuera de temporada el mejillon, aunque tiene un montón de tapas a buen precio.
Un bar donde tienes suerte si puedes sentarte, a mi personalmente, me gusta más la barra. De los pocos sitios que quedan en Valencia donde todavía cantan las tapas.
Del que no puedes irte sin probar Tampoco las bravas, la ensaladilla, la sepia, los pepitos de pisto, etc.

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