...y es que el local se sitúa a casi 1500 m de altitud al que accedes por una sinuosa carretera de unos 4 Km, con tramos en los que surge un verdadero problema de espacio si te encuentras con otro coche en dirección contraria.

Eso sí, merece la pena el esfuerzo de las revueltas para disfrutar de su mirador, en el que se ubica el comedor, pudiendo contemplar las impresionantes vistas mientras comes.

Ambiente fundamentalmente familiar y casero, diría yo, tanto que viene la propia dueña a tomarte nota y que conforma prácticamente ella ofreciendo lo mejor que tiene. Todo compartido al centro:

Empezamos con una fuente de Embutidos locales surtidos, tanto curados como cocidos, además de jamón y queso. Excelente forma de abrir boca acompañado de pan torrado para prepararlo con ajo, tomate y AOVE. Venía junto a una Ensalada clásica para limpiar el punto graso que quedaba en boca. Casi a la vez nos sacaron unos Mejillones con una salsa impresionante, de esas que te causan fácilmente una tendinitis en la muñeca de tantos viajes que haces del plato a la boca, con la concha cargada a rebosar de ese caldito divino para sorber una y otra vez.

La segunda parte fue una Parrillada de Carne, con pollo, conejo, cordero, butifarra... buen punto y sabor a brasa y como colofón unas Carrilleras de Ternera de melosidad manifiesta con una salsita de ratafía de auténtico vicio. Quién dijo miedo?

Un rico y tradicional Flan de Mató como postre que cumplió sobradamente su función. No recuerdo lo que pidieron los otros comensales.

Para beber, agua, un vino tinto sin etiquetar muy peculiar con dejes dulzones y secos y un par de botellas de Segura Viudas BR D.O. Cava que se dejó beber.

Experiencia muy satisfactoria la que vivimos de la mano de Manu sin el que no hubiésemos conocido este curioso y pintoresco restaurante.

Nota: no puedo valorar RCP dado que fuimos invitados pero me consta que esta es excelente.

Nos alojamos una noche de fín de semana en esta fonda. A nuestra llegada el sábado al mediodía, el tiempo era desapacible, con rastro de haber nevado la noche anterior y un día gris y frío, amenazando tormenta. Apetecía alojarse en esta fonda, relajarse en el sofá delante de la chimenea y probar la gastronomía del local, de la que nos habían hablado muy bien, tanto por lo oído como por lo leído en Verema. Dado que el mismo día comimos y cenamos en la fonda, haré un comentario conjunto de los dos ágapes, que formaban parte de la pensión completa ofrecida por el establecimiento.

El comedor tiene una serie de mesas al lado de un gran ventanal, con unas vistas impresionantes sobre el valle; éstas estan algo juntas, a diferencia de las del resto del comedor, que gozan de una mejor separación, pero vale la pena por las vistas. Vajilla correcta y copas de batalla para el vino básico que se incluye con el menú pero mejoradas si se pide un vino a la carta.

El tipo de cocina es el de toda la vida, con platos y recetas heredadas de la abuela y la madre de los que actualmente llevan el negocio. Materia prima de calidad y comida casera de toda la vida, con algunas recetas ligeramente actualizadas. Algunos de los platos que pudimos degustar en nuestra estancia, dentro de los menús ofrecidos en la Pensión Completa fueron:

- Croquetas de Bacalao. Caseras, muy ricas.
- Croquetas de Pollo con tocino. Espectacualres.
- Patata rellena de carne con queso gratinado. La combinación prometía, pero el queso gratinado resulto ser el archirepetido rulo de cabra, y el conjunto era bastante pesado, aún así bien de sabor.
- Sopa de escudella con pelota de carne. La de toda la vida, sabrosa y reconfortante.
- Carrilleras de cerdo guisada con tocino y pera al vino. Plato contundente y muy sabroso.
- Fricandó de Ternera con Ceps. Otro plato igualmente rico y contundente, ideal para un dia frío.
- Cordero a la brasa. Muy tierno, con patatas fritas caseras.

En la sección postres, todos ellos hechos en casa, a destacar la crema catalana y el pastel de chocolate.

En cuanto a los vinos, el menú incluye un vino tinto básico, etiquetado para el establecimiento, un tanto rudo pero que se puede beber y de hecho pega bastante con la contundencia de ciertos platos. Para la cena quisimos mejorar la opción del vino escogiendo uno de la carta; ésta contiene una mayoría de referencias catalanas (sobretodo Empordà, Penedés, y algunos Prioratos y Montsant), unos cuantos Riojas de los más típicos y un par de Riberas. Carta mejorable en cantidad y también en calidad. Bebimos un Fra Gerau 2010-Montsant (11,50€) bastante normalito, servido a temperatura correcta en copas correctas.

Desconozco el precio exacto de los menús ya que fuimos invitados, pero calculando el precio de la estancia, habitación etc... deben rondar los 10€ por persona, siendo así una buena RCP; Vale la pena si se está de excursión por la región y se quiere comer casero sin grandes alardes gastronómicos.

Web: http://www.fondariga.com/restaurant.php
- Web bastante completa web, incluye pdf con los platos de la carta.

Facilidad para aparcar:
- Sin problemas, eso sí, asegurar el freno de mano.

Situación y Entorno exterior:
- Espectacular.
- Situado a un montón de metros de altitud, (yo creo que más o menos a la altura del Everest) se accede por una estrechísima carretera, de esas en las que vas con una mano en el volante y la otra sosteniendo el rosario y rezando para no encontrarte un coche de frente, más que nada porque la carretera no dispone de quitamiedos y bordea precipicios de miles de kilómetros de profundidad.

Entorno interior y Servicio de mesa:
- Muy bueno, especialmente si tienes la suerte coger una de las mesas de las que dan a las ventanas, disfrutarás de unas vistas espectaculares.

Trato del personal:
- Joven, agradable y servicial.

Claridad carta:
- Sin problemas.

Especialidades:
- Tradicional Catalana y de Alta Montaña

Platos probados y precio:
- Plato de aceitunas (sin cargo)
- 7,90 €.- Mil hojas de patata con butifarra desgarrada y salsa de ceps. (Espectacular)
- 12,20 €.- Espalda de cordero al horno (muy buena)

De postre:
- Fui incapaz de tomar postre.
Bebidas:

- 8 €.- ½ de Cava Pere Ventura
- 1,30 €.- Café

Cuenta:
- 31,75 €.- Un adulto (No recuerdo si en la carta los precios incluían el 8% de IVA).

Relación calidad precio:
- Inmejorable.

Lo mejor:
- La materia prima y su elaboración.

Deberían mejorar:
- No me gustó que al retirarme el primer plato, el camarero me pidiera que cogiera los cubiertos para utilizarlos en el segundo. Eso lo encuentro lógico en un menú barato, pero no cuando comes a la carta.

Recomendable:
- Totalmente.

Comentarios:
- El acceso por una estrechísima carretera de alta montaña bordeando profundos abismos, una carretera con pronunciadísimas curvas desde las que mirando hacia abajo puedes ver volar a los aviones transoceánicos, hace difícil el acceso a muchos urbanitas y/o personas de avanzada edad, como por ejemplo y sin señalar a nadie, un par de amigos foreros visitantes asiduos de la zona. Razón por la cual supongo, no han colgado ningún comentario de este restaurante. Jejeje….
- Es un restaurante que conozco desde hace muchísimos años, primero cuando bajábamos de esquiar en la cercana estación de Vallter 2000, (la más oriental de los pirineos y por ello la más cercana a Girona) y a posteriori en las excursiones domingueras en moto de trail, cuando parábamos a desayunar antes de enfilar la pista forestal que nos llevaba camino de Batet y Ribes de Freser.
- La familia abrió hace unos años un restaurante en Camprodón el “Pont 9”.

La Fonda Rigà es un restaurante situado en un mirador privilegiado sobre el valle del río Ter. De hecho tuvimos la suerte de que nos tocó mesa al lado de la ventana y disfrutamos de un espectacular paisaje durante la comida. Ofrecen cocina tradicional catalana, buenos guisados (y abundantes) y buenas carnes a la brasa. De entrantes nos pedimos:

- Ensalada de queso de cabra y jamón de pato: muy buena pinta, me dijeron que estaba muy buena.
- Embutidos del Valle.
- Canelones de verduras con besamel de espinacas: buenos.
- Fessols (alubias) de Santa Pau con bacalao y botifarra negra muy buenos.

De segundos:

- Entrecotte de ternera con salsa de ceps (boletus): tal y como lo recordaba de mi última visita, tierno tierno. Acompañado de patatas fritas (qué ricas estaban!), cebollitas confitadas y pera al vino.
- 2 de pato con peras: ración de montaña, medio pato! Muy bueno.
- Entrecotte de potro: lo probé y no estaba mal, lástima que Manel lo pidiera demasiado hecho porque para mi gusto pierde mucho.

De postre:

- Buñuelos de manzana con crema quemada y helado de vainilla con nuez de macadamia: muy bueno.
- Helados de vainilla y de café: raciones de montaña, no los probé pero se lo acabaron todo o sea que malo no debía estar.

De beber agua (no estaba muy fino y además tenía que conducir). De todas formas la carta de vinos muy corta. Tampoco es un restaurante donde se vaya a pedir un gran tratamiento del vino, pero podrían mejorar en este aspecto.

En resumen, cocina sencilla pero honesta, con muy buen producto donde uno ha de ir con el estómago bien vacío porque seguro que no saldrá con hambre.