Pura tradición

Popular bar en pleno barrio de Carabanchel dedicado casi exclusivamente a la casquería y más concretamente a las gallinejas y entresijos. Para algunos es uno de los pocos templos dedicados a este "manjar" tradicional madrileño regentado por una familia que lleva tratando estos productos desde 1909, solo apto para los valientes con un buen estómago y amantes de las tradiciones. Una lástima que se pierdan algunas costumbres, pero me he hecho la promesa de poner mi granito de arena y tratar de que no se pierda.

En resumen, típica y modesta freiduría de gallinejas que afortunadamente dispone de una amplia terraza para mantenerse al margen de los olores que se desprenden al freír las vísceras extraídas de lo más profundo del cordero y fritas en su propio sebo.

Eramos siete decididos a compartir:

- 5 gallinejas (2.20€ unidad): Asadura básicamente elaborada con el intestino delgado del cordero y con forma de espiral después de freírlas.

- 8 entresijos (1.20€ unidad): Otra asadura que consiste en una especie de madeja llena de mollejitas (los castizos botones) que rodea y protege el intestino delgado y que una vez limpia se separa y se parte en trozos (leído de la wiki dado que nunca he tenido muy claro lo que son los entresijos y su estrecha relación con las gallinejas).

Las gallinejas y entresijos fueron presentados en una bandeja con patatas fritas también freídas (mira que suena mal) con la misma grasa del cordero (como manda la tradición). Si que puedo decir que son las mejores que he comido en mi vida; buena y limpia materia prima procedente del cordero lechal, quedando patente una magistral mano con la sartén, dándoles un buen punto a la fritura, crujientes y sin excesiva grasa.

- Un zarajo (3.50€ unidad): Aunque típico producto de Cuenca, aquí los preparan magistralmente. De los mejores que pueda recordar.

- Chicharrones: Nunca había oído hablar de esta especialidad madrileña. Nos comentaron que es el resultado de freír el propio sebo de los entresijos. Demasiado contundente y ya no pudimos más.

- Mollejas: Quizás fue lo que menos nos gustó por su textura algo harinosa y pelín grasientas para nuestro gusto.

- Patatas bravas: Ración con los trozos de patata demasiado blandos, aunque la salsa si que estaba buena.

- Oreja a la plancha: Otra ración generosa con la oreja a la plancha con ajito y perejil. En Madrid no suele fallar este clásico.

- Calamares a la romana: Buena ración de anillas, ni duras ni blandas, con el punto justo de enharinado y bien fritas.

- Ración de lomo: Para alguien que no se atrevió con las frituras de vísceras. Filetes de lomo adobado a la plancha sin más historia.

- Croquetas: Media docena de croquetas con diversos rellenos que no pasarán a la historia.

- Dos ensaladas: Sendos cuencos de ensalada de lechuga, tomate y cebolla correctamente aliñadas.

No tomamos postres ni cafés.

Del tema vino no voy a puntuar, pues aquí se viene a empujar las raciones con jarras de cerveza, bien tiradas y muy fresquitas.

Precio total: 123.60€ (inc. IVA, pan a 0.50€ por persona y un total de bebidas que ascendió a 35€)

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local una gallineja, un entresijo, mollejas y ensalada con IVA y sin bebidas

  1. #1

    Otilio Haro

    Hola, Luis, sé que hablamos de vísceras y tal, pero yo le hubiera cascao una mejor puntuación a la calidad-precio. He hecho el cálculo (tu sistema me lleva siempre a hacerlo, mamong) y salisteis a 17 y pico /pax.

    Un saludo

  2. #2

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    Si que vas a tener razón. He sido un poco rácano y tengo que reconocer que es un sitio bastante económico para todas las raciones que comimos y todas las cervezas que cayeron.

    saludos

  3. #3

    JoseRuiz

    Tal vez no apto para todos los públicos, pero muuuuy interesante.

  4. #4

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    Efectivamente. Si no llega a ser por lo que representan, ni las probaba. Para la inmensa mayoría de los madrileños, resulta un anacronismo ese tipo de comida. Hay que ver la imaginación que le echa el humano para sobrevivir en épocas de escasez; en este caso, los madrileños durante la posguerra. Pero bueno, hacía casi 20 años que no comía gallinejas y surgió la oportunidad de que mi chaval descubriera algo puramente madrileño. No será la última.

    Saludos

  5. #5

    Kintiman

    Mira que soy amante de la casquería y esas preparaciones por desgracia todavía no han caído en mis fauces, jeje.

  6. #6

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    Esto es casquería a lo bestia. Creo que fuera de Madrid es imposible de encontrar. Para la próxima que visites el foro, ya sabes, campeón.

    Saludos

  7. #7

    Anubis7

    Vaya festin ¡¡¡ yo soy del foro (Madrid, me refiero) y no puedo con ellas. Vivo cerca de la freiduría de la calle Embajadores y antes que la reformaran, me cruzaba de acera cuando pasaba por allí. Una vez entré con un amigo que quería comprar para llevar a casa, y haciendo una apnea consegui llegar al mostrador acristalado donde descansan en crudo las vísceras... vamos, que parecía una película de Hanibal Lecter. Pero de verdad que te envidio porque me gustaría poder probarlas al menos.... aunque fuera un pequeño bocadito.. Saludos

  8. #8

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    Bueno, yo tampoco puedo con el olor tan desagradable de la fritanga. Por eso, ayer pudimos "disfrutarlas" en una agradable terraza al aire libre. Además, las de ayer no tenían el sabor tan pronunciado que recuerdo de otras veces.

    Saludos

  9. #9

    G-M.

    Joooooder, tengo que ir sí o sí
    Has estado en el de Canillejas?

  10. #10

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    No, zeñor. Y la carta esconde otras especialidades como lo botones y los chorrillos que ya intentaremos descubrir en otra ocasión.

  11. #11

    Otilio Haro

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    Juraría que me dijeron que los botones salen del entrecejo del cordero, pero después de leerte lo de los entresijos, igual estoy diciendo una chorrada como un piano o lo entendí mal simplemente.

  12. #12

    Joseangel

    Muy interesante eso de dar a conocer este tipo de establecimentos que elaboran una cocina en franca regresión. Esto me hace recordar que en Vitoria, que es donde vivo, hay (o había, pues hace más de 10 años que no paso por allí) un bar de toda la vida que preparaba cuellos y mollejas de pollo guisadas. Eran el pincho estrella de este bar, que al mediodía siempre estaba lleno de gente ansiosa de degustar alguna de estas preparaciones. Me daré una vuelta a ver si sigue estando y el negocio no se ha convertido en un kebak. UN saludo.

  13. #13

    G-M.

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    Mira: https://www.verema.com/restaurantes/97098-chaval-madrid#ficha

    Oye, por otro lado, los zarajos son similares a las madejas aragonesas... ¿las has probado? Son más pequeñas que los zarajos, y se rellenan de una picada de ajo, pan y perejil

  14. #14

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    Si, leí tu comentario buscando "gallinejas" en el buscador de verema. Tan curiosón como yo.

    Juraría que las comí en el Tubo en un sitio muy sencillo y que no recuerdo como se llama, casi haciendo esquina. Yo creo que básicamente son los mismo solo que no llevan ese aderezo. Yo creo que los zarajos no llevan ningún "aditivo".

  15. #15

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    Pues claro que si. Creo que ya lo he dicho; las gallinejas y similares no me vuelven loco, pero de vez en cuando merece la pena aunque sea por mantener ciertas tradiciones.

    saludos

  16. #16

    G-M.

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    Y son más gruesos, un poco más bastos. Pro hipersabrosos (no quiero crear yo ningún conflicto inter-regional)

    Hay algunas madejas finas, pequeñitas....

    En El Tubo fijo que te las dieron.

  17. #17

    Anubis7

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    A ver si alguien nos lo aclara. Tengo esa duda existencial desde hace años y nadie me lo dice con certeza. Aparte de los botones a ver si también alguien sabe que parte del cuerpo son los "pitos". Y no es broma... Uno de los platos castizos de estos productos se llama "pitos y botones". Los pitos son como macarrones huecos por dentro de color grisáceo. Saludos

  18. #18

    Fer B.

    Esta apuesta es muy fuerte para mí. A esta mano no voy ;-P

    Un saludo!

  19. #19

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    en respuesta a Fer B.
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    Todo es empezar y desde luego en pequeñas dosis.

    Saludos

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