Allí dónde quiero volver.. Asador Aker.

Visitamos de nuevo el Asador Aker, aunque yo sigo llamándolo Asador Akelarre, acompañado por mis cuñados de Valencia y una pareja de amigos suyos de Bilbao. La expectación de estos por conocer la maestría de Ángel con las brasas ere muy alta y a fe que no les defraudó.

Tomamos para compartir croquetas de hongos, menestra de verdura, puerros templados y hongos sobre su propia crema. Todo elaborado de una manera tradicional y honesta. Sin más pretensión que rendir tributo a una materia prima de primerísima calidad.

Como plato principal optamos por 4 raciones de cordero asado en su espectacular horno de leña y dos raciones de rape a la brasa. El rape estaba en su punto, jugoso. Y el cordero... que decir? Estamos hablando de la especialidad de la casa. El único pero que podemos poner es el descomunal tamaño de las raciones... imposible acabarlas.

Toda la comida estuvo regada por vino de una bodega local que a mi personalmente me gusta mucho, Urbina Crianza 2007. Tomamos tres botellas.

Terminamos con un variado de postres con Goxua, tarta de queso Idiazabal y Milhojas.

Los cafés y los chupitos corrieron por cuenta de la casa.

Tan sólo faltó que acompañara el día para disfrutar de la tarde en los jardines a orillas del río. No se puedo tener todo..

Hasta la próxima huida, amigos..

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