Restaurante Jímenez en Majadahonda
Restaurante Jímenez
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
27,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos noche y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
27 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
10.0
Opiniones de Jímenez
OPINIONES
4

Un lugar con encanto a las afueras de Majadahonda, en una antigua estación de tren.

Perfectamente rehabilitado, una casita de una altura con un par de deliciosas mesas en la desnuda terraza.

La sala es amplia, en forma de “L” invertida, más ancha al fondo. Hasta que llegas a él, es una batería de mesas pegadas todas a la derecha.

Buena reforma, bien decorado, sin recargar, madera en paredes y suelo. Notablemente equipado. Correcta separación entre mesas y comensales.

Un lugar cómodo, confortable y desahogado.

Cocina nacional con mucho toque, con chispa, con gusto.

Era un día de entre semana y tomamos el “Menú Jiménez”, en el que disponías de 6 opciones de primeros, otras tantas de segundos y 4 de postres. Me costó decidirme, pues las propuestas eran todas ellas francamente interesantes. Teníamos que seguir trabajando, así que me contuve y me quedé con las ganas de probar unas Alubias guisadas con setas que me llamaban…

Al final me decidí por:

Ajo blanco con vieira asada y oliva virgen. Ligero, sabroso, refrescante, y con el guiño del medallón de vieira y del abundante buen AOVE.

Carrilleras guisadas al chocolate. Estupendas las carrilleras, en su punto perfecto de cocción, y bañadas en una fina y suave salsa de chocolate de chuparse los dedos. Con esa untuosidad, esa pátina externa como parafinada que acaricia el paladar. Quien trabaja bien el chocolate, como es este caso, qué fabuloso recurso posee para acompañar y mejorar guisos de vacuno, de ave, de puerco… Y ya si le hubiera dado un puntillo de picante…

Limonada casera con hierbabuena. Coronó la comida con sobresaliente. Era como un buen mojito… sin alcohol.

Qué a gusto comí, pese a que como decía no fue sino un receso, se trataba de una comida de trabajo (si bien es cierto que relajada) y teníamos que continuar la reunión por la tarde.

En cuanto al vino, tomamos el que incorporaba el menú, Protocolo 2011, un tempranillo conquense agradable, con notable carga frutal y ágil considerando su volumen. Sin servicio destacable.

El servicio, fenomenal, brindado por el dueño, un tipo al que se nota que le gusta su trabajo. Definía, aconsejaba y servían como mandan los cánones.

Volveré, y a no tardar, a cenar relajadamente sin obligaciones posteriores para disfrutarlo en plenitud.

P.D.: no pongo precio ni califico RCP porque fui invitado, pero me pareció entrever que era excelente.

Restaurante entrañable, ambiente familiar (de hecho es común encontrar familias con niños pequeños, lo cual puede ser un inconveniente por los lloros) en un lugar atípico (antiguo apeadero), y con un trato que hacen que te sientas muy cómodo.
El menú, a un precio extraordinario (24 o 25 euros) comparado con otros restaurantes más afamados, te permite elegir entre varios platos, cocina de mercado con innovaciones interesantes:
En los primeros destacan los platos de cuchara que varían a lo largo del año (hemos estado varias veces y siempre mantienen muy buen nivel. También probamos una especie de "coca" muy rica.
De segundo pedimos lubina, tartar, rabo de buey, rissoto y taco de buey (eramos 5 y así probamos todos los segundos)
Las torrijas y un postre de chocolate muy ligero son excepcionales.
Tengo ganas de volver pero para comer a la carta para comprobar hasta donde llega el chef, David Jiménez.

Situado en un antiguo apeadero de tren . Decoracion clasica , con mesas grandes y adecuada separacion entre ellas. Manteleria, cristaleria, cuberteria y manteleria con un buen nivel.
Cara basada en la materia prima con algun guiño a la modernidad, pero con elaboracion sencilla. Hemos tomado el menu de mediodia a 24 euros +IVA. Se pueden escoger entre cinco primeros, cinco segundos y cinco postres.
De entrante he tomado tosta de queso cremoso con tomate escalfado ,jamon serrano , rucula y aceite de oliva. Podria asemejarse a una variacion de pizza con un sabor muy mediterraneo y una buena conjuncion de sabores. Es refrescante por la rucula y la estructura la mantiene el queso fundido (quizas adoleciendo un poco de sabor).
De segundo taco de bacalao con buena coccion con un fondo parecido al cus-cus cremoso . Al juntar texturas tan diferentes la combinacion de ambas provoca una sensacion agradable en la boca.
No puedo hablar de postres porque no tome, pero el resto de la mesa ha coincidido que estaban buenos.
Buen servicio de sala, rapido , atento y amable. Servicio del vino convencional. Ni malo ni bueno , sino todo lo contrario.No he podido ver la carta de vinos, con lo cual no me puedo pronunciar.
Al ir invitado no puedo poner el precio.

Buena materia prima. Platos bien resueltos, aunque con altibajos. Las anchoas excelentes, las vieiras algo insipidas. Muy bueno el foie, rodaballo y solomillo. El risotto demasiado al dente y mezcla sabores dispares (carabineros y setas), así como las manitas con caracoles (apreciacion personal). Buena carta de vinos, aunque no los tenian todos. Buenas copas de vino y agua. El servicio de vino bastante deficiente, falto de experiencia, excesivo llenado de la copa (mas de 3/4) y temperatura vinos sin control. Tomamos un Jose Pariente (Verdejo) y Cyan vendimia seleccionada 2003, muy buenos ambos. Precios alrededor de 50 € pers. con vino incluido. Buena terraza en verano

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