Restaurante Bar Restaurante Santa María en El Puerto de Santa María
Restaurante Bar Restaurante Santa María
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
28 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.8
Comida COMIDA
7.6
Precio medio entorno ENTORNO
7.2
RCP CALIDAD-PRECIO
8.7
Opiniones de Bar Restaurante Santa María
OPINIONES
9

Y tal como escribí el año pasado, iba a volver y en efecto volví. Estaba el responsable: Angelín una jándalo que ejerce como tal de maravilla cuando le visitan montañeses

¡Y cómo se nota para bien, su presencia¡

Cuatro personas hemos comido:

Aperitivo de la casa: papas aliñadas, las he comido mejores.

Ensalada de tomate de Conil con atún: mejorando vamos.

Gambas cocidas: seguimos mejorando y mucho.

Bocartes de la Bahía, a la plancha , hechos enteros con cabeza y las tripas: buenísimos. Acompañados de berenjenas rebozadas y fritas.

Y cerramos con una puntillitas junto a un lenguado por persona a la plancha. Tan buenos como los bocartes.

De postre; en plan clásico con picotas.

De beber, dos botellas de verdejo y varias de agua pequeñas.

Lo descrito mas cafés, para cuatro personas, por un total de 90 euros. Un gran precio dado la cantidad y el nivel de lo comido.

Hemos vuelto a disfrutar en este local, solo hay que hablar con Angelín y dejarse llevar, la materia prima es buena y en el momento de la cuenta no te llevas sorpresas.

Llegada al Puerto de Santa María y tras dejar las maletas, visita a este restaurante que en los últimos años se ha ganado el honor de visita obligada.

Ángel Lozano, su patrón, no está presente, pero se nos acoge con amabilidad y nos acomodamos en una mesa amplia con una buena temperatura que se agradece, pues en le exterior la temperatura ronda los 32 grados.

A compartir, para 4 adultos y dos niños:

Una ensalada de tomate que viene acompañada con unas patatas aliñadas: muy bueno el tomate y a buen nivel las patatas.
Dos raciones de coquinas: cantidad más que generosa, pero la salsa que acompañaba a las mismas, desvirtuaban algo el sabor de las coquinas.

Surtido de pescaito frito (obligación de comer el mismo en nuestro primer día de estancia en El Puerto): ración grandísima, con acedias, pijotas, boquerones, chocos, algún pimiento y corvina. La corvina muy buena, el resto algo discreto.

En cuanto al vino, sigue con su línea de no trabajar mucho el tema, vinos de la tierra y algún verdejo: sin ser gran cosa se bebió Palomo Cojo 2013, servido a una buena temperatura.

Lo descrito, con agua, dos cervezas, cafés y dos bombones helados, no llego a 20 euros por persona.

El precio muy bueno, pero me dio la sensación de más tristeza en el local que otros años y la comida tuvo sombras dentro de lo se trataba, que otros años no presentaba.

¿Mal día¿ ¿La falta de Angelín? ¿Mala racha?

En mi próxima visita al Puerto acudiré de nuevo.

Este fue el primer sitio que probé en Puerto Santa Maria
Esperaba mas, pero con el tiempo me fui acostumbrando...
* 1 Gambas a la plancha, correctas
* 1 Almejas Marinera, correctas sin mas
* 1 Cigalas eran congeladas y su calidad ínfima
* 1 Dorada 1.5 kg la sacaran parte frita y parte a la plancha,lo mejor de la comida.
Pedí si tenían algún Ribera de Duero y me dijeron que uno lo trajeron y tuve que pedir gaseosa.
Hay algo que esta muy claro, por ese precio no se puede pedir mas eso si que es verdad, pero buscaba otra cosa.
El trato en todo momento fue exquisito.
A reseñar lo mas importante el precio es muy bueno con la calidad servida, la prueba es que cenamos allí ese dia hasta que encontre con mas tiempo y suerte algo que me encajaba mas

El año pasado no puede “bajar al Puerto”, pero este año el primer día, para matar “el Sincio” ya cenamos en este local.

Esta comida no es la primera y sí, una de esas comidas que planteas y dices a un local que te ofrece plenas garantías: si puedes, haznos un arroz mañana para las 3 y del resto “tu veras”. La primera asistencia de este año se la dejo al compañero Jacomur.

Seis comensales a la hora indicada, tras algún Pavón, nos encomendamos en las manos de Ángel y de sus chicos.

Ensaladas de unos tomates de quitarse el sombrero y unas brochetas de gambas a la plancha que nos abrieron la boca, el esófago y el estomago y tras ellos aparece un recipiente de barro con un arroz caldoso, en el que ponderan almejas y chipirones o calamarcitos.

Arroz de esos para recordar:

Cerramos con 6 cafés, no tomamos postres ante la cantidad del arroz y para no quitar, en la mente ni en la lengua, el embrujo del arroz.

De tomar, pues eso, lo que apetece allí, 6 cervezas, agua y tres botellas de verdejo (del bueno Aurelio) Finca la Colina.

Análisis:

El entorno, no es un local de los que en la zona se conocen de mesa y mantel, pero si tiene su separación de mesas, amplias cristaleras y un aire acondicionado que nos remedió lo que el Levante pretendía.

El servicio de vinos, pues su cubitera, copas de nivel aceptable, buena temperatura y en este caso con un verdejo de fuera del circuito de la zona. No puntuaré este capítulo pues no pedimos otra cosa ni vimos la carta.

La cocina, producto y producto y buen trato junto a buen trato, con unas raciones más bien generosas. El servicio de sala, de esos de mediana edad, que saben que contestar en cada momento, que aparecen y desaparecen en el momento más adecuado.

El precio, pues al unísono, en este caso 150 euros, por tanto a 25 por persona, los arroces y las botellas de verdejo, a 12 cada uno, tanto uno como otro.

Este año fuimos 3 veces a comer y casi todas las noches a unos GT Gin Rives tridestilada.

Apuntar el lugar, llegar y hablar con Ángel, disfrutar y no sufráis con la cuenta.

Muy bien recomendados por nuestro compañero Argug nos ponemos a buscarlo. Ubicado en un parque, con aspecto de chiringuito sin más no te invita a sentarse, pero luego cambia.

Tomamos aposento en la terraza con vistas a los viandantes en una noche agradable.

Aceitunitas de aparitivo antes de la cena:

1/2 Salpicón de gambas y pulpo, mucha cantidad, bien el aliño y el producto aceptable, quizas lo más flojo.

Gambas plancha, ración gigantesca (3 docenas) de gambas pequeñas, bien de sabor, algunas mas hechas que otras, pero ricas.

Lubina para dos. Una lubina de casi 3/4 de kilo abierta en dos, con un toque de plancha muy bueno, muy fina y fresca, con muchisimo acompañamiento inclyendo unos ricos pimientos verdes fritos. Excelente.

Agua y dos blancos finos de la zona.

Cafés y chupitos para cerrar la velada.

Saludamos al anfitrión, Ángel, que posteriormente nos enseño varias piezas espectaculares recien pescadas, que genero señores.

No os lo perdais.

Primera noche de una semana de vacaciones en el El Puerto de Santa María, paso por delante del local, veo en la puerta del mismo a su propietario Ángel, y tras saludarle luego de pasar un año desde nuestra ultima visita, decisión unánime: ¡ que mejor que cenar aquí¡. A esta cena le siguieron otra más y una comida.

Solo voy a describir esta primera cena.

Cuatro comensales adultos y una niña de poco de más de tres años que come poco, pero en la que la genética ya impera para comer lo bueno.

Nos dejamos llevar por Ángel en los platos, según el mercado de ese día:

Primero unas coquinas del lugar, grandes jugosas y con una salsita que origino una pequeña discrepancia de pareceres: ¿mejor con esta salsita o mejor al natural?: mi opinión es que de las dos formas estarán buenas pues lo importante es el productos y el trato que es le de al mismo.

Seguimos con una ración generosa de gambas y langostinos cocidos al centro: buen nivel y buen punto, algo mejor las gambas que los langostinos.

Y seguimos con otra vez al centro una ensalada de tomate con su cebolla y una surtido de “pescaito” frito muy variado: todo bien, lo mejor las pijotas y las acedías en la cola de este grupo destacado.

No llegamos al postre.

De beber una amalgama, unas cervecitas, creo que tres, dos o tres finos y dos botellas de verdejo (Marques de Irun y Señorío del Cid ambos de 2010. (Comprender que estábamos sedientos de un viaje de unos mil kilómetros je je). Y aguas también claro.

No puntuare el vino pues íbamos pidiendo a salto de mata y ni mirábamos la carta de los mismos y esa noche nos dio por los verdejos.

Al final ¿que te damos? 100 euros: a unos 25 euros sin contar a la peque ¡con estos productos¡

Servicio de ese tipo de profesionales de la zona que son de “la escuela de la vida” o dicho de otra manera “profesional que saben estar en su sitio y servir de forma más que adecuada”.

El entorno esta más que definido en los comentarios anteriores y el mismo sigue sin cambiar.

Volveré Ángel ¡ como no¡

En el Parque Calderón, al inicio de una zona de paseo en la Ribera del Marisco y casi en frente de una especie de pantalán, para quienes quieran buscarlo. A un paso del centro del Puerto, de las bodegas, de...
Tiene un aspecto exterior peculiar (dependiendo desde dónde se mire, parece una especie de chiringuito sobredimensionado, caseta con anejos, local tradicional costero...). Lo que son las mesas, sillas, manteles....dejémoslo estar y pasemos al tema.
Vinos pocos, bien de precio, y con servicio, como tal, básico. Pero para disfrutar de lo que allí se hace, sobra. Siendo la tierra del fino, no nos complicamos la vida.
Es un local con muy buen pescado, fresquísimo, y muy buen marisco (Id), y saben tratarlo con mimo y encima te miman como cliente con buenos precios.
Tomamos salpicón de marisco (una gran ración sin, oh sorpresa, casi nada de vinagre y, seguimos con las sorpresas, a rebosar de pulpo y, sí, mariscos; también había verduras, pero en proporción inversa a la usual en estas lides).
Acedías (una magnífica fritura de un pescado que probarán en muy pocos sitios y simplemente deliciosa)
Gambas a la plancha (pequeño calibre, gran ración, bien hechas)
Cigalas a la plancha (quizás lo más flojo; estaban bien, pero no nos dejó la magnifica impresión del resto)
Tienen varios pescados al peso, a 40 euros el kilo; nos eligieron un precioso besugo de buena talla, preparado con un buen punto a la plancha y regado ligeramente con aceite de oliva, acompañado de setas.
Postres, escasos, pero el tocino de cielo que hacen está bien.
En resumen, repito: buena materia prima, preparaciones sencillas pero con maestría, buenos precios. Recomendable.

En el Puerto Santa María, hay numerosos lugares para comer, con distintos niveles en cuanto a entorno, preparación y servicio, en casi todos que por otra parte suelen estar pegados los unos a los otros, se ofrecen los productos de la bahía.
Este local se enclava en medio de la Alameda, junto al Guadalete, solo con vecinos enfrente y tiene varios “ambientes” según el comensal prefiera, más o menos interiorizado.

Descubierto por casualidad “por el boca oreja”, cenamos 2 personas:

Tras las correspondientes cañas:

Coquinas, de isla de León, todo sabor, con una salsa muy lograda y en ración generosa. No me habían ofrecido en el Puerto coquinas y fue por tanto sorpresa, siendo estas algo más grandes de las que conozco de la zona de Huelva, pero igualando o superando las onubenses.

Langostinos de Sanlucar a la plancha: Pues eso de la zona “importantes y no importados”.

Y dos lenguados pequeños fritos por persona, acompañados de pimientos verdes fritos de tipo cuerno de cabra, junto a una ensalada de tomate de Rota. Que nivel de pecado, de fritura y de pimientos y por encima los tomates.

En cuanto al vino, carta clásica, como suele ser por la zona, con buena variedad de blancos, decantándonos por un Señorío del Cid Verdejo 2009. Con buena temperatura y bien servido.

El precio con gran rcp, pues a lo descrito junto aun GT con Rives tridestilada ascendió “solo” a 68 euros, que dada la calidad y el tipo de producto me pareció barato.

Situado en lugar envidiable, en un parque que invita al paseo antes y después de comer; en pleno centro de El Puerto junto al afamado Romerijo, es un clásico de El Puerto de Santa María de toda la vida (el edificio así lo demuestra). Decorado con carteles publicitarios antiguos, de toros, de manzanillas de Sanlucar, de Bodegas de El Puerto. En fin, un bar típico, típico, con pocas mesas en el interior pero con terraza abierta que en días de sol muy apetecible;si hace falta se pone otra mesa, si hace falta se pone otra,si hace falta se pone otra...
Carta esplendida de pescados y mariscos frescos de la Bahía, y lo que haya hecho Angel ese día: guisos marineros, y tapas variadas.
En cuanto a los vinos, os podeis imaginar: los obligados finos y manzanillas del Marco y unos imprescindibles vinos blancos de Palomino, y una carta de tintos en armario climatizador muy recomendable.
Es un lugar más que recomendable por su relación calidad precio alta.

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