He visitado el restaurante un par de veces.
Una vez comí en menú y otra a la carta.
Me han gustado mucho casi todos los platos que he probado. Es un placer sentarse a cenar. Podría poner “peros” en algún aspecto pero me resisto a hacerlo ya que, sin duda, ME HA ENCANTADO LA FRESCURA QUE APORTA AL PANORAMA GASTRONÓMICO MURCIANO.
Me encanta la interacción con el cliente, la riqueza cultural que desprenden los platos y las personas. Es un placer entrar en un restaurante en el centro de murcia a “SER SORPRENDIDO”. Había perdido la esperanza de que ocurriese. El viajar mucho tiene que te vuelves difícil de sorprender.
Enhorabuena al Sr. Gras. Va por el buen camino.
Siga cocinando tan bien, enriquezca la cocina murciana con las increíbles cocinas de todo el mundo, mantenga sus precios a raya y triunfará.

Después de tres visitas a este precioso restaurante me animo a poner mis impresiones. Se trata de un restaurante moderno y acogedor a la vez, situado a la espalda de la calle Traperia, en el centro de Murcia. Las primeras dos visitas nos inclinamos por pedir a la carta, de entrada recuerdo el micuit de foie sobre compota de manzana, de segundo tanto la carne(ternera gallega) como el pescado(dorada) estaban perfectos. En nuestra última visita nos decidimos por el menú, esta vez dedicado a la patata, el menu que elegimos se llamaba Inca y constaba de unos siete platos más postre, todos ellos muy originales. Recuerdo las patatas a la importancia con bonito de Denia, el bacalao a 50º con notas de mandarina, y el solomillo de cerdo lacado con cocacola. El servicio del vino es muy bueno, con una gran carta y unos precios muy ajustados, cosa que se agradece. Recuerdo que pedimos un Alion 2003 (unos 42 euros), un Aalto 2005 (unos 30 euros), y un Allende 2004 (26 euros). Destacan también los postres, irresistibles, y un buen café. El precio bastante comedido para lo que se estila por ahí, unos 50-60 euros pp según el vino. En resumen un restaurante que merece la pena visitar en Murcia, diría que junto a La Cabaña de la Finca Buenavista y al Palacete de la Seda lo mejor actualmente en la cocina murciana (emho).

Gran descubrimiento este Traperia30,a pesar de encontrarse en un recóndito y oculto lugar de Murcia. Nos costo Dios y ayuda encontrarlo, producto de problemas de Parking, guias nefastos y falsas indicaciones de camareros,pero valio la pena.
En todo restaurante pretendidamente de autor,que el chef te reciba personalmente y te aconseje sobre la velada es imprescindible, y aqui Antonio de Traperia cumple con creces.

Empezamos por probar las croquetas de boletus y el buñuelo de sepia, buen principio de la velada.Apostamos luego por el teriyaki de atun con cuscus(el segundo mejor cuscus que he probado jamás)y salsa wasabi, en una palabra EXCELSO.El Micuit de foie sobre compota de manzana supuso un final aceptable a los entrantes.

Como platos principales degustamos unas Kokochas con boletus SUBLIMES, y un rape negro de las profundidades del cual teniamos mas expectativas, pero que supo a poco,era bastante vulgar,amen de estar complementado con un esparrago absolutamente insipido.

El vino era un JOSE PARIENTE joven del 2006,a un precio anticrisis.Afrutado y con un bouquet aceptable, yo lo definiria como un vino de taja facil,pues entra muy bien.

Para acabar petit four y cafes pues los cinturones ya apretaban,despues de un dia de orgia gastronomica iniciada en el infraponderado "El Chato" de los Alcazares.

Resumiendo,cocina innovadora y producto fresco (no habia nada caducado)de muy buen quehacer en los fogones, y un discurrir de la velada agradable, amenizada con amaneramientos y charlas profundas sobre la vida entre amigos.Uno tiene la sensacion de que la magia de la cocina fluye en este lugar y que cuando te das cuenta la materia prima se ha convertido en arte,como si gnomos o duendes ocultos se hubieran encargado de ello.

Visité junto con mi mujer Trapería 30, llevado de la mano del comentario de Verema y la verdad es que no decepcionó. El local es muy agradable y moderno. Se respira paz y relax. Optamos por el menú degustación que se componia de un par de entrantes; 4 principales abundantes y un postre. Destacamos la Ensalada de huevas de rape, bizcocho de remolacha y melón (espléndida); el Gazpacho, helado de tomate seco y caviar de olivas negras (sorprendente); y un magnífico Atún en Teriyake, cús cús de tomate seco y Wasabi frío. Optamos por maridar la comida con los vinos que nos propusieron y si alguno es para resaltar es el Riesling Donhoff 2006. En definitiva es una muy buena propuesta gastronómica en un paradigma muy competitivo y que necesitará de tiempo para romper esquemas. 70 € pax con maridaje de vinos. En resumen, alta cocina en Murcia.