El restaurante Europa Decó que se encuentra dentro del restaurante Hotel Urban tiene una decoración moderna acorde con el estilo de la entrada al hotel. En la zona del restaurante, predomina demasiado los marrones y ocres, y la iluminación es bastante tenue en muchos lugares.
En cuanto al factor “ruido de mesas”, no se notaba tanto debido a que existe suficiente distancia entre ellas.
El aperitivo era sabroso, escaso (una pieza de sushi y una empandilla de atún por persona) y servido en dos momentos (algo más de 10 minutos de espera para recibir la empandilla). El servicio de bebida y de pan era bueno durante los platos principales. Los platos principales estaban muy bien en cuanto a sabor, calidad de los productos, su preparación y presentación. Para mi gusto, servidos un poco fríos. Los postres de nuestra mesa (eremos 4 personas) estaban bien en cuanto a sabor pero no eran sobresalientes. Mi postre de hojaldre tenía la base muy dura. El café no estaba suficientemente caliente. Los baños estaban fuera del restaurante en la zona del bar al otro lado del lobby del hotel. Tanto en el baño de mujeres como el de hombres, hubo gente esperando. Cada baño era solamente para una persona. El baño de hombres no tenía la limpieza que se espera de un hotel de la categoría de 5 estrellas Gran Lujo. Para mí, estos baños pueden ser considerados del bar y no del restaurante.

Situado en pleno centro de Madrid, en la planta baja del Hotel Urban, con una entrada desde el propio hotel y otra independiente desde la calle.

Está considerado uno de los mejores restaurantes de la capital, sin el ruido mediático de otros. Cocina seria, técnica, con los toques justos de creatividad. Buen producto.

Con la actual crisis han ajustado los precios de los menús (el menú degustación gastronómico vale ahora 50 euros), y ofrece distintas opciones para comer por un precio bastante razonable para la calidad que se ofrece.

Uno de los aspectos más interesantes son las jornadas gastronómicas que de vez en cuando organiza alrededor de determinados productos, como el bacalao, el atún (una de las grandes especialidades de Joaquín Felipe) o el cerdo ibérico.

Nosotros nos acercamos para probar el menú dedicado al cerdo ibérico, que se pudo degustar hasta finales de Febrero de 2010.

El local es amplio, luminoso, con grandes cristaleras, decorado muy al estilo neoyorkino, con colores cálidos. Muy agradable aunque algunas sillas sean un poco incómodas.

Servicio amable, atento y profesional. El único fallo fue que el vino no llegó hasta después del primer entrante (algo que no debería suceder en restaurantes de este nivel).

Después de una tapa (maki de sardina con guacamole), entramos directamente a la degustación de los productos ibéricos: como aperitivo, tomamos un poco de Jamón ibérico con pan tumaca (correcto), que nos habría sabido mejor si el vino hubiese llegado a su debido tiempo.
Como entrantes, dos de los mejores platos, el “Tonato de ibérico”, una especie de vitelo tonato en el que, en vez de ternera, las láminas son de de carne de cerdo con salsa de atún y anchoas, apio y alcaparras (muy rico). Y el Bocata de presa paleta en un adobo de cítricos con salsa de chiles (una combinación tan equilibrada como sabrosa).

De principales nos pusieron la Sopa cahuela, un caldo muy ligero con castañuelas y puré del hígado del cerdo (el hígado aportaba una untuosidad muy agradable al plato que, aun así, fue el que menos nos llamó la atención del menú). Siguieron las Lágrimas de cerdo ibérico (la carne que hay entre las costillas,) al humo de sarmiento, acompañadas con tomate confitado al aroma de jerez (suculento). Y para cerrar la parte salada, unas excelentes Carrilleras del cerdo con uvas al pedro ximénez y mostaza, que se podían comer sin cuchillo de lo tiernas que estaban.

Como postre, un Hojaldre hecho con manteca de ibérico, con cabello de ángel (uno de los mejores que hayamos probado, con un suave toque de limón) y helado. Estaba bueno pero tampoco llamaba mucho la atención.

Carta de vinos con buena selección pero precios bastante desorbitados.

Ambiente muy diverso: parejas jóvenes, clientes del hotel, famosos (Modesto Lomba y Jesús de Pozo aquella noche), ejecutivos. Se estaba a gusto, sin rigideces ni estiramientos.

Dos menús degustación (50 E. c/u), una botella de La Vicalanda (35 E), dos cafés y una botella de agua, 142 Euros.

LO QUE MÁS NOS GUSTÓ
-La capacidad de crear un menú monográfico sin que resulte pesado ni fatigoso.
-El local tiene una decoración muy moderna y agradable.

LO QUE MENOS NOS GUSTÓ
-El precio de los vinos no está en consonancia con el de la comida.
-Algunos fallos en el servicio del vino, que no deberían darse en un restaurante que pretende estar en la élite.

Muy buen restaurante, un trato exquisito, un chef Joaquin Felipe muy simpatico y cercano que prepara un menu muy personal con muy buen producto (atun, caviar, trufas, wagyu (kobe), un entorno moderno y lujoso.
Pero si bueno es el restaurante, lo es igual el bar, en cuya barra oficia el ya prestigioso Carlos Moreno, joven barman, que tambien muy natural y asequible nos preparo unos gintonic marca de la casa que nos hicieron repetir y repetir.

Pedimos para cenar el menu degustacion largo con maridaje. A pesar de que el local estaba lleno, los tiempos se cumplieron milimetricamente, sin esperas entre plato y plato (inconveniente de muchos menus degustacion). Hubo platos fantasticos (atún en seis presentaciones) y otros más normales (rissoto con boletus) pero todos deliciosos. Los vinos maridaron a la perfeccion con un servicio muy profesional (que lleno las copas tantas veces como fue necesario (en otros unicamente te sirven una copa por vino)). En general un local de precio alto plenamente justificado.

Ambiente joven y moderno. la atención al cliente es correcta sin llegar a ser servil. comida suficiente de cantidad y carta bastante diversa en la que poder elegir desde platos novedosos a otros más conocidos aunque no por ello menos elaborados. La carta de vinos es más que aceptable, con una elección tanto internacional como nacional bastante equilibrada. El precio es razonable teniendo en cuenta el contexto y la calidad de los productos. Recomendable para ir en verano ya que la terraza del hotel ofrece unas vistas interesantes y ambiente tipo "chill- out" muy agradable aunque no barato.

Restaurante de hotel muy bonito, elegante y moderno.
Servicio muy bueno y atento.
Nosotros fuimos 6 personas por lo que nos ha permitido probar muchos platos, de entrantes, virutas de foie con PX, Carpaccio de Vieiras, armonía de atun, tartar de atun rojo etc... todo estaba muy bueno, la presentación del plato un poco sencilla pero la calidad de la materia prima nos lo hacía olvidar, todo esto acompañado de un Finca ValleGarcía Viognier, bueno pero no perfecto. De Plato principal hemos pedido carillera de iberico, solomillo, atun rojo etc... todo acompañado de un magnifico Clio 2004 de Bodegas Nido + postres (lo mas normalito y sencillo de la carta)
Chocolate con miga y azahar, strudel...
Total 90 euros/ persona, el sitio es caro pero pienso realmente que merece la pena porque no he visto ninguna nota desagradable o ningun plato que no nos haya gustado mucho.
Espero poder repetir!

Restaurnte similar al Europa, con precios más altos. Da la impresión que el esfuerzo se ha hecho sobre todo en la decoración. Muy buen servicio. Evitar los sofas de la entrada, algo incomodos y con mesas demasiado juntas.

Restaurante del recien inagurado HOTEL URBAN.Comparte jefe de cocina con su casi colindante restaurante Europa del Hotel Villareal y por tanto la carta también es similar: a destacar el foie y solomillo con migas de setas,también la merluza con ali-oli tenía buen aspecto.Carta de vinos mucho más corta (todavía esta en rodaje,siendo la inaguracón oficial el 14/2/2005)que la que ví en el otro restaurante,eso sí alguna ganga San Vicente 2001 35 Eur. Copas Scottt,tªcorrecta.Decoración excelente,creo que sera uno de los restaurantes de moda este año en Madrid.Precio 40-50 Eur + vino.