Restaurante Kokken en Bilbao
Restaurante Kokken
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
22,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
30 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.8
Comida COMIDA
8.2
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Opiniones de Kokken
OPINIONES
5

Nueva visita a este restaurante que está triunfando en Bilbao. Es difícil conseguir una mesa si no llamas con unos cuantos días de antelación. Me alegro por ellos.
La propuesta no ha cambiado en cuanto al tipo de menú, lo que cambia y casi constantemente son algunos platos. Y curiosamente lo que para casi todos es un motivo de alegría para mi no. Han aumentado el tamaño de las raciones con lo que reconozco que hoy me ha costado llegar al final.
Me alegro también de que su carta de vinos vaya creciendo poco a poco y de que tengan algún blanco más en su lista. Me he decidido hoy por el . Un viura riojano con crianza y que al parecer se recomienda este año como el último para beberlo. Yo no sé si le sobra o le falta tiempo. Me ha gustado pero…. Y conste, está muy rico. Quizás esperaba yo “más madera”?
Botella de agua a lo “francés”, me gusta la idea y me parece un detalle. Una bandeja con unos trozos de pan que curiosamente hoy no me han resultado necesarios.
Fernando nos va sacando poco a poco los platos. Comenzamos con el ceviche, un plato que ya he probado. A mi “me mata” el sabor al cilantro, pero el resto me gusta y termino con él. Nos comenta que tiene éxito y mira que es un plato “difícil”. Pues nada, fresco comenzar.
Pasamos a las croquetas de langostinos. Tres buenas piezas con un crujiente estupendo que lleva unos kikos y con sabor a lo prometido. Están muy ricas, están bien preparadas. Como dice uno que conozco…. “donde hay buenas croquetas se come bien” y yo soy de la misma opinión.
Le toca ahora el turno a un atún con una salsa de guisantes finísima. El pescado está en su punto. Bonito color aunque en mi malísima foto no pueda apreciarse. La salsa es puro guisante, nada artificial. Arantza que es muy “sana”, disfruta más casi con ella que con el atún.
Nuevo “problema” para mi compañera que al ver las mollejas se me asusta. Le digo que lo pruebe, que están tan bien trabajadas que poco tienen que ver con lo que ella tienen en mente, pero el ser humano no puede evitarlo y es superior a ella. Así que me toca comerme las dos raciones aunque ella va dando buena cuenta del rebozado que está cojonudo.
Plato novedoso el de ahora. Un par de mejillones con dos trozos de tocino ibérico. La mezcla puede resultar un tanto curiosa pero qué demonios. Los mejillones ricos, el tocino….. para coger el pan y ponerse a untar. Hoy la cosa va “subiendo” de tono y se empieza a notar que esto no va a ser una cena “light” precisamente.
Solomillo con salsa de…… melocotón? Hoy estoy un poco despistado. Además el hecho de los cambios en carta me hacen que no encuentre los nombres de los platos. A fin de cuentas lo que importa es el resultado. Buena calidad de la carne. Y buena conjunción de sabores.
Hemos pasado ya el ecuador pero seguimos con la sepia. El punto es perfecto, sin más. Ni blando ni duro. Imagino que su trabajo les costará conseguirlo pero buen resultado. La soja aparece nuevamente dando un toque acertado al plato. Nuevamente calidad y nuevamente ración consistente.
Como final de la parte salada nos vamos a otro de sus platos estrella.Costilla a baja temperatura. Además al verlo compruebo que nuevamente la cantidad es mucho mayor que en las primeras visitas. Está que se sale. Esto es pura mantequilla. Suave no, lo siguiente. Se despega del hueso casi sin tocarla. El acompañamiento es un lujo. Es para mi uno de sus mejores platos sin lugar a dudas. Genial.
Como nos toca postre, le pregunto si es algo liviano y me dice que si, que no me preocupe. Pues unas fresas con una especie de natillas finísimas. Las fresas en su mejor momento, con muchísimo sabor y la fina crema las acompaña cual pareja de baile perfecta. Fresco, ideal final para una cena que me ha dejado casi “KO”.
Para acompañar a las fresas y sin pedirlo, nos aparece con dos copitas de un PX. Arantza no lo había probado y en cuanto se lo mete en boca me dice: Esto es zumo de pasas????? Pues amiga mía, efectivamente es lo que es. Pura pasa. Una perdición.
Así que con una infusión, yo hoy no puedo ni con el café, salimos a la terraza, al vicio. Una charla de despedida con Fernando. Parece mentira pero han pasado tres horas. Lo que daría yo por poder hacer un experimento. Una “cata a ciegas”, dar la oportunidad de probar alguno de estos platos en otra mesa, sin que el comensal sepa si lo ha hecho “dios” o lo ha hecho “San Pedro”, quizás, digo quizás, nos llevaríamos más de una sorpresa.
Aunque no merezcan demasiado la pena las fotos en: http://gastiondo.blogspot.com.es/2015/05/restaurante-kokken-bilbao-el-fruto-del.html

Tenía pendiente la visita. Lo intentamos hace poco pero estaban completos y esta vez he andado más vivo para reservar. Pues bien hecho porque la verdad es que llenan e incluso “rellenan”.
Nos comenta Fernando que están contentos, al parecer entre semana reciben muchas visitas de turistas y están teniendo mucho éxito. Me alegro por ellos.
Hoy hemos sido tres personas. Tres “estilos” diferentes por uno u otro motivo. Yo soy el más tripero y puedo con todo. Las “mozas” no tanto y siempre es más complicado dejar satisfecho a quien tiene “problemas” a la hora de comer algunos platos en concreto.
Desde luego que Fernando ha hecho lo posible e incluso lo imposible para intentar que todos saliésemos contentos y creo que lo ha conseguido.
Quería yo que mis acompañantes probasen algunas cosas sí o sí pero también quería probar alguna cosa distinta. Así que comenzamos con Salmorejo con medallón de rape. Muy fresco, sabor intenso, el trozo de rape le da un toque distinto. Es un buen comienzo, un comienzo liviano que despierta, aunque no sea demasiado necesario, las ganas de comer.
Al ser el menú como es, el pan se ofrece en pequeñitas raciones que por cierto no tiene coste añadido alguno.
Pasamos ahora al que ha sido quizás el plato más “complicado” de la noche pero no precisamente por su elaboración, que era la que debía de ser. Más bien por los gustos de los comensales, no muy amigas ellas de “lo crudo” y no muy amigo él de la menta. No puedo con ella. El ceviche de txitxarro estaba co-jonudo y muy bien elaborado pero los gustos son los gustos.
Pasamos a la Vieira y alcachofa. Como la vez anterior, me ha encantado y mayor alegría al ser del agrado de todos. Al ver Fernando que la más “dura” de la mesa disfrutaba con ella, ha tenido el detalle de sacarle otra ración.
Llega ahora uno de los platos que para mi es estrella de este local y al que yo no haría desaparecer de la carta por muchos cambios que haga. La Costilla de cerdo lacada con soja y miel. Se deshace en boca. Intenso sabor ayudado por la salsa. No penseis que la miel destaca demasiado y que os va a resultar un plato dulce, no. Está ahí pero sin molestar en absoluto. Me parece un plato exquisito. Se agradece que alguna no quiera o no deba comerlo, que así tocamos a más.
Continuamos con otra estrella, con otro de los platos que si vais tenéis que pedir sin dudarlo. La Papada de cerdo con salsa de ostras. El único “problema” de este plato es que te comerías media docena. Pero creo que quedarse con esa sensación de quiero más, está bien para volver. Genial.
Otro plato llega ahora que no había probado, la Sepia salteada con algas y teriyaki.
Otro que ha sido de éxito para todos. Elaboración que hace que la sepia tenga un punto que no esperas. Muy suave, nada de texturas duras. Se come estupendamente. Se notan las horas de elaboración.
Pasamos a los Buñuelos de bacalao. Aldentes. Yo ya los había probado y de nuevo han vuelto a triunfar. Muy ricos.
Terminamos el apartado salado con Solomillo de ternera con reducción de melocotón. Esa salsita tiene un toque picante que a mi me encanta. La carne es pura mantequilla. Pero tiene sabor. Buen final para un recorrido que puedes hacer más o menos largo según tu apetito o incluso según lo que quieras gastar.
El apartado dulce es quizás al que menos importancia se le preste y la oferta es muy reducida. Nos comemos un postre de Hojaldre, bizcocho y helado. Que cumple con su labor pero que no destacaría como sí lo hago con los salados.
Hoy hemos bebido otro vino blanco de los que te dejan bien contento. Un Allende 2009 rioja. Crianza de 14 meses en barrica de roble francés.Variedades Viura y Malvasía.
Color dorado. Nariz muy marcada. Potente. A mi me ha recordado a algún Tondonia. ¿Puede ser?. Al parecer las variedades de uva son las mismas. Creo que está este vino ahora mismo en un momento óptimo para su consumo. A este no se le quedan pequeñas las carnes. Otro vino de los que me hacen casi hasta descuidar la atención al plato.
Una copita de un vinito dulce acompaña a los postres y unos ricos cafés en la terraza exterior. Hace una temperatura muy agradable. Nos vamos, somos ya los últimos y esta gente tiene que descansar.
De nuevo un placer la visita. Un placer el que a personas que intentas agradar salgan satisfechas. Y un placer la compañía.
Para verlo con fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/


Después del comentario de Jon y ese mismo fin de semana que acontecía nos acercamos a reconocer el local, informándonos de si abría los domingos, al mediodía si.

Decir que este estilo de local con menú solo de pequeñas tapas, hacia falta en Bilbao , tenemos muchos y buenos locales de pintxos , pero como este , al estilo de los que hay en otras ciudades , no tengo yo conocimiento hasta ahora .

La cocina esta abierta todo el día, por lo que puedes picotear sin restricciones de horarios, nosotros nos acercamos a la hora del txakoli , no tiene mas que uno , pero rico , no es de los conocidos , no recuerdo el nombre , también probé un verdejo , en vinos lo justo , pero al menos en blancos decentes .

Local moderno y muy escandinavo en cuanto a decoración, no quiero decir que parezca un ikea, colores madera suaves y sin florituras.

Por allí estaba el chef, que nos atendió muy amablemente junto con una joven, que creo, llevaba menos tiempo.

Mucha gente, suele ir a desayunar ya que tiene una oferta de desayuno bastante completa, te hace una pequeña tortilla al gusto y al momento, todo un éxito.

Pues eso fuimos de avanzadilla a probar varios pequeños platos, en la corta carta, tiene dieciséis salados y uno dulce, suele cambiar cada poco tiempo al menos cinco o seis de los salados y como ya se ha comentado por aquí tiene varios menús, el de cinco platos 13,95€, el de siete 18,95 y el mas largo de nueve pequeños platos, 23,95€.

La verdad es que dado el tamaño, yo optaría por el mas largo , es mas haría uno un pelin mas largo para tragones que vayan a comer , entiendo que los flojos de las cenas y no miro a nadie , se conformen con lo que ahí.

Nosotros, aunque prácticamente me los comí yo, pedimos unas croquetas, esta vez de espinacas y roquefort, poco sabor a queso, por eso se las comió Uxue que no le gusta el queso, así que por ese lado bien, para mi falta de sabor, aunque entiendo que con este queso es mejor quedarse corto que pasarse, tres croquetas a 2,80€.

Carpaccio de salmón, para mi lo mejor junto al ceviche de lubina , ambas elaboraciones parten de pescado fresco y aderezado el salmón con soja y al estilo japo y el ceviche, pues al estilo ceviche, cítrico y especiado, cebolla roja y cilantro, ambos platillos muy frescos, el de salmón a casi 4€ y el ceviche 3,20€.

Bacalao y ali-oli gratinado, rico buen punto de sal y sabroso con el gratinado, 3,10€ y para acabar brandada de bacalao con aroma de trufa, al mismo precio, el que menos me gusto, aunque rico también.

Resumiendo local distinto, divertido y sin ataduras, puedes picotear, comer o cenar sin horarios, ni restricciones y ya os digo magníficos desayunos.

Carta corta pero que van variando, además una cocina mas complicada no haría posible esa libertad de horarios, que hoy en día es muy practico.

Se me olvidaba tiene una vajilla , creada para la ocasión y esos pases de cocina en miniatura muy chula.

Nuevo local en Bilbao, situado en la plaza del gas, muy cerca del ayuntamiento. Es un local muy informal, pensado para poder degustar platitos, algunos con nivel de cocina de restaurante. Probamos Kokken animados por la critica de Gastiola y su excelente blog Gastionomia.
Pese a ser un local muy joven, diría yo que casi desconocido, el sábado noche estaba a tope. Ofrecen tres menús, a precios muy competitivos; Optamos por el mas corto(4 mas postre), que se ofrece a 13,95. EL menú se puede alargar dos o cuatro platos mas, lo que se puede hacer a lo largo del servicio.
Empezamos con salmón marinado con mostaza y soja ,muy rico, se nota los añitos que se ha pegado el jefe de cocina en Copenhague.
Seguimos con croquetas de espinacas y almendra, para mi sin mas, no me dijeron nada , pese que estaban bien elaboradas.
Seguimos con sepia con ali oli, un platito que elaboraban a baja temperatura, para que la sepia quede blandita; nos recordó al mediterráneo, aunque quizás a la ración le sobraba algún trozo de sepia, se hacia un poco pesado terminarlo; eso si, estaba muy bueno.
Terminamos el menú corto con presa ibérica con melocotón picante; el melocotón estaba reducido con cebolla y chile chipotle, dándole un sabor parecido a un tomate casero muy picante!!
Llegados a este punto, nos preguntaron si queríamos ampliar el menú, cosa que hicimos mi mujer y yo, pero no mi hijo. Se puede ampliar el numero de comensales que quieran, cosa muy de agradecer pues todos no tenemos el mismo saque.
Seguimos con papada a baja temperatura, espectacular! 3 horas de salmuera, 24 horas de horno, una delicia.
La carrillera ibérica con puré de boniato, vaya. A la carrillera le faltaba cocción , para que estuviera mas melosa. De todas formas, las tengo un poco de manía; no le llegan a las de vaca ni al zancarrón. El puré muy bueno.
De postre fresas con vinagre, cocinadas apenas envasadas al vacío; acompañadas de brownie
La mesa que nos pusieron no era la mejor, pero no quedaba mas. El servicio de mesa era escuetito, el servicio muy amable y con los pequeños fallos de un local que esta arrancando. Tomamos dos botellas de Inedit y dos de agua pequeñas para mi hijo; el café, muy bueno. La inedit estaba a 5,5; EL café 1,20 solamente.
Local mas que recomendable ,ideas nuevas, precios para poder repetir unas cuantas veces para probar mas platos, muy de agradecer en estos tiempos. Usa productos mas humildes, lo que a mi me encaja en locales de estos precios, no en sitios de 80 euros cubierto, empeñados en meter casquería etc para que las cuentas les salgan mejor.

Indagando en la red, en ese afán de conseguir encontrar cosas nuevas, cosa cada vez más difícil, allí que me aparece una propuesta que me llama la atención.
En Bilbao, en la Plaza del Gas, donde tantas veces hemos estado escuchando conciertos en Aste Nagusia, han abierto una propuesta diferente.
Kokken, que significa cocina en noruego, es un pequeño restaurante, con sitio para unos 30 comensales. Su diseño es simple pero muy original. Mesas de madera clara, sin mantel. Servilletas de papel y desde luego que la vajilla llama la atención. Cada plato es diferente pero original a más no poder.
La carta de vinos es muy corta pero se pueden encontrar cosas interesantes. Nos hemos decantado por un Palacios Remondo Plácet Valtomelloso 2009. Un viura de color dorado brillante. Ya en nariz se nota que tenemos delante un vino “serio”, un vino que va a hacernos disfrutar aún mucho más de la cena. Ha aguantado como un campeón hasta el final, un vino con una acidez marcada, un postgusto muy agradable, invita a degustarlo lentamente en boca. Me alegro de la elección.
La propuesta del restaurante se basa principalmente en tres menús: corto, medio o largo o lo que es lo mismo 5, 7 o 9 tapas. Pero lo mejor de todo y que me ha parecido genial es que puedes empezar pidiendo el corto e ir alargándolo hasta que tú decidas parar. Fernando González, que está en todo momento atento a todo lo que por allí se menea, nos sugiere este sistema aunque yo iba con intención de pedir el largo directamente. Otro detalle más que demuestra que aquí no nos quieren engañar, quieren que disfrutemos.
Pues comienza el espectáculo con carpaccio de salmón. No esperaba yo irme de un restaurante nórdico sin comer este pescado. Comenzamos el desfile de platos de pequeño tamaño pero de buena ración. Buen producto con sabor a lo que tiene que saber. Buen comienzo, sin duda.
Pasamos a unos buñuelos de bacalao. Otro producto que necesariamente tiene que estar presente en este local. Riquísimos. Templados, el toque dulce que le da el uso de la miel en su elaboración los hace más apetitosos aún. Además no hace falta preguntar de que son, el trozo de pescado en su interior, nos deja bien claro su composición. Me hubiese comido yo un buen plato de estos buñuelos pero lo mejor de la cocina, creo yo, que es quedarte con ganas de más. Pues objetivo conseguido.
Llega ahora la vieira con puré de alcachofa. Nueva sorpresa sápida. Puro producto bien trabajado. Como todos los platos degustados, el punto de sal es perfecto. Ni podemos considerarlo salado ni podemos hablar de soso. Punto exacto. Esto va estupendamente y con cada plato nos han preguntado por nuestro nivel de satisfacción. Vamos a más, vamos de “puturrú”.
Le llega el turno ahora al que sería el último plato salado del menú corto. Costilla a baja temperatura con un toque picante que después nos confiesa Fernando que es de guindilla. Pues esto está para chuparse los dedos y nunca mejor dicho pues es la mejor manera de degustarlo. De rechupete.
Por supuesto que vamos a seguir, vamos a por el menú mediano, con lo que son dos platos más. El primero de ellos es la papada de cerdo con salsa de ostras. Pues….. “ostras” que cosa más rica. Un bocado extraordinario. Sabor a papada, inconfundible. Cojonudo, de diez, sin duda.
Repetimos producto, ahora en forma de lomo alto de bacalo con alioli gratinado. Ya nos han demostrado que esto es una cocina de categoría superior. Esto no es un menú de tapas asi, sin más. Cada plato me sorprende más y más. Ni un pequeño fallo en el producto, ni fallos en los sabores, ni en las texturas. De nuevo me quito sombreros.
Llegados a este punto no es hambre lo que uno tiene pero estamos perfectamente preparados fisica y mentalmente para continuar a por el largo, sin problemas.
Risotto de txipis al idiazábal. Un plato muy catado ya en varios restaurantes. El punto del arroz como me encanta, un tanto tieso. Esto no es caldereta de arroz. Seguro que más de uno dirá que está duro, pero no, esta como tiene que estar.
Buena ración con sabores marcados y el queso presente pero en su justa medida.
Aquí nos llega otra de las estrellas de la noche, mollejas de ternera y puré de coliflor. Mi primer comentario, nada más verlas, sin catarlas siquiera es que esto se puede comer sin dientes. Y efectivamente. Suaves a más no poder. ¿secreto? Pues horas de cocción y, como nos comenta Fernando después, quitándoles la piel que es lo que les dá esa textura tan característica que a muchos no nos hace demasiada gracia. En todos los platos degustados esta noche, las compañías, en forma de salsas y purés, son livianas, no molestan para nada. Acompañan en todo caso para suavizar un tanto los potentes sabores y no para disimularlos.
Ya hemos “cumplido” pero he oído por ahí algo que no puedo marchar sin probar. Evidentemente a este sitio vuelvo sí o sí pero nunca sabe uno lo que puede pasar y por si las moscas……. le pido que nos saque una ración para compartir de callos y humus. Pues rematamos como comenzamos. Estupendamente. Con mucho sabor, con esa salsa que me permite, cosa curiosa en mi, terminar con el rico pan que nos han ofrecido. Soy panero a más no poder pero hoy ha sido prácticamente innecesario.
Ahora ya sí, le llega el turno al postre y como no puede ser de otro modo, vuelta a acertar. Un flan de coco con espuma y gelatina de piña. Muy fresco. El flan sabe a coco de verdad y nuevamente, los complementos del plato no perjudican el sabor principal. Un sabor a piña suave, no eclipsa al flan.
Un cafecito y una infusión dan por finalizada la cena. Nos llega la cuenta. Si dejamos el vino de lado, no es un vino barato pero el sobre coste es muy proporcionado, resulta que el menú largo no llega a 24 euros por barba, iva incluido. Esto supone que cada tapa sale a 2,6 euros. Esto, bajo mi punto de vista, es un regalo.
Satisfacción plena, sorpresa continuada. Además nos comenta que cambia la carta a menudo con lo que la vuelta está más que asegurada. Espero y confío en el éxito de este local. Meterse en este mundo con los tiempos que corren…… pero si es por el boca a boca creo que os irá bien. Un verdadero placer.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/

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