Por fin llegamos a probar el ambiente y la comida de La Cuchara de Rivas y seré muy escueta, las cosas que me marcaron tanto positivas como negativas:
- el maître tuvo un mal día, no dejaba de regañar a los empleados en voz alta delante de los clientes, una imagen desastruosa para un restaurante de prestigio y no fue ni una ni dos, durante las casi 2 horas que nos quedamos a "disfrutar" las pobres camareras hacían un esfuerzo enorme (pero sin resultado alguno) por atendernos amablemente con una sonrisa (más grimasa que otra cosa) y la verdad, no me extraña. Jamás se puede hacer tal cosas delante de los clientes.
- la segunda cosa que jamás se debería de hacer es colocar las botellas de agua, vino, copas usadas etc en la pasarela de cristal que tienen entre las mesas porque luego se hacen un lío y no saben qué botella pertenece a qué mesa, cosa que pasó con nosotros, la misma botella sirvió para tres mesas, luego sorpresa, en la cuenta venían reflejadas dos botellas y no una, menos mal que estaba al tanto.
- el fois de pato es una explosión de placeres para el paladar para no decir un verdadero orgasmo culinario, jamás había probado otro tan suave y delicioso!
- el picantón al escabeche es exqusito, pero ojo las dos zanahorias están algo duras y vienen cu su tallo verde (será sólo de adorno y yo me pasé comiéndome todo del plato).
- el postre es muy original tanto la espuma de mascarpone como el tartare de cereza con vainilla y chocolate blanco (muy suavecito y fresco, nada de empalagoso).

Parece que Madrid se está abriendo a nuevos tiempos y con ellos a nuevos restaurantes.Después de estar en Rodrigo de la Calle hace unos días me comentaron allí mismo la apertura de este y optamos por ir.En la misma linea, producto, técnica y si cabe aún mejor rcp.
Vuelvo a coincidir en lo de antes, lo malo desplazarse hasta Rivasvaciamadrid pero merece la pena por muchos motivos.

Gracias a verema hemos podido descubrir este restaurante, ya que no sabía de él mas que los comentarios de esta página, que por cierto coincido con ellos.
Lo bueno de este tipo de restaurantes es que no sabes que te vas a encontrar y en este caso la experiencia fue muy buena, sin embargo hay algunos con mucho prestigio donde por más que tengan mucha publicidad o sean mediáticos te decepcionan.
Para mi mala memoria solo recuerdo lo que yo comí y bebí, un blanco albariño, compartimos un milhojas de foie y rodaballo muy jugoso como sugerencia.
Aunque no tomé postre mis acompañantes sí y salieron muy satisfechos.
Aire fresco para los que hacen las cosas bien en un mal momento.

Sorpresa, esa es la palabra perfecta para definir este local.
En mi caso yo conoci este restaurante gracias a un buen amigo que trabaja en Rivas Vaciamadrid, este me dijo que tenia que ir, me insitio tanto que dije que si.
A mi llegada, (me costo un poco encontrarlo, ya que yo habre estado dos o tres veces en rivas)me encontré un restaurante completamente nuevo, llevaran abiertos 3 meses como mucho.
Nada mas entrar me di cuenta que lo que me habia dicho mi amigo parecia tener fundamento, local con una buena decorancion, con un esplendido botellero de fondo y con un ambiente muy bueno.
Al sentarme a comer con dos amigos con los que fui,el metre me dio la carta de vinos y la carta con los platos, la carta de vinos me sorprendio por dos cosas, por su diseño y por su contenido, diseño innovador y contenido muy bien elegido para mi gusto, gran variedad de denominaciones de origen y de bodegas.
Al elegir la comida, elegimos pastel de foie, Suflee de huevo y alcachofas rellenas de pato. Todo exquisito.
La mayor sorpresa vino con el plato principal, como dice el comentario anterior, Tiburón????, yo no me atrevi a pedirlo pero uno de mis amigos lo hizo y os aseguro que no se arrenpitio para nada, yo comí carrillada iberica con habas verdes y mi otro amigo pidio corvina salvaje. Yo hablando por mi carrillada, en su punto, con un acompañamiento espectacular, sin ninguna pega.
Los postres son muy elaborados sin ser excesivamente caros.
La mayor sorpresa y la mas agradable por otro lado me la lleve a la hora de pagar, puesto que invitaba yo, para lo que estamos acostumbrados a pagar en restaurantes de categoria y por lo que comimos es una autentica ganga.
El servicio es muy bueno siempre atentos a nuestras necesidades.
En definitiva parece que estas comiendo en el centro de madrid pero solo te das cuenta de que no a la hora de pagar(Lo cual se agradece).

Vaya sorpresa nos llevamos este mediodía en Rivas Vaciamadrid.
Nos comentaron la inauguración de un restaurante y dada la insistencia en que debiamos visitarlo la curiosidad pudo con nosotros.
Local con una decoración moderna pero nada estridente.
Nos recibió el maitre (Richard) de origen australiano con el que sintonizamos plenamente.
Mesas amplias y el salón con 3/4 de capacidad completa.
Ya que la cosa pintaba bien nos animamos con un Alión 2004 servido en copas Schott, y perfecto de temperatura.
Richard nos recomendó el menú degustación (45€), empezamos con un carpaccio de bacalao y pil-pil de naranja (original) seguido de un souflé de huevo de corral (se agradece cambiar el clásico cocinado a baja temperatura).
De pescado ¿Tiburón?, fantástico con puré de coliflor y alioli de lima.
En carnes una jugosa carrillada de ibérico guisada al oloroso con vainas (hay que aprovechar la temporada)
El postre también nos sorprendió gratamente, canelón de vainilla, pecanas, arce y whisky.
En la cocina oficia un chico de Sanlúcar (Jose Calleja)
El equipo de sala no perdió detalle alguno y estuvo a la altura.
Tienen una barra anexa al restaurante donde hicimos la sobremesa y tomamos unos Gin Tonics de Hendrick's (con pepino claro), nos falló la tónica ya que no había Fever pero nos han prometido que la tendrán en breve.
Volveremos seguro, además cuentan con un reservado para 6-8 personas muy apetecible para negocios.