Restaurante Bilbao-Berria-Bilbao. en Bilbao
Restaurante Bilbao-Berria-Bilbao.
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
44,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
46 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.5
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
6.3
Opiniones de Bilbao-Berria-Bilbao.
OPINIONES
4

Veo que hace ya un tiempo que nadie escribe sobre este restaurante que yo aún no conocía y que, según parece, sigue estando de moda. Reservamos con bastante antelación, y menos mal, pues se llenó (era sábado noche). La calle Ledesma a rebosar y la zona de barra del restaurante también, a tenor con el resto de la calle. Nunca me cansaré de destacar la animación de esta ciudad, es una gozada salir hacia las 8 o 9 de la noche por las calles de Bilbao y verlas llenas de gente, turistas, pero sobre todo locales a los que parece que les cuesta quedarse en casa. Lo de la animación nocturna a partir de las 12 debe de ser otro cantar, pero sobre esto hablaría sin verdadero conocimiento de causa. En cuanto al restaurante, para mí lo mejor es la ambientación y el servicio de sala. La decoración es acogedora, en esa onda bistró moderno abigarrado y cool que tanto se lleva, a un tiempo informal y elegante. La atención muy buena, profesional y eficiente. Y la comida… pues yo diría que correcta, rica, pero sin grandes alardes, no al menos para las tarifas que se gastan. Éramos cuatro y compartimos una de jamón cortado a cuchillo (muy bueno, la verdad) y otra de carpaccio de ganado mayor con queso provolone, dos platos sin apenas cocina. De segundos, dos cochinillos con patatas y ajos asados, francamente ricos, tiernísimos y sabrosos. Mi compañera pidió un roast beef con mostaza que estaba bueno, aunque quizá no fue una buena elección tras dos entrantes también fríos. El cuarto comensal se decantó por el lomo de ciervo y dijo que estaba bueno. Merece destacarse la variedad de recetas de carne que contiene la carta. No hubo postres. Bebimos un tinto crianza Campillo (Rioja), bien servido y a buen precio. Cayeron dos botellas.  La carta de vinos es decente para el tipo de local, con tarifas comedidas. Al final, con los cafés, nos invitaron a una copa de cava. Bonito detalle, aunque hubo otro que no me gustó: los precios de la carta van sin IVA, algo que no es solo feo sino también ilegal y a lo que ya es hora de que metan mano las autoridades. ¿Acaso cuando vas al súper o a Zara la etiqueta de lo que compras va sin IVA? Pues eso, que no vendrían mal unas cuantas multas ejemplarizantes, a ver si espabilan los restaurantes que aún mantiene esta fea práctica. Por lo demás debo decir que es un sitio al que volvería con gusto, pese a que me pareció algo caro (cerca de 50 por barba, sin postres y con solo dos entrantes para cuatro).Una última nota sentimental: el local es el mismo que ocupó en su día el Matxinbenta, un mítico restaurante del Bilbao industrial de los 70 y 80s. Un sitio superclásico en el que recuerdo haber cenado de joven y que contrasta en todo con el actual Bilbao Berria, como el viejo Bilbao contrasta en tantas cosas con el Bilbao de hoy (¿tendrá algo de metafórico el nombre del local, Nuevo Bilbao en euskera?).

Mejor incluso de lo que esperaba. Para empezar el sitio me gusta, bien iluminado, animado , acogedor. Servicio, ambale y servicial no¡¡, mucho más que eso¡¡¡, pendientes del cliente, y estaban llenos , más difícil. Interés en el vino, si lo muestras, aunque el servicio del mismo no sea muy cuidadoso, te enseñan y te dicen lo que haga falta para satisfacerte. Copas decentes y excelente exposición visual de los vinos. La comida a un alto nivel también. No falló ningún segundo, raciones amplias y generosas. Buen producto, cocina gustosa e intensa, rica. Buen mero, excelente perdiz con cacao, gustoso cordero. Unas croquetas de chipirón exquisitas. Los postres bajan un poco, pero dignos. Para mi recomendable, divertido, buena comida y lo que siempre deseamos y no siempre encontramos: interés en que el cliente disfrute

Me alegro de venir “detrás” y no delante de mis compis de aventuras gastronómicas. Está bien que uno tenga un poquito el trabajo hecho.
Me ha gustado el local y desde luego que me ha costado unos cuantos intentos hasta que por fin he conseguido mesa. Es lo que tienen las modas. Primero echo un vistazo a su carta de vinos yme decanto por un vino que no había probado nunca. Concretamente un Auzells 2013. Un blanco parcialmente envejecido en barrica durante tres meses. Variedades: Macabeu, Sauvigon blanc, Chardonnay, Riesling y Albariño.
La bodega,Tomàs Cusiné se encuentra en el pueblo de El Vilosell, en el extremo sur de la denominación de origen Costers del Segre, dentro de la subzona de Les Garrigues, en la provincia de Lleida.
Lo ofertan como afrutado pero a mi no me lo ha parecido en exceso, pesa más la madera y en mi caso eso es un punto a su favor. Me ha gustado pero no me ha enamorado. Además su temperatura era demasiado baja para mi gusto y creo que no he podido disfrutar de él en su justa medida. Si lo vuelvo a encontrar espero que sea algo más “maduro”, seguro que me gusta más. Buenas copas y servicio que se limita a dar a probar y acercarte el recipiente para mantenerle fresco del que no hemos hecho uso.
Ya he dicho que el local es bonito, reparto entre sofás y sillas, paredes de piedra, colores variados, muchas botellas por aquí y por allí. Las mesas con un pequeño mantel que recuerda más a algunas prendas femeninas. Las mesas de dos son un poco pequeñas, cuando tienes todo en ellas, resulta un tanto incómodo andar moviendo de sitio el pan o el vino. Y aunque no llegan a estar pegadas, la separación entre ellas no es la que me gustaría. Si mantienes el tono de voz está bien pero como hables un poco alto…..
Nos encontramos con una bolsa de papel donde tenemos unas cuantas variedades de pan. Eso me gusta. Pan blanco, pan con cereales, pan crujiente…. Ricos todos.
La carta es amplia pero hoy hemos venido a probar unas cuantas cosas y la compañía me lo permite, Marijo es una todoterreno y no le hace ascos a nada.
Comenzamos con el tarro de polvo de foie con manzana asada, Pedro Ximenez y kikos. Bonita presentación en un tarro de cristal. Por cierto, los cubiertos son muy originales y te los cambian cada ciertos platos para que tengas los necesarios.
En este caso recomiendan meter la cucharilla hasta el fondo para poder disfrutar de los sabores en su conjunto. El peso lo lleva el maíz. El foie destaca pero por su ausencia. No lo encuentras. Hay toque dulce de algo como mermelada, hay un frescor de helado y repito, hay mucho sabor a los kikos. Rico pero creo que necesita más presencia del foie.
Continuamos con el tataki de atún, salsa de soja y sésamo. Cinco lonchas cortadas de atún en su punto. Me gusta así, tal cual. La salsa de soja es un tanto diferente, algo más trabajada y realmente está apetecible. Acompaña al plato el ya más que maneado wasabi que afortunadamente he aprendido a utilizar debidamente. Una pequeñísima cantidad a la soja, un par de vueltas y le da un toque picante. No termina de gustarme a mi este tipo de picante, es exagerado. De nuevo bien pero sin emocionar.
Carpaccio de lengua, trufa y nuez. Era tentador el nombre del plato. Hace tiempo que no comía lengua, tampoco es que la necesite, me sirvo yo solito y nada mal, por cierto. La carne no dice demasiado. Sabor no tiene, la salsa le da el toque necesario para disfrutarlo un poco más. Trozos de trufa hay aunque no tiene para nada ese aroma tan característico de este manjar. Un plato que no repetiría.
Aparece ahora uno de los platos que más nos han gustado esta noche. El tartar de solomillo con helado de mostaza y wasabi. Eso sí, el helado tiene la marca wasabi, sin duda. Picante, fuerte. El tartar está para comerlo sin necesidad de mezclas. Adorna el plato todo ello pero preferiría comerlo sin más. Está rico.
Las croquetas de calamar, de tamaño XL rematan la primera parte de nuestra cena. Están bien crujientes por fuera y saben a calamar, pero en su interior no hay “tropiezos”. Hubiese preferido encontrarme alguna “pata” o algún trozo de pescado. Están muy ricas, todo hay que decirlo, un pelín frías pero sabrosas.
De postre yo me pido una pequeña tabla de dos quesos con unos picos de pan y mermelada de ciruela. No he preguntado pero creo que ambos eran Idiazabal. Uno más curado que el otro y curiosamente me ha convencido más el menos viejo.
Mi compi se pide una torrija con helado de vainilla. El color de la misma ya nos dice que el huevo utilizado es de calidad. Está golosa pero necesita un poco más de jugosidad. Creo que estamos acostumbrados a degustarla de modos distintos y además de calidades que hacen que nos hagamos un tanto exigentes. Con el helado me ha pasado lo mismo. Ultimamente estoy comiéndolos de semejante calidad que me cuesta no hacer comparaciones y sabemos que generalmente las comparaciones……
Un cafecito correcto e invitación a unas copas de cava. En fin, sin grandes emociones gastronómicas pero en su conjunto creo que la visita merece la pena. Recalco aquí que el servicio es atento y muy agradable. Así que, sin que sirva de precedente, coincido plenamente con Oscar en las notas adjudicadas.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/2015/02/bilbao-berria-la-cuarta-la-vencida.html

De los dueños de la antigua cafetería Metro Moyua, llega para quedarse el restaurante Bilbo berria, hay otro en Barcelona y otro en Londres, pero al que le va el nombre, pese a ser el ultimo en abrirse, es a este recién inaugurado local.

Local nuevo y muy bien decorado, colores calidos y materiales nobles, muy elegante.

En la carta, combinan platos tradicionales con algunos de cocinas muy de moda como la asiática o la peruana , carta suficiente para no volverte loco y con cosillas divertidas.

Empezamos por compartir el Tarro de polvo de foie con manzana asada, Pedro Ximenez y kikos 6 €, bonita presentación y ricos sabores, vamos como para pedirse uno cada uno.

Luego compartimos Navaja a baja temperatura, ajoblanco de piñones y cítricos. Unidad 2 €, cada unidad dos navajas, de tamaño pequeño, pero que con el acompañamiento estaban bien.

Por ultimo compartimos Tataki de atún, salsa de soja y sésamo 8,50 €, bien.

Yo me pedí un Ceviche de gambas y aguacate 14 €, bonita vajilla de servicio, mirar la foto, rico, citrico y cilantrico.

Ana pidió la lubina 20€, quizás lo mas flojillo, para su gusto muy hecha, patatas cocidas, zanahoria y un tomate cherry.

Para acabar Mousse de chocolate, pacanas y escamas de sal 6 €, para ana y tabla de dos quesos para mi, no me acuerdo, pero buenos quesos, 9€, un poco escaso para un tragón como yo.

Para beber un godello, ruchell 16€, correcto, tienes varias referencias, sobre todos riojanas.

Esta siempre a tope, servicio profesional y eficiente, os dejo un enlace de la carta.

http://bilbaoberria.es/bilbao/menu/

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