Restaurante Huerto de Santa María en El Puig
Restaurante Huerto de Santa María
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.7
Comida COMIDA
6.5
Precio medio entorno ENTORNO
9.6
RCP CALIDAD-PRECIO
-
Opiniones de Huerto de Santa María
OPINIONES
4

Establecimiento que dispone de varios edificios y ambientes, muy propicio para la celebración de eventos varios. Decoración de estilo neo-rústica, locales amplios de techos altos y adecuadamente climatizados (muy apreciable en ésta época del año). Destacables son los amplios y cuidados jardines que rodean a los distintos salones, con vistas al imponente Real Monasterio de El Puig de Santa María de la orden Mercedaria (Monumento Histórico-Artístico Nacional)

Cocina de estilo tradicional, con buenas materias primas y adecuadas presentaciones. El servicio parece profesional (aunque no todo) y solicito con los requerimientos del comensal.

En el apartado de vinos no puedo opinar demasiado, ya que los vinos estaban elegidos y no pude ver la carta, pero por la elección realizada, he de decir que la selección debe ser más bien de estilo “clásico”. Los vinos se sirvieron a temperatura correcta, pero las copas son de batalla, pequeñas y gruesas.

La experiencia fue como consecuencia de una celebración familiar. Numerosos fueron los entrantes, de entre los cuales destacaría el lomo y el jamón ibérico, el cornete con parmesano, la tosta de foie con mermelada de frambuesa y las querelles de caza con aroma de naranja. De primero un ragut de bogavante, acompañado de pastel de cabracho y berenjenas muy conseguido y como segundo un lechazo deshuesado con patatas hilo, tal vez demasiado seco (o debería decir reseco/recalentado). Como postres un original y sabroso helado de mango con fruta y una buena tarta de chocolate. Para beber: en los entrantes el correcto cava brut nature Carlota Suria de Pago de Tharsys, el simple vino blanco de Hoya del Castillo acompañando al primero y el clásico Marqués de Caceres reserva 2006 para el lechazo.

Recomendable por su entorno e infraestructura para celebraciones numerosas.

Se trata de una parcela con varios espacios dedicados a celebraciones de aforos diversos. Los jardines que los integran han sido diseñados con muy buen gusto, haciendo de este establecimiento un lugar idóneo para este tipo de eventos.
Fuimos un grupo de 30 a uno de estos espacios, unas típicas barracas valencianas decoradas con buen criterio.
Tras unos aperitivos abundantes (se agradece) y de buena calidad servidos en el exterior, el menú constaba de:
- Crêpe de pescado con chipirón y langostinos, correcto.
- Chupito cremoso de limón (para desengrasar -me tomé dos-).
- Tournedo de solomillo de ternera lechal, correcto también.
Buen postre (fresas con sorbete de mandarina y limón) y tarta pasable.
En cuanto al vino, un blanco (Sanz, de Rueda) y un tinto (Marqués de Cáceres crianza), servidos en copas de batalla a correcta temperatura. Y un cava, Brut Barroco de Freixenet.
En resumen, buena elección del establecimiento, que comparto (confieso que yo también me casé allí, hace ahora dos años) y servicio atento y muy profesional.

Estuvimos en una reciente celebración, atendidos, como siempre, muy bien. Buen jamón en los entrantes, de primero, una especie de tartar de aguacate, lubina y salmón. De segundo, paella de pollo y conejo, buen punto de cocción y muy conseguido el sabor. Varios helados de postre (mandarina, mango, limón...), acompañado de Muga. No defrauda. Estuvimos visitando una reproducción muy fiel de las antiguas barracas valencianas, que van a utilizar como un nuevo salón para cenas o celebraciones. En el interior se va a disponer cerámica, esculturas... conformando un pequeño museo etnológico. Profesionalidad.

Conocido principalmente como lugar de bodas y celebraciones, también hay un agradable restaurante, con una interesante base de arroces. El sitio, con el añadido de los jardines, es muy adecuado para celebrar comidas de empresa o fiestas familiares, etc... Las veces que he ido, ofrecen una serie de entrantes (tosta de escalibada con anchoas, chipirones guisados, ensaladas, jamón, etc...), de segundo, carnes, pescados o como he comentado anteriormente, arroces, entre los que sobresale el de bogavante, aunque he probado varios y no me han defraudado. Referencias conocidas en la carta de vinos. Un enclave bonito donde disfrutar de un buen arroz.

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