Nueva visita a este restaurante, un clásico en Santander que ahora está triunfando en Madrid con dos locales, uno con el mismo nombre y otro con el nombre de la Maruca.
Las mesas resultan amplias, bien vestidas pero para mi gusto muy cercanas unas a otras, de hecho, he tenido que retirarme ligeramente con mi silla para que se pudiese acomodar una mesa vecina. Sin embargo aprecié esas famosas mesas destinadas a dos personas junto al pasillo, que curiosamente hoy quedaron vacías, que francamente son poco espaciosas.
Cuatro personas hemos compartido, tras un aperitivo detalle de la casa, consistente en una fideua con un langostino:
Unas alcachofas la plancha con jamón y unas tostas de pan tomate. Quizás de lo mejor de la comida. Un gran nivel.
Croquetas (parece ser que es un plato estrella de la casa) de chorizo lebaniego y otras de bacalao. Hoy la estrella no lucía con todo su esplendor.
Pastel de perdiz con salmorejo. El conjunto resultaba muy agradable, pero le faltaba la fuerza esperable en una caza, y pudiese tratarse de otro tipo de carne.
De platos:
Lubina a la sal que no levantó muchas exclamaciones positivas ni alabanzas.
Unas hamburguesas de atún rojo, muy agradables, bien aliñadas y jugosas.
Steak Tartar de carne: en mi modesto criterio no estaba cortado a cuchillo, preparado directamente en la cocina y qué pasó con más pena que gloria.
De postre: no estaba otro de sus platos estrellas, como es la carta de queso y se optó por piña natural y algún helado.
En cuanto al vino: la carta con ciertas cosas, unas cuantas denominaciones de origen, muchos con un vino solo (yo agradezco mucho al detalle de que se acuerden de casi todas las denominaciones de origen de nuestro país), con precios de los vinos baratos ajustados y los no tan baratos multiplicados por un coeficiente similar, lo cual les hace subir en precio. Hemos tomado (no era día de bebedores de vino) Cumal 2007. Buenas copas, buena temperatura de servicio, y el servicio es ilimitado a servir primera copa y probar.
Comentario:
Servicio muy amable, pero hasta más allá de la mitad de la comida ciertamente lento.
El responsable de la cadena (Paco Quiros) pululando por el local, aunque sin acercarse a los comensales (dos de los comensales que me acompañaban son clientes muy asiduos del local).
Hay cosas que no me acabo de explicar.