Restaurante El Claustro en Granada
Restaurante El Claustro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Precio desde:
70,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
93 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.3
Comida COMIDA
4.7
Precio medio entorno ENTORNO
9.3
RCP CALIDAD-PRECIO
4.0
Opiniones de El Claustro
OPINIONES
6

Los buenos hoteles, y éste -AC Palacio de Santa Paula- lo es, empiezan a competir de verdad por lo que ofrecen en su restauración. ¡Ya era hora!. Aquí el chef Rafael Arroyo, con su cocina actualizada, tiene un marco incomparable en Granada. Y allí, eso es mucho decir.

El local es un hotel 5* gran lujo en el interior de un complejo histórico formado por el Palacio de Santa Paula (exconvento del siglo XVI) unido a una casa morisca del siglo XIV dentro del centro histórico de la ciudad. El nombre del restaurante se debe a que está situado al lado del claustro central (500 metros de claustro) en invierno y que en verano sale a colocarse bajos los arcos de medio punto que lo conforman y que fue donde nosotros recibimos un muy interesante desfile de aperitivos con copas de bienvenida, para pasar posteriormente a uno de los comedores, el más amplio para eventos, en lo que parecía haber sido la iglesia del convento.

Las mesas, cubiertos, copas, manteles, etc como corresponden a un hotel de máximo nivel. El servicio, vino incluido, también acorde con el mismo cosa que no suele ocurrir en eventos grupales grandes con mesas de 8-10 como en nuestro caso.

. aperitivos varios: bajo las palmeras y al lado de la fuente central del patio del claustro, un desfile incesante de variados aperitivos que constituyeron, sin duda, lo mejor de la cena y lo más representativo de su cocina.

. ensalada de langostinos con mango y aguacate de la Costa Tropical: a la vista decía poco y luego se confirmó.

. carrillada ibérica con cremoso de patata y ajo matao: plato de fácil resolución y aceptación.

. explosión de frutos rojos con crumble: sin duda lo más flojo de la cena en sabor pero con la mejor presencia en emplatado. 

En el apartado líquido vino blanco de Rueda, Bascalón 2019 y en tinto 1Un Roble de Ribera, aparte de las opciones clásicas de cervezas, refrescos y aguas, más el café e infusiones posteriores.

La sensación tras los aperitivos es que la comida parecía el complemento, flojo, de un gran principio; no hice fotos de los platos y me quedé corto haciendo fotos del entorno. Es difícil con un menú pactado y para grupo grande reflejar bien una buena creatividad de un chef, pero aquello resultó un subir y bajar de montaña rusa; es muy entendible que su cocina y sus presentaciones creativas requieren de mucha preparación y montaje de platos (es decir, mucho personal en cocina para un grupo amplio) y hasta de vajillas y que no puede improvisarse para una noche solo, mientras que preparar unas carrilleras y emplatarlas se hacen en un plis plas de tiempo por comensal.

Habrá que valorar mejor en condiciones más normales, pero para las cuestas arriba quiero mi burro.

Hace tiempo que estube comiendo, recuerdo solo una cosa, el sabor casero de las comidas, espectacular el caldo de la abuela con conchas finas y yema de huevo... El entorno muy bueno. por no decir espectacular .. Pero si que he estado siguiendo la trayectoria de este cocinero Juan Andres.. Impecable. por ello me extraña las puntuaciones que tiene los postres si que fueron de gula ahora que me ha venido a la cabeza.. De todas volvere a ir.. y hechare una mano a subir lapuntuacon ya que yo comi muy bien y hay conoci los vinos de calvente... excelentes. ya ha llovido..

muy decepcionada, no sé por donde empezar porque como hubo tantos fallos:

pedimos menú degustación, nada sorprendente, esperabamos algo de técnica, algo diferente, pero no encontramos ni sabor, si me dieran a escoger un plato, el cordero, pero el jugo estaba muy potente (vamos, muy salado)

El pescado del menú era Lubina, pero cuando llegó la hora de cantarnos el plato nos dijeron: es merluza y no lubina, esque como es domingo.....yo no tengo la culpa de que sea domingo, pues no deis comidas en domingo, pero esque esa excusa era para todo. Pero yo creo que eso se ha de avisar cuando se coge la comanda

Carta de vinos con añadas incorrectas

Raciones muy escuetas, poco elaboradas, gaurniciones insipidas y sin sentido.

Servicio poco atento y descuidado

Muy decepcionada, no lo recomiendo y no repetiré

Para ver las fotos y el texto completo del post:

http://adostiempos.wordpress.com/2011/06/13/el-claustro-un-encierro-para-paladares-exquisitos/

Pese a ser una de las ciudades españolas con mayor número de bares y restaurantes por habitante, Granada no destaca por su vanguardismo culinario. Parece que el conocido formato tapa es capaz de absorber la numerosa demanda de la ciudad, cuya cultura de comer en la calle no deja de asombrarme.

Para empezar, el sitio es espectacular. Se sitúa en el Hotel AC Santa Paula, un hotel 5 estrellas en pleno centro de Granada, pero una vez que entras parece que te hubieras trasladado a un retirado convento de la Alpujarra por la paz y armonía del ambiente. El día era caluroso así que pudimos sentarnos en una mesa fuera en el mismo Claustro, que os recomiendo visitar por su belleza.

De entre los menús nos decidimos por el gastronómico, el más largo, como no. Además, optamos por la opción maridaje (sólo 15 euros) que, pese a que no me acaban de convencer porque una copa de vino por plato me resulta excesivo, debo decir que fueron vinos excelentes.

Para empezar, unos aperitivos, de calidad y originales, sabor a setas, pizza… tal vez abusando un poco del crujiente pero con distintas formas. También nos ofrecieron un aceite picual acompañado con un surtido de panes excelente que nos fueron dando a probar a lo largo de toda la comida (de tomate, de aceite, de aceitunas…)

Crema Helada de Salmorejo (2011): la palabra que lo define es refrescante. Por fuera era como tomarse un helado de salmorejo y por dentro estaba líquido como si de un coulant se tratase. Para un amante de los gazpachos y derivados como yo resultó un excelente comienzo. El vino fue un fino que, pese a que no me gustan demasiado, no me resultó desagradable.

Ostra Dorada con Ibérico de Jabugo (2010): creo que fue el plato más flojo, la cobertura de la ostra la hacía demasiado seca. El maridaje, como no, champán, que me encantó pese a no ser muy fan de las burbujas.

Manzana Recién Caída del Árbol sobre Tierra Negra (2010): sin duda la estética del plato llama la atención, pero su sabor tampoco desmerece en absoluto. La pseudomanzana está hecha por un puré de manzana Granny que moldea para darle la forma y después congela. Posteriormente lo sumerge en nitrógeno líquido y le aplica un spray para darle el color a la “piel” de la manzana. Al romper esta “piel” crujiente, el puré cae lentamente sobre una imitación de tierra negra, hecha con galleta de remolacha y tinta de calamar, y royal de foie. La mezcla es excelente, un contraste de texturas y sabores dulces, ácidos, salados…que nos dejó agradablemente sorprendidos. De maridaje Marco, el sumiller y maître italiano, nos ofreció un vino de Granada, el Veleta Dulce Natural del Dominio de Buenavista, una agradable sorpresa que le aportaba un contraste particular al plato.

Carpaccio de Gamba Roja con Lomo Ibérico (2011): muy original y arriesgado ya que el contraste de la gamba con el lomo podría resultar incompatible en un principio, aunque reconozco que me gustan este tipo de apuestas con mezclas diferentes, aunque a veces me las acabe comiendo por separado. No fue este el caso, el lomo, cortado en pequeños taquitos aportaba un matiz al carpaccio que, según iba avanzando en el plato, me fue resultando más agradable. Creo recordar que el vino que acompañaba a este plato era un gewurztraminer, uva muy dulce de la región de Alsacia que me suele gustar mucho. Si soy sincero, hubo varios blancos y no recuerdo el maridaje de cada uno.

Carabinero con Panceta y Manteca Colorá (2009): buen plato para enlazar con los pescados, ligero, simple y de calidad.

Bacalao con Tomate y Camarones (2011): excelente bacalao confitado, menos sorprendente técnicamente, pero con un gran resultado para el paladar. El vino que acompañaba era un rosado que nos gustó bastante.

Merluza con Esencia de Mar, Mejillones y Percebes (2011): la esencia de mar era lo más llamativo del plato, sabía a mar, pero con cierta sutilidad. Recuerdo un plato similar en el Can Roca que era como darle un lametón a la roca de un dique. La merluza, perfecta de cocción, aunque debo decir que las he comido mejores.

Carrillera de cerdo ibérico con patatas y chorizo (2011): estaba muy bueno, pero por ponerle una pega diría que, al igual que en los pescados, le faltó el factor sorpresa. Indudablemente la calidad de la materia prima lo hace diferente, pero lo podría haber comido similar en muchos sitios. Para mi gusto le faltó un toque personal.

Sierra Nevada (2010): postre blanco hecho a base de coco ultracongelado con nitrógeno líquido que, como podéis ver, imita a la nieve helada. Textura muy curiosa y agradable, aunque demasiado temático de coco, hubiese agradecido algún contraste y aun más siendo el único postre. En un menú así, me hubiera apetecido probar también otro. El vino compañero, un moscatel.

Tras el postre, tampoco hubo petit fours…pequeño detalle a mejorar. Juan Andrés Morilla, el chef, se acercó a la mesa a saludar amablemente y estuvimos charlando un poco con él y preguntándole sobre si tiene perpectiva de estrella. En mi opinión, el nivel de este sitio lo merece y espero que próximamente la pueda recibir. Al parecer, esperan la visita (secreta) de los críticos de la guía roja en un futuro cercano.

El precio del menú gastronómico, 100 euros. Eso sí, no hay añadidos al precio como sucede en otros sitios de su nivel que añaden un plus por cubiertos, pan, IVA, gastos de tarjeta…aquí no, lo cual es un buen detalle. Aun así, tal vez un poco caro (si lo comparamos por ejemplo con el Calima, que anda por ahí de precio y tiene dos merecidas estrellas), aunque entiendo que también se paga el entorno precioso en el que se come. Hay un par de menús más accesibles que podrían ser una opción para una próxima visita.

En definitiva, estamos ante un sitio de los que no abundan en Andalucía y menos aún en Granada, por lo que es de agradecer la apuesta y la ilusión de este proyecto.

en pleno centro de granada, en el hotel ac 5 estrellas, hay un restaurante precioso,su chef: Juan Andres morilla, habiamos oido hablar de el, y teniamos ganas de conocerlo, decepcion total, y mal sabor de boca al salir de su restaurante.
el entorno es espectacular, un salon maravilloso, patio precioso, y aparadores magestuosos.
al sentarnos, ya teniamos el aperitivo puestos, unos crugientes y unas almendras, bastante buenos, pero algo revenidos del tiempo que tendrian que llevar en la mesa. perdonenme el que no les diga que aperitivos eran, pero a mi tampoco me lo digeron...
al ver la carta me parecio muy sobria, no encontre platos que me llamaran la atencion, unos precios altos. preguntamos por el menu, y nos trageron otra carta con tres menus distintos de 5, 7 y 12 platos,60, 70 y 120 € respectivamente,los menus, compuestos por platos de la carta.
decidimos pedir a la carta. unos carabineros salteados con sepia muy ricos he de decir, y un plato muy curioso que representaba una manzana recien caida del arbol, con arena y todo,lastima que no nos explicaran ese plato, pues realmente no sabiamos de que estaba compuesto, y era demasiado dulce, para ser un entrante desde mi punto de vista.terminamos con esturion(espero que fuera de rio frio) que era de buena calidad, pero, lo habian bañado de reduccion de ternera de bote, que mataba todo el sabor, acompañado con una pobre y triste ensalada que no merece la pena ni escribir.y mi acompañante pidio rodaballo, espectacular de sabor y de calidad, acompañada por una guarnicion copiosa de setas, el problema, las espinas... muchas espinas tenia el rodaballo, demasiadas, terminamos con un postre elegido con el sumiller, abase de fresas y rosas, que me recordaba a perfume de rosas barato. no tomamos cafe, nos sirvieron unas pastas para terminar muy buenas, salvo una que llevaba 3 granos de pimienta y me dormio la boca.
regamos esto con un as sortes 2007, que estaba riquisimo, pero no lo tenian en frio, y no me avisaron, asi que la primera copa de vino, me la tome, terminando el primer plato.
un servicio serio y distante, muy poco atento.
raciones demasiado pequeñas para el precio que tienen.
decepcion total, no lo recomiendo.

El restaurante está dentro del hotel Palacio de Santa Paula,en un lateral del claustro....precioso.La sala es elegante pero no clasica,servicio atento y preparado.Todo pintaba bien hasta que llegaron los platos....mal..!!
Sopa de calacin con yema(de menú de mediodia),vieira con patata y calabacin(dos vieiras a la plancha,un cilindro de calabacin crudo lleno de parmentier de patata que,evidentemente,mojó y rompió el cilindro y se caió todo),Parrillada de verduras(la mitad de las verduras estaban crudas),salteado de pulpitos,calamares y gambas(bien)SEGUNDOS:Presa iberica con trinxat(no se podia comer de lo dura que estaba,la pedí muy poco hecha),Solomillo(normal),Pichón con salsa de castañas y chocolate(estaba bueno y bien hecho) y cochinillo(tierno y crujiente). La impresión de los primeros platos era de poco currados,platos poco pensados....en fin mediocres!!
Empezamos con un cava Gramona gran reserva y continuamos con un tinto de granada q no recuerdo.
Los postres tampoco estaban a la altura:el coulant estaba como una magdalena,duro y seco.

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