Restaurante Trattoria Napoletana da Carlo en Valencia
Restaurante Trattoria Napoletana da Carlo
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
24,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Martes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
35 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
6.2
Precio medio entorno ENTORNO
4.6
RCP CALIDAD-PRECIO
4.3
Tiramisú y buñuelo
PIzza calzone
Entrantes variados
La pizza (solo los lunes)
Opiniones de Trattoria Napoletana da Carlo
OPINIONES
41

La trattoria es un place to be en Valencia. Tienen una atención exclusiva en un pequeño restaurante junto a Blasco Ibañez. 

 

Creo que no disponen de carta y te da de comer lo que le viene bien pero siempre te vas bien comido. Es un restaurante caro y si tomas vino más pero su bodega es exquisita también.

 

Recomiendo ir en Lunes que es el único dia que hacen pizza de 5 quesos ... MAMMA MIAA

Queríamos comer una pizza pero la pizza se hace solamente el lunes entonces decidimos de pedir spaghetti allé vongole recomendación del Chef! Llegaron spaghettis con 4 vongole frías... primera vez que veo un plato así. Después pedimos la cuenta y descubrimos que el plato valía 20euros!! Una vergüenza! La última vez que cenamos en este restaurante.

Llevo yendo a este restaurante desde hace 24 años y sigo pensando que es el sabor más auténtico italiano (napolitano) de Valencia y la familia D'anna-Crispino son verdaderos artistas de la cocina de la mamma con alma y cariño, he estado en Italia infinidad de veces y mi cocina preferida es la italiana, pero debo admitir que he comido mejor en Da Carlo que en la mayoría de ristorantes italianos, su pizza es insuperable. El precio no es lo importante si has deleitado tu paladar con autentica cocina de calidad en producto y amor en su preparación. Si alguien tiene dudas de lo que digo pueden ir al restaurante y ver la foto donde Ferran Adrià, Arzak y Martin Berasategui cenaron a puerta cerrada y al finalizar la cena aplaudieron! Sabéis porque? Porque esos sabores auténticos se encuentran muy difícilmente, ah! Una cosa más, lo bueno vale, pero también vale la pena pagar por lo increíblemente bueno, mi calificación en cuanto a relación calidad-precio es BARATISIMO!P.D.: Todavía sigo esperando a que me sirvan un plato que no este en condiciones o no sea sublime!!!!
Gracias Carlo y Adele por todos estos años de buena mesa y atención exquisita y amiga!!!

Con acuerdo para probar auténticas pizzas napolitanas ya que de normal, el restaurante no hace pizzas sino comida italiana; tan solo en temporada más invernal, hay pizzas los lunes.
Nos juntamos el grupo de cata (Kataklub) con algún fallo y alguna pareja para ser un total de 10.

Local sin cambios, poca gente en un lunes para cenar por lo que recibimos una atención casi personalizada. En primer lugar se nos informa que solo hay dos clases de pizza napolitana: la marinada y la margarita y pocos son los ingredientes de cada una; que lo de pizza tropical con piña es un invento como del diablo.

Nos vamos sentando en una mesa alargada con olivas y altramuces para ir haciendo boca con unas cervezas Peronni y un raro pan (en realidad base de pizza) y un buen aceite Birdy.
Seguimos con vino a recomendación de la casa: Fantini Farnese Edizione Cinque Autoctoni 2013 que repetimos botella porque nos pareció un vino muy aceptable al gusto español: muiy frutal, oscuro, alta capa, buena acidez.
La tercera ya fue distinta: Beni di Batasiolo 2011 un Barbarescco de uva nebbiolo ya menos frutal, más áspero (rudo), capa media, especias, alta acidez que nos recordaba más esos vinos italianos de gama media.

Para comer y al centro de la mesa para compartir:
. empezamos por albóndigas de bacalao (2 pp) y salsa romescu, que ni se acercan en sabor a las de la suegra. Demasiada pasta que ni estaba crujiente ni fina, poco bacalao.
. boquerones en escabeche caliente: muy buenos, pequeños, sabrosos, sin excesos de vinagre
. pizza marinera x 2: lleva tomate, ajo, orégano y aceite de oliva para luego agregarle las anchoas. Se nota muy casera desde la pasta a la forma de elaborarla.
. pizza margarita x 2: tomate (si es posible de San Marzano), mozarella ETG en tiras, mozarella de búfala, albahaca y aceite de oliva. Sencilla y contundente. Lástima que la base salió más quemada de lo deseable aunque nos comentaron que era un poco como el socarrat de la paella y que se hace con una base de azúcar que se quema. ¿?
. bugatinis a la puttanesca x 2: similares a los espaguettis en forma, con tomate y oliva negra y un punbto d eguindilla interesante
. paccheri rellenos con hongos y trufa negra y otros con bacalao y tomate x 2: similar a los raviolis pero como doble de grandes con un buen relleno y buena presencia de trufa.

No fuimos capaces de pedir postres, sí algunos cafés y por cortesía de la casa alguna grappa, limoncello y moscatel. Algo de conversación con ambiente ruidoso. Nos sentimos como en casa de la mamma.

Local lleno, ambiente familiar, como suele ocurrir en los italianos, cuyo servicio es realizado por familia mayoritariamente con sus ventajas e inconvenientes. ¿Los inconvenientes? pues que las bebidas van con retraso con las comidas: las cervezas iniciales bien, pero las siguientes tardan y vienen sin vasos; el vino pedido al inicio, llega tras varias reclamaciones y acabando los entrantes; el vino dulce solicitado para acompañar los postres llegan después que los cafés...los platos se retiran en varias tandas, a unos dejan los cubiertos a otros no... Un detalle que hay que evitar: al estar el comedor lleno, faltaban sillas y hubo que colocar dos sillones tipo terraza, que se quedaban bajitos para comer y tuvieron que ser doblados (un sillón encima de otro para así alcanzar la mesa) a modo de trona de bebé.

Carta de vinos correcta, suficiente variedad, algo caros los pocos italianos que conocía.
Carta de comidas con muchas opciones de pasta fresca, aparte de carne y pescados; varios postres en aspecto casero todos.
A la espera de los 6 comensales unas buenas aceitunas y unos altramuces hacen la espera más grata con algunas cervezas Peroni y una manzanilla servida desde la cocina y de la que no me supieran decir ni el nombre (mala costumbre esa de servirla sin ver la botella).
Aceite Casa Albert y Olei (bonita botella) y un pan aceptable.

Plato combinado de entrante con un poco de todo: ensalada, tomate encurtido, queso mozarella, queso fresco de cabra, mortadela, croqueta de arroz (muy curiosa), de patata y bacalao, de poulenta; preparado para 6 raciones y con el fin de probar un poco de todos los entrantes recomendados. Las croquetas regular, lo demás bien sobre todo los quesos.

Principales: obligatoria la buena pasta fresca.
. luna ripiena al tartufo blanco: muy buena la salsa, perfecta de punto y sabor.
. ravioli con bacalao y tomate: mejor la pasta que el relleno.
. pasta ¿fettucce / fettuccini? con setas, espárragos trigueros y huevo de corral: muy buen sabor.
. pizza margarita (los lunes hay pizza): bien de ingredientes pero la pasta poco crujiente y demasiado blanda en los bordes con un grosor un poco más de lo deseable. No recomendable.
Todas las raciones de buen tamaño.

Postres:
. tiramisú: muy bueno y buena ración.
. cannolo siciliano x 2: canutillo crujiente con queso. Bueno.
. ¿? x 2, no recuerdo el nombre, es un bizcocho borracho que quedaba algo seco.
Solicitamos algo dulce para acompañar sobre todo al bizcocho, y solo se nos ofrece una opción (aunque en carta había muchas): Guicciardini Strozzi, un vino santo de San Gimignano para los chupitos.

Para beber con la comida elegimos Finca Villacreces 2009, agua Surgiva.
Cafés, tres, un té y los chupitos, por cortesía de la casa.

¡Cuánto tiempo sin visitar este restaurante! El caso es que el otro día teníamos antojo de pizza y nos encontramos con Marinetta Mía cerrado, así que buscamos una segunda opción. El caso es que después de años sin ir a este restaurante me vino a la cabeza la pizza que Carlo hacía los lunes, así que allí nos plantamos.
Pedimos una selección de entrantes de la casa, unos antipasto compuestos por algunas frituras de patata, polenta y arroz que no me entusiasmaron, unas verduras encurtidas muy buenas, media burrata y media mozzarella fresca, a cada cual mejor y un poco de mortadela boloñesa muy rica.
De pizza escogimos la calzone, una ración para tres fue más que suficiente. Lo mejor es la masa, si te gusta una masa muy panera, si eres de masa fina no creo que te guste la pizza de Carlo.
De postre pedimos tiramisú, de los mejores que he comido, perfecto el bizcocho el grado de empapado del mismo, el mascarpone bien montado y justo de sensación dulce y cremosa. Detalle de la casa el buñuelo con mermelada de frutos rojos.

La carta de vinos es sencilla, con algunas referencias interesantes y copas mejorables. Los precios se ajustan a la calidad del servicio, pues no parece que sea un restaurante en el que se aprecie en exceso el vino.
Carlo siempre ha sido un restaurante de referencia en Valencia. Los precios altos y experiencias desiguales nos hicieron archivarlo durante largo tiempo. El reencuentro me deja un sabor agridulce, una sensación algo decadente en el local, lo que no me acaba de desagradar, y unos precios más ajustados, más adecuados a los momentos actuales.
El servicio debería mejorar los tiempos, pues tardan demasiado en tomarte nota, en traer el primer plato, el tiempo entre plato y plato...

He ido muchas veces a Da Carlo, durante los últimos doce años. La simpatía de Carlo y su bella mamma
son siempre una invitación a disfrutar de un buen rato en su casa. La calidad de sus productos siempre en la misma linea, la forma de hacerlos también pero con el paso del tiempo tengo que decir que resulta caro, y Carlo aunque se ha moderado, antes el cubierto te costaba 40€ ( hace unos 6 años), el resultado es que es caro.
Se come bien claro, pero hoy ya no es preciso gastarse eso en una buena comida, sobre todo si tenemos en cuenta que da Carlo es como una casa de comidas de cualquier ciudad de Italia

Antes Carlo se alargaba más, te invitaba siempre a una copita, ahora le cuesta, es la crisis amigos!!!
y eso duele a todos. En negativo solo tengo que decir que la pasta ya no la hacen como antes, hoy se puede comer pasta buena en alguna que otra taberna de la ciudad.

Para celebrar el aniversario mi mujer y yo fuimos a Trattoria de Carlo.

Como siempre perfecto. Un restaurante italiano con un toque de innovación, y una elaboración de productos frescos, muy difíciles de encontrar en otros restaurantes.

De entrantes tomamos, ensalada de pulpo, y chipirones con alcachofas, y los boquerones cocinados con vinagre caliente, exquisitos.

Después pasta, elaborado por ellos, recomendación del chef, espagueti con clochinas italianas (no es temporada en Valencia) para mi y tagliatelle para mi mujer. La pasta perfecta, recogiendo los sabores de los ingredientes, suelta, en su punto. Todo muy natural.

El vino por recomendación de Carlo, un ribera del Duero que promocionan. Muy bueno.

Para mi, el mejor restaurante italiano en Valencia.

Yo estoy de acuerdo con la mayoria me parece caro y no demasiado italiano aparte de la pasta mas bien parece una marisqueria que una trattoria. El dueño demasiado simpatico que mas bien parece falso , vino fatal y para 6 personas una ensalada de cobraron una pasta no vuelvo porque para comer marisco me voy a la playa. Sin duda , muy mal

Viendo las anteriores valoraciones que se hacen de este restaurante uno se echa un poco para atrás cuando las lee. Sin embargo, ayer fui a cenar a Trattoria da Carlo y la verdad es que la experiencia fue impresionante. Comimos de maravilla, todo fresco, de primera calidad y con la maestría que tiene Adela en la cocina. No sé si hay muchos cocineros en Valencia que sean capaces de hacer esta cocina que puede parecer simple, pero que encierra el gran arte de no 'joder' el producto. Unas cigalas no muy grandes pero muy frescas y una sepia impresionante. Una pasta putanesca con tomates frescos del Vesubio... Todo hecho en su justa medida. Una gozada.
Al final con cuatro grandes fuentes compartidas al centro y unos postres de primera, cerveza para empezar y vino salimos por 40 euros clavados. ¿Caro? Pues no me lo pareció. La calidad del producto, el servicio de mesa y la maestría de la cocinera hacen que ese precio sea a mi entender muy justo.

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