El año pasado no puede “bajar al Puerto”, pero este año el primer día, para matar “el Sincio” ya cenamos en este local.
Esta comida no es la primera y sí, una de esas comidas que planteas y dices a un local que te ofrece plenas garantías: si puedes, haznos un arroz mañana para las 3 y del resto “tu veras”. La primera asistencia de este año se la dejo al compañero Jacomur.
Seis comensales a la hora indicada, tras algún Pavón, nos encomendamos en las manos de Ángel y de sus chicos.
Ensaladas de unos tomates de quitarse el sombrero y unas brochetas de gambas a la plancha que nos abrieron la boca, el esófago y el estomago y tras ellos aparece un recipiente de barro con un arroz caldoso, en el que ponderan almejas y chipirones o calamarcitos.
Arroz de esos para recordar:
Cerramos con 6 cafés, no tomamos postres ante la cantidad del arroz y para no quitar, en la mente ni en la lengua, el embrujo del arroz.
De tomar, pues eso, lo que apetece allí, 6 cervezas, agua y tres botellas de verdejo (del bueno Aurelio) Finca la Colina.
Análisis:
El entorno, no es un local de los que en la zona se conocen de mesa y mantel, pero si tiene su separación de mesas, amplias cristaleras y un aire acondicionado que nos remedió lo que el Levante pretendía.
El servicio de vinos, pues su cubitera, copas de nivel aceptable, buena temperatura y en este caso con un verdejo de fuera del circuito de la zona. No puntuaré este capítulo pues no pedimos otra cosa ni vimos la carta.
La cocina, producto y producto y buen trato junto a buen trato, con unas raciones más bien generosas. El servicio de sala, de esos de mediana edad, que saben que contestar en cada momento, que aparecen y desaparecen en el momento más adecuado.
El precio, pues al unísono, en este caso 150 euros, por tanto a 25 por persona, los arroces y las botellas de verdejo, a 12 cada uno, tanto uno como otro.
Este año fuimos 3 veces a comer y casi todas las noches a unos GT Gin Rives tridestilada.
Apuntar el lugar, llegar y hablar con Ángel, disfrutar y no sufráis con la cuenta.
Cerveza, fino y los verdejos. Solo una noche tomamos un tinto.
El fino Pavón(en la zona es muy conocido al tener bodega en El Puerto, pero fuera no se suele ver)era nuestra bebida de referencia. Alguna vez pedimos blancos de la zona, como Viña Galana o Gadir y no nos agradaron.
Lógico, a mi me ocurrió igual. Tan sólo tomé un Taberner en 5 días por la zona.
De los güenos, gúenos de "verdáá".
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