Restaurante Asador Aker - antiguo asador Akelarre en Cuzcurrita del río Tirón
Restaurante Asador Aker - antiguo asador Akelarre
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
19,50 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
25 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.5
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.6
RCP CALIDAD-PRECIO
8.2
Opiniones de Asador Aker - antiguo asador Akelarre
OPINIONES
13

Un cambio de teléfono me hizo perder datos y fotos de un memorable viaje con Verema por la Rioja. El confinamiento me ha permitido tener tiempo de recuperar cosas que se quedaban por el camino y la compañía inmejorable del momento y el contrastado buen hacer de katablok me va a permitir hacer un viaje en el tiempo y recuperar lo esencial de lo perdido. La cata virtual de Ramón Bilbao me ha decidido a recuperar las sensaciones vividas hace ya 7 años.

Pues allí estábamos las dos parejas con rápido viaje en coche, cargados de ilusión y antes de entrar en materia (visita a bodega de Ramón Bilbao) un aperitivo gastronómica de lo que nos esperaba en ese fin de semana largo que fue una auténtica pasada enológica y gastronómica.

El local ya ha sido descrito con anterioridad así que no insistiré en detalles más allá de que el pequeño, muy pequeño pueblo es uno más de Castilla pero con su castillo, sus muros de piedra y sobre todo la presencia del río en la puerta del local con un pequeño paseo es un entorno muy recomendable. Tanto como lo que te encuentras en el interior un local típico de asador castellano en su formato, decoración y mobiliario; pero sobre todo destaca una atención en sala que parece que entras en una casa particular más que en un local público. Pocas mesas, pues hay que ir muy adrede, se ocuparon pero eso no restó alegría en el servicio. Bien las recomendaciones que habíamos leído más las del momento que nos dijeron a pié de mesa. Una mesa muy correctamente vestida, mesas muy amplias, buenas copas.

Para beber (y entrenar para los días que se avecinaban) vamos con un vino local: Señorío de Cuzcurrita 2006 a un precio de x 1,5 el precio de compra. Un vino con cuerpo, poderoso y que acompañó bien al día nebuloso y fresco que teniamos en el viaje y a la comida encargada.

Para comer y entrenar bien nos venimos arriba y pedimos: 

como entrantes:  croquetas de boletus: cumplieron bien pero esperábamos más después de ver la cesta de setas cogida por el hijo de la dueña en esa misma mañana. Porros: aquí sí que la cosa fué de sobresaliente. Preparadas en vinagreta y con ajos. 

de primeros: sopa de pescado x 2: mira que somos de arriesgar, pero esta vez salió bien, sabrosa y se agradecía su calorcito. Menestra de verduras: siempre que te dicen que es lo mejor, acaba no cumpliendo expectativas, y eso nos pasó. O no era el día. Pochas con almejas: sin duda la mejor elección; para comerse un pozal. Muy recomendable.

de segundos: chuletas de cordero a la brasa x 3: nos lo recomendaron y paso palabra a recomendarlo encarecidamente. Tiernas, buen punto de brasa, todo sabor; de compañía unos pimientos asados que hicieron buen complemento; muy recomendables. Merluza a la plancha: aunque la recomendación fue de rape, nos empeñamos en ir contra corriente y nunca da buen resultado.

Tomamos un postre (no recuerdo pero eran mayoritariamente de corte casero) compartido pero no entre todos porque ya andábamos poniendo un nivel demasiado alto para no haber empezado oficialmente el encuentro Verema.

Para beber, vino aparte, tomamos un agua grande, una cerveza previa y un par de cafés.

Un asador de los muchos que hay por Castilla pero que lo hacen bien (asados por encargo previo), con una materia prima de buen nivel, en lugar que es bonito (y fuera de toda ruta) y con un trato muy familiar.

PD: El calendario no permite poner el año real: 2013, aunque si permite poner como fecha de visita el futuro año 2025. Curioso.

Situado al borde del río, tiene un salón muy amplio, con suficiente espacio entre mesas, el servicio es familiar, lo regenta la familia, tanto en sala como en cocina, con un trato cercano y amable que da pie a charlar si se encarta.

Comimos de maravilla, la sensación es que dan protagonismo al producto de la tierra y lo miman.

Compartimos unos cuantos primeros.

- Pimientos asados, muy buenos, que sabor!.

- Puerros, lo que se puede hacer con unos puerros, venian cocidos y puede que algo mas, con aceite y vinagre y ajo frito picado, que maravilla, que delicado y que sabor.

- Pochas con almejas, un cuenco con su caldo, pochas tiernas, y un caldo espectacular.

Los primeros fueron un verdadero disfrute.

Para los segundos nos decantamos por:

- Dos corazones de solomillo, buen taco, tierno, sin un solo nervio, que gozada cuando te encuentras una carne así.

- Bacalao asado con ajos, como los puerros, otro producto potenciado en la cocina, jugoso, toque de brasa buenísimo.

- Carrilleras, tiernas y en su salsa, también buenas, este mas en la media de lo habitual.

La carta de vinos es muy escueta y muy basada en vinos de la zona, de la zona, zona, me refiero a Cuzcurrita, precios muy contenidos, tomamos un Señorío de Cuzcurrita (22€), potente, contundente, clásico, servido en copas correctas, pero un poco pasado de temperatura (ambiente).

No pedimos postres y tomamos tres cafés. Cuatro raciones de pan (bueno, de pueblo), 4€.

Si se está por la zona, hay que ir.

Este Agosto hicimos una escapada a La Rioja, concretamente a Cuzcurrita del Rio Tiron y, por recomendación de una amiga , fuimos a comer al Asador Aker. Nos pedimos las Corquetas rellenas de hongos ( sencillamente buenísimas ). Como plato principal mi mujer se pidió el bacalao a la brasa. Estaba en su punto, jugoso y nada salado. Quedó áltamente satisfecha. Yo me pedí las chuletillas a la brasa, como no. Estaban jugosas y en su punto. Para repetir. De postre probamos las torrijas caseras, muy recomendables. Toda la comida estuvo acompañada por un buen vino de Cuzcurrita, el Bohedal Crianza. Café incluido nos salió por 60€.
Si teneis la oportunidad de ir, no dudeis en visitarlo. Os cautivará tanto el Restaurante como la comida y su gente. Sin olvidarnos del pueblo. Sencillamente precioso.

...y veníamos con "mono de pescado" de tierras vascas decidimos poner a prueba al personal del local y aprobaron con notable, con un hermoso cogote de merluza, hecho a la brasa, de aproximadamente 1Kg, para dos personas, acompañado de patatas panadera y piminetos del padrón, y una buena ensalada variada de entrante, todo regado con un sabroso blanco de Urbina 2011. Pan y agua incluído.
Precio total 45€.

Esta vez optamos por una buena fuente de ensalada variada y bien completita de primero, y de segundo para no perder la costumbre pedimos una generosa fuente de chuletitas de cordero asadas con sarmientos, acompañadas de pimientos rojos asados de la zona. Para beber, Lágrimas de María crianza 2010 de Bodegas Patrocinio, pan y agua. Sin postres ni cafés.
Precio total 39€, dos personas.

Como cada año, aparecemos por esta bendita tierra en busca de paz y tranquilidad, y por supuesto buen comer y mejor beber, así que en nuestro segundo día por la zona decidimos ir a visitar a esta familia en aras de recuperar fuerzas tras una mañana de visitas a amigos, poteos y pinchos. Así que pedimos varios platos para compartir, empezando por unos sabrosísimos y suculentos puerros en vinagreta con un refrito de ajos por encima, una generosísima ración, tiernos y muy apetecibles para refrescarnos de una mañana bastante calurosa. Seguimos con la magnífica menestra de verdura, la bordan, deliciosa, de tamaño XL y con todo lo que ha de tener, muy buena de verdad, y por último una cazuelita de patitas de cordero en salsa, ración más que correcta, buena, sin más. Como veníamos hasta el cuello de vinos decidimos tomarlo con moderación, 4 copas de Urbina rosado 2011, muy rico por cierto. Pan si, postres y cafés esta vez no.
Precio total 40€, 2 personas.

Visitamos de nuevo el Asador Aker, aunque yo sigo llamándolo Asador Akelarre, acompañado por mis cuñados de Valencia y una pareja de amigos suyos de Bilbao. La expectación de estos por conocer la maestría de Ángel con las brasas ere muy alta y a fe que no les defraudó.

Tomamos para compartir croquetas de hongos, menestra de verdura, puerros templados y hongos sobre su propia crema. Todo elaborado de una manera tradicional y honesta. Sin más pretensión que rendir tributo a una materia prima de primerísima calidad.

Como plato principal optamos por 4 raciones de cordero asado en su espectacular horno de leña y dos raciones de rape a la brasa. El rape estaba en su punto, jugoso. Y el cordero... que decir? Estamos hablando de la especialidad de la casa. El único pero que podemos poner es el descomunal tamaño de las raciones... imposible acabarlas.

Toda la comida estuvo regada por vino de una bodega local que a mi personalmente me gusta mucho, Urbina Crianza 2007. Tomamos tres botellas.

Terminamos con un variado de postres con Goxua, tarta de queso Idiazabal y Milhojas.

Los cafés y los chupitos corrieron por cuenta de la casa.

Tan sólo faltó que acompañara el día para disfrutar de la tarde en los jardines a orillas del río. No se puedo tener todo..

Hasta la próxima huida, amigos..

...que no acudíamos a este asador, desde nuestra primera incursión a la Rioja y este verano decidímos volver.
Tras tomar unos cortos de cerveza antes de pasar al comedor, en un día insualmente tan caluroso en estos lares, nos leyeron las sugerencias que había ese día, las cuales tambien entraban en un menú cerrado de 18€ iva incluído, compuesto mayoritariamente por platos de estilo riojano.
De primero tomamos una enorme fuente de ensalada variada, llevaba de todo y más, y arroz montañés, de montañés poco, la verdad, unos trozos de pollo y alguna seta, y algo pasado el arroz. Por suerte el segundo suplió con creces al arroz. Nos ofrecieron bonito fresco, era martes y además lo vimos antes de entrar a cocina, nos sugirieron que si los dos que éramos optábamos por él, nos servían la ventresca entera (lástima acordarme de hacerle fotos cuando había volado!), a lo cual accedimos con un si rotundo. No desmereció, desde luego, ocupaba una fuente de ensalada de las grandes entera, calculo que pesaría sobre el kilo la pieza entera, hecha a la parrilla de sarmientos con un refrito de ajos, aceite y vinagre. La verdad es que fué un acierto pedirla, tierna, jugosa y sabrosísima.
De postres pedimos, Contessa y una cuajada natural casera, de leche de oveja.
Para beber, la última botella de Urbina crianza 2005 que les quedaba. Precio del vino 12€. Pan y agua incluídos.
Total 48€.

En medio del pueblo y a escasos 15 metros del río Tirón se encuentra esta antigua casona con recientes retoques más modernos, decoración algo austera.
La carta de vinos algo corta, toda de vinos del pueblo y de los de alrededor, pero con gusto y calidad.
Ambiente tranquilo y muy agradable.

Excelente la menestra, la bordan y, morcilla asada con piquillos.

Despues diferentes carnes asadas a la leña y sarmientos, guarnición de patatas y pimientos del cristal(finísimo sabor!).

Vino Pedro Urbina crianza 2004.

Café, pan y aguas.

Disponen de una terraza-cenador a los pies del río.

Me esperaba bastante más de este local, a tenor de las opiniones leídas. Estoy de acuerdo con que la carne a la brasa tiene calidad y el punto de asado es correcto, al menos en el caso del chuletón de vaca (35€/kilo), que es lo que comimos. Por cierto, muy ricos también los pimientos con que lo acompañan. Pero el resto de lo probado es muy normalito (patatas a la riojana, menestra de verduras y guisado de setas de temporada), llegando a la mediocridad en el caso de los postres (probamos tres de los cuatro que ofrecían, por lo que sabemos de lo que hablamos). El servico del vino también deja que desear, por copas inadecuadas y carta, escasa y mal presentada. Eso sí, si el vino que pides es caro enseguida te sacan copas de nivel. Tomamos un excelente Señorío de Cuzcurrita 2004, servido a temperatura adecuada, con precio de 25€. Para acabar, café solo, muy rico y de precio desconocido por invitar la casa. Lo peor de todo, es que a la hora de pagar, nos dicen que no aceptan tarjetas, por lo que tuvimos que acudir a un cajero del pueblo para saldar la deuda. Por último, las personas que atienden el comedor hacen que te sientas a gusto por su trato cercano y familiar.

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