Abre ya otra vez hombre, te necesitamos para disfrutar

Con un simple gracias lo dire todo. Gracias Pedro por hacernos disfrutar tanto saber que asturias esta a ese nivel nos estusiasma aunque no seamos de alli. No es un sitio para recomendar es un sitio para rememorar por que su tecnica ronda la perfeccion (se nota a bras) todo suculento y los postres divertidisimos. Menu degustacion incomparable y sus petit fours excelentes bueno que solo ahi elogios. Si quereis probar algo realmente bueno os lo recomiendo. El sitio es tranquilo vamos que todo, todo perfecto. Nos hicistes felices ese dia.

El restaurante en el que mas hemos disfrutado este ultimo año. Impresionante uno a uno todos los sabores, brutales algunos, cocina muy enraizada con el territorio, recetas senzillas (sobre el papel) donde la ejecucion y el buen gusto son la principal baza de su cocina. Se nota que el chef cocina, !y como cocina!. Comimos 2 dias seguidos y se me hace muy dificil resaltal algun plato. Pero bueno, por decir alguno, El aperitivo "chupito de pote" colosal!!!, los erizos, los percebes, el rabo de cerdo, el salmonete... ah y sobre todo los postres destacando las frutas y verduras confitadas con helado de lichi, un postre con 32 ingredientes diferentes entre frutas y verduras, alucinante, un Dragon Khan hecho plato, sublime!!!.
Nos queda a 1.000 kilometros, pero seguro que el verano que viene volveremos.
El enclave es idilico, colgado sobre el rio, el servicio profesional y motivado y la carta de vinos aunque corta, muy bien escogida y a muy buenos precios.
Sencillamente genial.

Ya no es lo que era, me gustaba mucho mas el cabroncin, a este se le ha ido un poco, se come poco y cobra mucho....

Entorno encantador, al lado del Nalón, ambiente íntimo y con una carta (en continua renovación) aparentemente sencilla, pero magistralmente resuelta por Pedro Martino.
Entre dos, tomamos tres entrantes: crema de fabada con virutas de ibérico (bien), setas silvestres con yema montada (lo + flojo), torta de arroz tostada con cigalas (espectacular); de segundos: salmonetes deslomados en jugo mentolado (muy bueno) y cola de cerdo ibérico con trufa (sabrosísimo, aunque las trufas no aportan nada); de postre: souffle de avellana con helado de chocolate (el mejor postre que recuerdo y encima elaborado por el chef, que parece ser tb un espléndido repostero).
Pedro, muy simpático, salió a saludar a los comensales aceptando las sugerencias.
Carta de vino corta, pero atractiva y con precios muy ajustados: Alion02: 35€, Pintia y Numanthia: 35€; Pétalos del Bierzo: 18€. Copas Spigelau y + que correcto servicio de vino y sala. Precio 50€ + vino + iva. Salimos encantados.

Enesima visita a este templo del buen comer.
Jornadas Sobre setas con un magnifico resultado
Imprescindible
Bodega mejorable pero es resultado final es de 10

Fuimos a parar aquí aconsejados por nuestras queridas guías Campsa y Gourmetour. No nos defraudaron.
Paisaje idílico en el que se respira tranquilidad, fuera del "bullicio" de la capital. Comimos de cara al río.
Menú degustación genial. Materia prima excelente muy bien tratada sin artificios.
Servicio del vino muy bueno.
Jardín con especies propias.
Experiencia inolvidable.

En mi opinión sigue siendo uno de los mejores de Asturias (no más de media docena en ese nivel) y le aguanta el pulso a muchísimos de otras tierras. Si cabía aún, ha habido mejoras en la factura de las cartas de platos y vinos y en la presentación de los platos. Magnífico equilibrio entre innovación, imaginación y reconocimiento del producto tradicional. La sala sigue siendo de las más acogedoras, relajadas y sutiles. El personal, nuevo, muy atento aunque aún algo "agarrotado". Interesante oferta de vinos pero absolutamente realista, sin "exhibicionismo". Un filón para explotar en el campo de los arroces, que en general parecen "malditos" en Asturias. La relación calidad-precio, según está el mercado, extraordinaria.

Segunda visita en un año y esta vez me ha gustado mas.Dentro de las propuestas arriesgadas acerta de pleno se saborean los distintos productos dentro de las recetas.Muy buena calidad y merece la pena menu degustacion sorpresa 47 + iva 13 euros un ribeiro muy bueno que no me acuerdo del nombre y todo con un buen servicio.Una pega los cafes que nos sirvieron estaban frios.Cocina avanzada que esta bien buena.Volvere

Precioso restaurante junto al río Nalón,en una pequeña casa rehabilitada con diseño y color.Con apenas ocho mesas Pedro Martino en la cocina y Marian en la sala(ambos proceden de El Cabroncín)hacen un tandem estupendo para el comensal.Comida de autor,con propuestas atrevidas,productos autoctonos,buena carta de vinos y servicio correcto.La carta de vinos sin ser excesiva en cantidad,esta muy escogida en variedad de D.O.Españolas y buen precio p.e:Alion 35,Numanthia 32,Mestizaje 13,La cueva de contador 48,...Cristalería Spigelau.Menú degustación 30e+iva,menú especíal 45+iva (ambos sin vino),precio medio 35-40+iva sin vino.Un consejo reservar y si es posible una de las dos mesas con vistas al río. P.D:Creo que falta una selección de vinos dulces por copas para los postres.