Restaurante El Pont 9 en Camprodon
Restaurante El Pont 9
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
28,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
40 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.1
Comida COMIDA
6.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.4
Opiniones de El Pont 9
OPINIONES
12

Salida festiva con amigos que eligieron el restaurante. Probablemente el mejor de Camprodon. Junto al río Ter, sala elegante con mesas bien paradas. Opción de carta y varios menús. Escogimos el gastronómico, con unos entrantes para picar y escoger un primero, un plato principal y los postres entre varias opciones. Al ser 4 prácticamente escogimos todos los platos. De los entrantes me quedo con la Mousse de foie de pato con membrillo. De primero muy buenos los Raviolis de patata con butifarra “esparracada” y de los platos principales excelente el bacalao con crema de moniato escalivado y el arroz meloso de ceps y sepia a pesar de llegar a mesa algo frío. Los postres, de pastelería las tres opciones, correcto el Bizcocho de galletas con chocolate y flojo el Pastel de queso. Buena carta de vinos, escogimos un Dido que siempre sale bien. Como inconvenientes, una cierta presión a dejar la mesa porque estaban dobladas con la gente esperando en el interior del comedor, no preparado para ello. Es incómodo estar acabando la comida y tener al lado gente de pie esperando y mirando si te levantas. Entiendo que es un negocio pero hay que ser más respetuosos con los clientes.

Pedimos el menú de 22 € que nos pareció correcto más 3€ de suplemento por el magret de pato, el menú incluye postre y agua.
Pedimos un tinto de la D.O. Montsant, Sindicat La Figuera preguntamos si lo tenían en armario climatizado y nos dijeron que estaba a temperatura ambiente (mes de julio temperatura exterior 31º) por lo que solicitamos que lo pusieran un ratito en el congelador y nos lo sirvieran en cubitera con hielo, al servirnos el segundo plato tuvimos que reclamarlo. Me parece inadecuado que un establecimiento de este nivel no disponga de un climatizador para vino tinto.
Una copa de cava y una muy buena croqueta nos fueron servidas como aperitivo.
Compartimos los primeros, canelón de berengena y parmesano y carpaccio de pies de cerdo, el canelón nos fué servido casi frío y el carpaccio los hemos comido mejores.
Los segundos calamares rellenos de verduras y magret de pato con salsa de cítricos, lo solicité con muy poca cocción lo que los franceses denominan "sagnant", pues bien el magret super pasado de cocción, incluso parecía hervido y los calamares solo tibios en su interior.
De postre coulant de chocolate y sopa de fresas con helado de vainilla.
Dos cafés.
Al traer la cuenta el que seguramente es el propietario nos preguntó si la comida había sido de nuestro agrado a lo que le respondimos que los calamares estaban solo tibios y el magret super pasado de cocción y que nos dió la sensación de que estaba todo precocinado y calentado en el microondas a la hora de servir, a lo que nos respondió que todo se elaboraba al momento y puede que la cocción del magret fuera excesiva (sic)
Si no nos hubiera preguntado la opinión por la comida, no hubiéramos dicho absolutamente nada y nos hubiéramos limitado a no volver a este restaurante que tiene una muy buena ubicación con una vista inmejorable al puente románico.
Nosotros desde luego no volveremos y personalmente no lo recomiendo.

La ensalada tamaño mini, el pollo con prunas frio, el entrecot frío, duro y con nervios de acero. Pedi patatas pero en medio seguian congelados. Servicio amable pero la comida no me gusto mucho.

Segunda visita a este restaurante situado al lado del rio y con vistas al puente de Camprodón, este vez con un menú cerrado para celebrar el cumpleaños de un familiar. 5 comensales. Servicio familiar, atento y muy profesional, familia dedicada a la hostelería desde hace décadas.

Para empezar nos traen una copa de cava y un pan tostado con un allioli suave y unas lonchas de embutido de cerdo ahumado a modo de aperitivo.
Los primeros platos consisten en diversos platos al centro:
- Ensalada de espinacas, anchoas, tomate y queso nou dels tilers frito. Muy buena
- Bueñuelos de bacalao y croquetas de cocido, ambos soberbios.
- Tabla de embutidos, quesos y pan con tomate, embutidos artesanos ricos ricos.
- Ravioli de patatas, butifarra negra y ceps. Espectacular, ha sabido a poco, me hubiese comido cinco.
- Tarrina de verduras pochadas con queso de cabra. No estaba mal, pero llevaba apio del que no soy muy fan.

De segundos platos había 4 opciones a elegir. Un fricando (no he probado, bueno según han comentado), una merluza con queso y bacon , fresquísima y con un punto perfecto de cocción y en mi caso un entrecotte Eco con salsa de ceps y patata al horno, estupendo.
De postre, un pastel-coulant de chocolate, postree especial para la homenajeada.

Para beber agua y dos botellas de Perelada Espoga Crianza 2009, un vino que esta bodega sólo produce para su exportación, con 10 meses de barrica y que reúne uvas de 3 de sus fincas (ESpolla, POnts y GArriga, de ahí el nombre). Botella etiquetada exclusivamente en inglés, vino con nariz algo corta pero en boca buena carga de frutas negras, madera ahumada y bastante goloso y final medio. Quizás no llega a la categoría de los finca la garriga, o malaveïna de la misma bodega pero a mi me ha gustado mucho.

Carajillos y cafés con petitfours y obsequio de la casa para la celebración, una botella de cava Pere Ventura Primer Brut Reserva. Todo ello, en un ambiente tranquilo, cálido y con un servicio a gran altura, por 35€/persona. Me ha parecido un gran precio y de nuevo, un sitio que mantiene el nivel y al que apetece volver en futuras visitas a Camprodón.

Acabado de leer el comentario anterior, recien escrito por Jerónimo, me presto a dar mi opinión sobre este local visitado justo después de pernoctar en la Fonda Rigà, perteneciente a la misma familia. He de decir que nosotros salimos bastante satisfechos. El local tiene buenas vistas, como ya se ha comentado, a nosotros nos situaron en una de las mejores mesas del local. El servicio correcto, pero con algun camarero joven algo inexperto. Mesas correctas en cuanto a menaje, etc... Copa de cava y montadito de pan con tomate y jamón de pato como aperitivo cortesía de la casa.

Los platos bastante bien resueltos, quizás algo más refinados que los de la Fonda Rigà pero comparten las mismas raices y la misma tradición culinaria familiar. Esta fue nuestra selección:

- Ensalada de espinacas, tomate, anchoas, oliva negra y queso "els tilers". Correcta, las anchoas buenas y de buen tamaño, así como el queso. El tomate, por el contrario no sabía absolutamente a nada, parecido a los que puedes comprar a 1€/kg. en cualquier supermercado.
- Raviolis de patata con butifarra negra y ceps. Muy buenos, quizás un poco más calientes aún hubiesen mejorado.
- Como segundos platos, yo me decanté por un mar y montaña de pies de cerdo con albóndigas de rape, muy rico y meloso, para mojar pan.
- Mi acompañante pidió arroz de pals con sepia y ceps. Muy rica, ración abundante.
- Para rematar, compartimos dos postres de pura lujuria: buñuelos rellenos de chocolate y chucho casero de crema, hecho al momento. Los dos espectaculares.

Para beber nos decantamos por un Dido de Montsant, a temperatura correcta y en buenas copas, a 19,80€. Descorche, cata y primer servicio. La carta de vinos bastante completa, con vinos detallados por D.O. con especificación de los tipos de uva y meses de crianza. Mayoría de referencias catalanas, bastantes Riojas y Riberas y algun que otro vino extranjero.
El precio para dos personas 84€.

Quizás debido a los buenos ratos que he pasado en la Fonda Rigà de Tregurà, restaurante de referencia en la zona y del que siempre he salido más que satisfecho, pensé que el restaurante de sus hijos, aparte de evitarme la subida y posterior bajada por carretera hasta Tregurà de Dalt, me aportaría algo más.


Tras los comentarios de Javier y Manu, poco voy a añadir con respecto al entorno interior y servicio de mesa de El Pont 9, restaurante estratégicamente situado frente al viejo Puente Románico de Camprodón y a orillas del Rio Ter.


Siguen con la costumbre que apunta Manu en su comentario, de ofrecer una copa de cava gentiliza de la casa, copa que apuramos mientras ojeábamos la carta donde ofrecen diferentes opciones, desde platos basados en la cocina tradicional, hasta platos un poco más sofisticados, nos decantamos por:


  • Ensalada de Espinacas.

  • Carpaccio de atún a la anchoa. Bien presentado.

  • Terrina de pies de cerdo con ceps y vinagreta de mostaza. Este fue mi primero, un plato que prometía pero que destrozaron con la vinagreta de mostaza, una mostaza fuerte que a pesar de que una vez la probé intenté retirar de los demás trozos, impregnaba todo el pleto matando el sabor tanto de los Ceps, como de los pies de cerdo.
  • Dos de Mar y Montaña de pies de cerdo. Parece que gustó a los que lo pidieron.

  • Filete de merluza con queso de oveja.

  • Crujiente de cochinillo con compota de manzana. Mi segundo, una buena ración de cochinillo de piel crujiente, pero que pecaba de salado en exceso.


    De postre,



  • Xuixo de crema hecho al momento. Muy, muy, muy, pero que muy bueno.

  • Bolas de Helado. Un pastel de chocolate que pasó sin pena ni gloria.

  • El pan,


  • Pan de Payés muy bueno.


    Con respecto a los vinos, tomamos dos botellas de Pere Ventura Tresor Brut Nature, aguas, cafés, 2 grappas, y un GT.



    Quizás ese día en plena semana santa y lleno total, la cocina se viera desbordada y las cosas no salieron como deberían haber salido … quizás me equivoqué en la elección de los platos….. quizás…



    No valoro la RCP por haber sido invitado.



  • Como indica el comentario de Javier de hace más de 1 año, destaca de este local la Honradez y añadiría la Pasión por las cosas bien hechas, que perdura en el tiempo.

    Camprodón, para quién no lo conozca, es un pequeño y bonito pueblo de la comarca pirenaica del Ripollés, de turismo de montaña y de nieve, famoso por su maravilloso entorno situado en un valle, su puente románico, sus embutidos y sus galletas, al que por supuesto también le ha llegado la crisis, lo que ocasionó el cierre de los pocos locales de referencia gastronómica que tenía, solo 2 en mi opinión, permitirme hacer algo de promoción, ya que es un lugar que conozco muy bien, no en vano soy un “segundoresidente” desde hace más de 25 años.

    Sobre el Pont 9, el lugar es amplio y muy acogedor, con varios comedores y reservados, situado frente al puente románico y el rio Ter, de los que ofrece muy buenas vistas. Reservamos antes de ir y supongo que gracias a la reserva nos ofrecieron, para mi, la mejor mesa del local en el salón principal, con vistas directas sobre el puente, que junto al buen montaje de la mesa, con buen servicio de mantelería y menaje, prometía una muy buena estancia.

    De entrada te ofrecen una copa de cava, gentiliza de la casa, como me gustan esos pequeños grandes detalles, que cuestan muy poco y valoro mucho. La carta es amplia, basada principalmente en cocina catalana con toques modernos, con una amplia carta de vinos y cavas, principalmente de D.O. catalana, complementada con D.O. nacional e internacional, incluso con algún champagne francés e incluso un Barolo, destacar los excelentes precios con un cargo mínimo sobre el precio de tienda y con buen servicio y buenas copas.

    Ofrecen menú diario y de fin de semana, creo que a 27 € el de fin de semana, este basado en algunos platos a escoger de la carta, optamos por la carta y tomamos foie de pato y ensalada de espinacas con un queso espectacular ( Til.lers ), ambos muy buenos y excelentemente presentados, seguido de un rape a la plancha, fresco y en su punto y un arroz de sepionas y ceps, meloso y suave, de postre pastel de la casa ( brazo de gitano de crema ) y helado de yogurt, de beber un José Pariente ( 12 € ) cafés y una grappa Nonino.

    Nos atendió uno de los propietarios, hijos de la Fonda Rigá de la cercana Tregurá, con el que conversamos sobre gastronomía y la oferta de vinos, su proximidad nos hizo sentir como en casa, se aprecia ilusión y pasión por su trabajo y eso se nota mucho en la mesa.

    Resumiendo, del todo recomendable, tanto por el lugar como por el local, siendo ambos un motivo más que suficiente para una visita.

    Nueva visita un año y medio más tarde y no decepcío´no.
    Toamamos :
    Croquetas caseras. Excelentes , melosas con muchisimo sabor
    Canelones de pasta fresca rellenos de ave : Muy buenos
    magret de pato agridulce : Correcto
    Bacalao con setas : Buen taco de bacalao no tan bueno como el de Can Po , pero en cualquier caso mas que aceptable
    Helado de chocolate con fresas
    Buñuelos de chocolate (son como los buñuelos de cuaresma rellenos de chocolate). Ambos postres con sabor
    De Beber Recaredo GR 2006 y acabamos con un GinTonic de Bloom bien servido
    Servicio del vino atento y esmerado. La carta de vinos , de largo, es la mejor de la zona emho. Hay variedad , con predominio , logico, catalan, curiosas y a precios muy contenidos. Pero tiene referencias del resto de España e Internacionales.
    Muy buen servicio de sala. El dueño muy atento, muy complaciente , profesional y cercano
    Creop que el adjetivo que mejor define a este restaurante es la Honradez. Su carta no es corta y se basa , sobre todo en cocina catalana. Se trabajan con buenas materias primas y los puntos de coccion (sobre todo la pasta) son perfectos.
    Ademas , hay que añadir el excelente trato que te dispensan , lo cual, siempre influye, y mucho con que salagas satisfecho del restaurante.

    Por cortesia de la casa una cerveza y el Martini del aperitivo

    Bonito restaurante,con vistas al puente y al rio ( recuerda un poco algunos de los restaurante de girona, por lo de las vistas...) mesas amplias y comodas, tienen varios comedores bien separados para fumadores y no fumadores, con un reservado con television y pantallas para reuniones de empresas. Este no era nuestro caso. Comida para dos, de primero parmentier de pure de patata y croquetas caseras de pollo,(correctos los dos) de segundo bacalao con setas y "filet de poltra" con salsa de mostaza (muy buenos los dos, aunque demasiada cebolla con la salsa de mostaza) cava de peralada. Servicio muy amable. Nos gustò mucho. Volveremos.

    Desde que abrio hace unos años , este restaurante ha ido , en silencio y sin grandes alardes , asentandose y aumentando poco a poco su nivel. El ambiente sigue siendo comodo con muy buena separacion entre las mesas.
    La cocina ha evolucionado y , sin perder unas raices claramente catalanas, ha dado un paso mas alla de la tradicion. En esta ocasion yo tome Alcachofas rellenas con un buen sabor y buena coccion y calamar relleno de rape bien logrado. Los demas comensales probaron diferentes platos siendo de destacar la pasta con pesto y parmesano al dente totalmente).
    Los postres han mejorado desde la ultima visita , en especial con un excelente coulant de chcocolate y un buen surtido de pequeños flanes.
    Buenos cafes y muy buen pan
    Servicio rapido, atento , amable y cercano. La carta de vinos es amplia con mayoria de vinos catalanes , aunque hay referencias de otras regiones y algunas internacionales. Se nota que hay interes en el tema y que el vino se trata con mimo e ilusion.
    En resumen es un restaurante fiable, honrado y que tiene ilusion por mejorar y evolucionar. Si estas en la zona sin duda recomendable.
    El precio es sin vinos

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