Restaurante Dinastia Vivanco en Briones
Restaurante Dinastia Vivanco
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
18,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
45 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.1
Comida COMIDA
6.6
Precio medio entorno ENTORNO
9.5
RCP CALIDAD-PRECIO
6.3
Opiniones de Dinastia Vivanco
OPINIONES
14

Después de una mañana visitando las instalaciones de este gran complejo; su museo ( imprescindible) tocaba ir a comer...
El restaurante es amplio, luminoso y con grandes ventanales que te hace disfrutar de un buen paisaje acompañado con una buena comida. El servicio del personal es exquisito, atención y profesional. Las mesas vestidas con manteles, vajilla, cuberteria y cristalería correcta.
Menú wine cooking maridado;
Es un menú que todo está cocinado con el ingrediente estrella; El vino
De entrada empezamos con un plato de vieira asada con gelee de malvasia y cítricos, marinado con Vivanco viura malvasia tempranillo blanco.
http://vivancoculturadevino.es/es/bodega/los-vinos/es/bodega/los-vinos/viura-malvasia-tempranillo-blanco/
Continuamos con foie gras de pato marinado en taninos de 4 varietales y caviar de vino.
En este caso nos acompañó colección Vivanco 4 varietales.
https://www.verema.com/vinos/115280-coleccion-vivanco-4-varietales-2012/valoraciones/1322354-buena-coleccion
Pulpo asado sobre carpaccio de patata y sal de garnacha, y un rosado para acompañar;
https://www.verema.com/vinos/115281-vivanco-rosado-2014/valoraciones/1322353-vivanco-rosado
Seguimos.... La carne!!! En su punto, una delicia,
Lomo de corzo con mojo de maturana y manzana confitada.
https://www.verema.com/vinos/115282-coleccion-vivanco-parcelas-garnacha-2011/valoraciones/1322355-coleccion-garnacha
De postre peras al tempranillo, y ..... Vino que me sorprendió gratamente
https://www.verema.com/vinos/116693-coleccion-vivanco-4-varietales-dulce-invierno-2011/valoraciones/1322356-dulce-elegante
Cafés
Todo estuvo bien hecho y en su punto.... Una más que grata comida en ese estupendo complejo, recomendable.

Dispuesto a cenar en el restaurante de la bodega Vivanco y del Museo del Vino (muy recomendable) tuvimos la suerte que el grupo pudiera cenar, no en el local del museo, sino en la sala de Tinas del interior de la bodega.
La llegada es espectacular porque de la superficie del promontorio que hay frente al restaurante, entras en una especie de templete para coger un ascensor que te baja directo a la sala de Tinas, eso sí a 18º hay que cenar, pero es un espectáculo estar rodeado de esos enormes recipientes de vino.
Mesas redondas para 10 y para un total de unos 300. Por supuesto menú cerrado y bien regado.

Para beber: Iniciamos en el museo con cata de casi todos incluido un muy interesante rosado alejado del palote de fresa, blanco, los monovarietales tintos.
Para la cena: blanco Vivanco 2014 y tinto Reserva 2008.

Para comer:
. viera gratinada en su concha: presentación a la antigua. Normal.
. salmón marinado con salazón de anchoas y vinagreta de eneldo y almendras: muy bueno el salmón, los adornos en menor nivel
. merluza confitada con tallarines de chipirón y crema de calabaza: buen lato, buena calidad del pescado y bien elaborado
. solomillo a la plancha con gratinado de hongos: sin grandes innovaciones y bien resuelto
. torrija caramelizada con mousse de caramelo: muy buena la torrija y aceptable el resto

Acabamos con los cafés e infusiones.

El lugar (muy muy especial) mereció la pena aunque había que abrigarse.

Nunca había estado, a pesar de los comentarios que había oído. Estuvimos toda la mañana en el museo, que es espectacular, con muy buen gusto y muy bien preparado. Disfruté. Acabamos en el restaurante y comimos a base de raciones y tapas, con un blanco de Vivanco, muy correcto. Los platos nos gustaron, sobre todo el bacalao y los pimientos rellenos de pescado. En fin en general salimos satisfechos y también del servicio. Buen restaurant, en un marco extraordinario y con buen servicio.

Nueva visita al Museo y con ganas de comer en su rte. pues han cambiado de consesionario. ¡Gracias a Dios!.
No describo el lugar ya que mis predecesores, lo han hecho con detalles y bién.
Noble el nivel de la mantelería, vajilla y cristalería. El entorno para un aficionado al vino, extraordinario.
Nos habían concertado un menú, que denominaremos Clasico Riojano.
Eramos catorce personas y consistió :
- Patatas a la riojana : Abundantes, se acompañaron con unas alegrias. Sabrosas, ligada la salsa, cremosa pata y buén trozo de chorizo.
- Bacalao : en su punto de sal y napado con un ligero pilpil y salsa de tomate. Armonizaba bién y le daba color.
- Pierna de cordero asado : acompañado de una ensalada aderezada con vinagre balsámico, se agradeció su calidad y suavidad. Jugoso el cordero, en su punto de horno, churruscante por fuera, vamos parecido a un hojaldre de los buenos, y hermosísima pieza, muchos no pudimos con ella. Acabada la comida teniamos que regresar a nuestras obligaciones cuotidianas.
- De postre: Torrija con helado de vino tinto. Gran combinación. Plato de altura. De las mejores que he comido este año y ¿qué me dices del helado de vino? pues... Fabuloso.
Acompañamos la comida con 4 botellas de Carlos Serres-crianza 2008. Muy bién, con fruta , carnoso, elegante. Agua mineral Insalus 4 botellas, Cafés e infusiones.
La carta de vinos no la vimos, pero sé que solo sirven los vinos de sus bodegas, en nuestro caso tomamos Carlos Serres, es de su propiedad, por que así lo solicité.
¡Vamos!, que ahora si se puede recomendar. El servicio es diligente, profesional y con ganas de agradar. Felicidades por el cambio.

En general pasar todo un día en estas bodegas con su museo y acabando en su restaurante fue una grata experiencia.
Restaurante en forma de medio círculo, amplio y luminoso. Optamos por comer a la carta: Antes de pedir nos sirvieron en caja de botella un pequeño aperitivo de queso de cabra con chocolate blanco, golosina de aceite y otra más. De primero el foie y alcachofas con vieiras. Excelente. De segundo compartimos una excelente chuleta de vacuno de casi kilo y medio acompañada de patatas fritas y pimientos. Muy buena calidad de carne. Como postre el queso de cabra al horno y torrija de pan brioche caramelizada. Todo muy bueno. Vino a copas, donde probamos todos sus vinos. menaje, cristalería, mantelería y servicio bueno, aunque al final un poco lento debido al lleno total del restaurante. Las copas de vino de monovarietales colección (maturana, garnacha, mazuelo y graciano) a 7 euros la copa con 1/4 de copa justo. Un poco caro a mi parecer. La primera copa de blanco nos la pusieron a temperatura ambiente. Pedimos el cambio a una temperatura más correcta y no hubo problema.
En resumen buena experiencia a precio acorde aunque un poco caro el servicio de vino por copas y más en la bodega donde podrían promocionar con precios más bajos sus vinos estrella cuyo pvp en bodegas ronda de los 37 a 40 y pico euros la botella.

Cuando has ido a un restaurante varias veces y siempre has salido satifescho (o muy satisfecho), las desilusiones se agudizan y este fue el caso de mi última visita una gran decepción. El servicio sigue siendo bueno, mesas bien vestidas, copaas correctas, la carta de vino continua circunscribiendose a vinos de la propia bodega (compresible), y las vistas son espectaculares,pero la comida...han ampliado el menu, más platos aunque...ciertos toques exoticos (una especie de suhsi con bebedizo de melon...??), preferia las patatas a la rioja que me comi la última vez, arroz meloso poco meloso e insipido, carne de juzgado de guardia, solo resulto bueno el postre. Lo dicho un desilusion acrecentada por la experiencias pasadas.-

Las cocinas de los museos están cambiando y eso se nota cada día más. Cuando además el museo tiene esta evidente connotación enológica y gastronómica, la cosa pinta más que bien.
Dentro de las actividades del 8º Encuentro de Foreros de Verema, comimos en dicho museo tras una detallada visita por la bodega y las dependencias del museo.
Preciosas las vistas de este restaurante panorámico de forma circular desde el que se ven los bonitos pueblos de San Vicente de Sonsierra y Briones, amén de las omnipresentes viñas riojanas que envuelven el complejo turístico-enológico de la Fundación Dinastía Vivanco.
El menú servido fue una evidente declaración de intenciones de preservar la gastronomía riojana, con unos esparrágamos blancos muy buenos servidos con mayonesa y vinagreta de pimiento, sencillo entrante en el que la calidad del producto lo es todo. Un salteado de verduras donde volvió a brillar la confianza en las materias primas de la tierra. Llegarón después unas patatas con chorizo con sus guindillas, las típicas patatas a la riojana que, salvo un punto de sal que tuve que añadir, me parecieron muy buenas, tanto por el punto que añade el chorizo como por el estado de cocción de la patata. Para finalizar tomamos unas chuletitas a la brasa de las que suelo hablar salibando al pensar en ellas y, como broche final, una pera al vino de buena factura con helado de canela.
Un restaruante de cocina arraigada en la zona en la que se encuentra y en el marco del Museo del Vino. Alejado de las piruetas y los triples saltos mortales, me parece un buen restaurante donde comer productos y platos de la tierra, algo que valoro cada vez más cuando viajo.

La carta de vinos no la vimos pero el servicio del vino y el coperío estuvo a la altura de las circunstacias, subrayando las excelencias de la cocina.
Visita obligada la del Museo a todo aquel que visite La Rioja, independientemente de si le gusta el vino o no, y una muy buena opción comer en este restaurante.

Bonito restaurante alojado en el interior del museo Dinastía Vivanco. Decoración moderna, magníficas vistas de los viñedos. Cristalería, mantelería, vajilla,... de buena calidad. Copas Riedel.

Tuvimos suerte, nuestra mesa no se llenó y estuvimos muy cómodos. Servicio muy profesional y correcto, especialmente dado el número de comensales, unos 80.

Menú tradicional elaborado a la perfección y maridado con vinos de la propia bodega:
- Espárragos Blancos en 2 Salsas - sabrosos, gruesos y tiernos, con una vinagreta sabrosa y una mayonesa correcta.
- Salteado de Verduras - No sé por qué, pero en La Rioja siempre acabo pidiendo verdura. Aquí no fue la excepción. Deliciosas verduras.
- Patatas a la Riojana con Guindillas - con su choricito... Para chuparse los dedos. Lástima que las guindillas no tuviesen demasiado éxito. Estaban deliciosas y acompañaron a la perfección al guiso.
- Chuletillas de Cordero Asadas - puestos a ser picajosos, les faltaba el allioli :-) Me comí por lo menos la ración de tres... ¡Qué ricas! sobretodo las "churruscaditas"
- Pera al vino - No me cupo. Según comentaron el resto de comensales, deliciosa.

Vinos de la propia bodega: blanco de viura y malvasía, un crianza y el Colección Vivanco 4 varietales.

Hay que felicitar a la familia Vivanco y a todo su equipo por el trato recibido. Buen menú, cuanto más bueno por lo sencillo. Comida tradicional en una bodega de futuro.

Eramos 6 personas y compratimos 3 menús nº2 y 3 nº3. Los entrantes cecina e ibéricos: muy sabrosos. Los primeros: caparrones (excelentes) y verduras salteadas (muy buen producto). Los segundos algo más flojos (chuletillas y cordero al horno) aunque no estaban mal. El postre también muy bueno.
EL vino que entraba en el menú, un crianza de la bodega, que me gustó mucho no tenía moyor servicio más que la botella puesta en la mesa.
Comimos con vista a los viñedos en un entorno precioso. Tal vez un poco ruidoso.

Si te gusta el vino deberias, sin excusa ninguna, ver este espectacular museo,y una opción muy recomendable es empezar, (o poner el broche de oro), comiendo en este restaurante; para empezar comer con vistas a las viñas es una experiencia en si misma (sobre todo en esta época del año, con esos colores tan bonitos en las hojas). Tienes cuatro menus degustaciones cuyos precios van de 28 a 32 euros (todo incluido, vino tambíen un estupendo dinastia vivanco crianza). Servicio profesional, atento, rapido y con ganas de agradar, copas correctas, buen trato al vino,(armarios climatizados, ...etc), comida bien resuelta con productos de temporada, (quiza un pelin escasas las raciones aunque no salgas con hambre). Buen café y buen pan.

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