Restaurante Que si quieres arroz Catalina en Madrid
Restaurante Que si quieres arroz Catalina
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
33 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.2
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
8.2
RCP CALIDAD-PRECIO
8.4
Paella valenciana
pescado en adobo
paella valenciana
Puerta
Opiniones de Que si quieres arroz Catalina
OPINIONES
18

Próximo al lago de la Casa de Campo, en el llamado paseo de la gastronomía y rodeado de salones para bodas se encuentra posiblemente la arrocería con mejor RCP de Madrid.

Un buen arroz a un precio no de Madrid, donde habitualmente acostumbran a pegar el palo por cualquier arroz incomestible que preparen en paella.

La propuesta es sencilla, como debe ser para no equivocarse. Dos menús baratos, de 25 y 40 € y una pequeña carta para que todo el mundo se decante por el menú. Entrantes sencillos pero buenos: ensaladilla rusa, croquetas, boquerones, calamares... y una paella valenciana, respetuosa en sus ingredientes, con un buen punto del arroz y sabor.

Nada excepcional, pero todo muy correcto. No se puede pedir más a ese precio en Madrid. Un sitio honesto y muy recomendable.

Vista el pasado Domingo 27/04/2014 a Que si Quieres Arroz Catalina saliendo con un buenísimo sabor de boca después de probar (por fin) uno de sus arroces secos

No somos de visitar tan rápido las nuevas aperturas, nos gusta ver cómo se van desarrollando los negocios, pero es que había ganas de arroz y el día estaba ideal para dar luego una vuelta por el verde! :)

Hubo varios detalles que sumaron al final en el computo de la experiencia...

De primeras destaca de forma impresionante la zona central acristalada donde han sitiado la mayoría de las mesas, el pasado domingo fue un día precioso y la atmósfera que se creaba con la luz natural fue muy agradable y perfecta

Después nuestro camarero, Lorenzo Marugan, un profesional con más de 30 años que ese día estaba de extra y que nos brindó un servicio perfecto (al contrario que alguno de los jóvenes que veíamos ser corregidos en varias ocasiones por David Galeote -Jefe de Sala-) , por destacar algo dentro de la profesionalidad seguida en toda la comida: el servicio de la botella de vino fue perfecto, sin tener que decirle ni una sola vez que rellenara las copas y comentándonos que "les echo poco por que el verdejo a mi me gusta que no se caliente" algo con lo que estuvimos tremendamente de acuerdo! :) Es genial cuando el servicio es profesional y no te acaban estropeando la comida, nosotros cada vez valoramos más ésto!

Pero no solo nuestro camarero estuvo muy bien, el propio Jefe de Sala, David Galeote fue muy amable tanto en la comida como cuando le preguntábamos detalles sobre el propio restaurante, como por ejemplo si Rafael Morales estaba siempre en la cocina... "Sí, está en la cocina siempre" comentó, y esto era algo que nos preguntábamos revisando la opinión de Anubis7 sobre que el sitio estaba teniendo algunos fallos en su atracción estrella: El Arroz....
David Galeote nos comentó también que estuvo trabajando en El Bulli y que prácticamente siempre ha estado muy unido a Paco Roncero

Y Luego, por supuesto tenemos el precio, el menú "Catalina" como ya se ha comentado es insuperable, fabricando al final (suponemos) un concepto de restaurante donde prácticamente lo importante es dar muchísimos menús de estos de 25€ para que el tema finalmente luzca algo... es una buena idea pensamos!

Y para comer pues los entrantes que veis en las fotos y menú, todos ellos a un buen nivel y acometiendo a la perfección su labor de entretenimiento hasta que llega el arroz, destacando ayer una croqueta de pollo asado y un boquerón en vinagre muy suave, con frambuesa en vez de patatas fritas en esta ocasión...

Para continuar con el "Arroz seco del Señorito Madrileño" a base de gamba pelada, calamar y pulpitos... realmente bueno y conseguido, teníamos nuestras dudas de si el arroz estaría bien de punto y sabor cuando vimos el restaurante a reventar, pero salió muy bueno la verdad, muy bien de punto y un grano con sabor, quizás un poco potente el fondo ya que de primeras nada mas probarlo puede parecer algo sabroso, sensación que desapareció conforme iba terminándose de la paellera

Excepto una pequeña porción algo más quemada, el socarrat estuvo perfecto también

Por cierto, lo comimos en la paellera, lo comentamos al pedir y no hubo ningún problema

Tocinillo de cielo de postre con textura cremosa que nos gustó también

Al final 35 por persona con botella de vino Javier Sanz de 15€, Agradable visita que pensamos repetir a un sitio que creemos es de "tiro fijo" para comer un buen arroz

Podéis ver fotos de todo esto aquí:
https://www.flickr.com/photos/99877572@N07/sets/72157644374799602/

Teniamos ganas de probar este restaurante despues de los comentarios leidos. Por fin encontramos un dia donde poder disfrutarlo al mediodia ya que nos somos de arroz para cenar. Llamé para reservar 4 dias antes y amablemente me explicaron que si decidiamos pedir paella que era su especialidad debiamos encargarlo al menos 3 horas antes. Como ya lo teniamos decidido quedo encargada en ese momento.
Llegamos con tiempo y hasta la espera a las 14.00 tomamos en el local de enfrente unos martini en la terraza acompañados por unas aceitunas.

Nos indicaron en la puerta que el local era en la terraza acristalada y crei entender que tienen otro salon pero que habia un evento y estaba cerrado.

En cuanto al sitio corroborar lo ya comentado aquí. Un sitio muy agradable.
La camarera que se nos asignó nos entregó cartas que no miré ya que ibamos al menu Catalina . SI que elegimos un vino: Neno de Viña Somoza que no me convenció. Y empezamos a comer (aunque nadie nos explico) el florero comestible que es curioso pero falto de sabor por completo.
Muy rapidamente llegan los entrantes:
- Pincho de aciruna con alcaparra y ajo: bien
- Ensaladilla rusa: normal. La unica gracia era las huevas que llevaba
- Boquerones en vinagre: muy blandos. Pero reconozco que estaban buenos
- Buñuelo de bacalao con tempura de calamar: lo mejor de todo
- Merluza adobada. No veo que este pescado sea para estos menesteres. Muy blando
Nos quedamos satisfechos con los entrantes aunque nos resultaron bien sin mas.

Pedimos la paella al centro y por fin aparecio ese arroz.

Pero al hincar el tenedor…. Oh ¡¡¡¡¡¡ el arroz estaba como una piedra. Dado que no lo sirvieron en platos decidimos esperar prudentemente 5 minutos para que “reposara” y asi se pasara un poquito mas. Pero ni por esas. Duro como una piedra. Como habia hambre, dimos cuenta de la mitad mas o menos asi como de las abundantes tajadas y tropezones: conejo, pato, garrofon..

Y por fin se acercó el encargado a preguntar que tal el arroz y porque habiamos dejado tanto. Y por primera en mi vida no mentí. Le dije que estaba duro. Amablemente se lo llevó a la cocina y dijo que lo iban a probar. Regresó diciendo que teniamos toda la razon y que si queriamos otro. Nos negamos ya que no eran horas… El hombre realmente se le veia preocupado y nos insitia en que debiamos haberlo dicho nada mas servirlo. Es verdad que tenia razon..

Finalmente nos pidio que tomaramos una copa por invitacion de la casa.

Acabamos con un café, un tocinillo de cielo normal y dos GT’s de Beefeater con Schweppes.

Nuestro gozo en un pozo. Solo puntuare la comida con un 5 ya que creo que el suspenso no lo merecen. Tuvimos mala suerte y la atencion y disculpas fueron mas que sobresalientes.
Tampoco es un sitio que recomendaria fervientemente ya que en Madrid he comido buenos arroces en mas locales quiza menos vistosos y algo mas caros pero muy buenos.

Pagamos 65 €: 25€ por menu mas 15€ del vino.

Ante los comentarios leídos, no hemos tardado en ir a conocer esta aventura gastronómica, que creo que se va a convertir en referencia obligada para los amantes del buen arroz en Madrid. Ubicado en un local que recrea un antiguo palacio extremeño con las mesas repartidas entre el patio-comedor central y los laterales bajo los arcos, iluminado con una luz natural espectacular que se cuela a través del techo de cristal que lo cubre. Mesas muy bien vestidas, redondas, muy amplias y bastante separadas. Dispone también de salones para grandes eventos.

Carta de clara vocación valenciana, con entrantes y arroces, secos y melosos en perol. No hay más opciones que elegir entre los dos menús, de 25€ y de 40€. Una serie de entrantes y a elegir un arroz a mesa completa (no dan opción a probar más de uno).

Servicio muy numeroso y muy atento por parte del maitre y de la camarera que nos tocó. Un placer sin duda alguna.

Mientras esperábamos al resto de comensales, tomamos un par de cañas en la barra que acompañaron con una generosísima ración de aceitunas aliñadas y un platito de patatas fritas de toda la vida como detalles de la casa.

Comida para cinco personas: (menú Catalina a 25€, IVA incluido):

Entrantes a compartir, servidos escalonadamente y sin prisas:

- Antes de pasarnos los primeros entrantes, nos comentaron que el contenido del jarrón de cristal al centro de la mesa era comestible: Bastoncillos de pasta filo y aceitunas negras, arroz inflado y garrapiñado y piedrecitas de merengue. Nos resultaron originales y divertidos.

- Brocheta de encurtidos: Correcta aceituna con un ajo que creo que no pasará a la historia.

- Ali-oli de azafrán: Muy buena la textura. Un vicio, aunque diríamos que de ali-oli, nada de nada. Merece la pena destacar la cestita de panes variados que pusieron durante la comida.

- Nuestra ensaladilla rusa: De textura muy melosa y excelente sabor. Acertado el toque de las huevas de trucha que aportan vistosidad y sabor.

- Boquerones caseros en vinagre: Presentados enteros pero sin la espina. Correcto el punto del vinagre pero para mi algo blandos. Un par de unidades por persona.

- Croquetas melosa de pollo: Más que melosas fluidas; excelente cubierta y prodigiosas de sabor. Una unidad por persona.

- Pescadito en adobo sevillano: En esta ocasión, unos dados de merluza rebozados en un sutil adobo muy conseguido. Perfectos.

De segundo:

- Arroz “Señorito” madrileño: Soberbia paella con apenas un centímetro de arroz. Grano en su punto y bien impregnado de los sabores de los pulpitos, tiras de calamar y gambas arroceras peladas. Raciones generosas con grano suelto y perfecto socarrat. Hacía tiempo que no comíamos un buen arroz. Seguro que repetiremos más veces para probar el resto de la oferta.

De postre:

- Flan de huevo o tocinillo de cielo: Yo pedí el segundo y, aunque bueno, no está entre los mejores que he probado. Me comentaron que los flanes estaban buenos.

Carta de vinos algo corta para los amantes del vino pero con buenas selecciones, incluyendo algún que otro cava y champagne. En esta ocasión nos decidimos por Pétalos del Bierzo 2012 (20€ inc. IVA), servido en buenas copas y perfecto de temperatura. Siempre atentos a rellenar.

Precio total: 183.50€ (inc. IVA, dos cañas, cuatro refrescos, un agua de litro y las dos botellas de vino). No cobran ni el pan ni el servicio.

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con IVA y servicio incluidos y sin bebidas.

Comida hoy con ganas en este restaurante en una muy buena situación ya que este en plena Casa de campo,en la misma calle donde hay otros muchos restaurantes a cada cual mas ostentoso mirando sus fachadas,que si castillos-palacios,que si masías que caseríos...El sitio es agradable y bien espacioso con mucho espacio entre mesas en un lucernario bien agradable.
La atención del personal muy correcta y servicio rápido.Pedimos el menú que poco mas puedo decir de los comentarios anteriores.Destacar que en vez de los calamares nos pusieron los buñuelos de bacalao en su tinta,un bocado lleno de sabor.A mi me pareció que estaba comiendo un arroz a banda aunque se que este no lleva el bacalao.
Destacar también el buen aliño de los boquerones muy equilibrado pero con sabor y la buena textura y sabor de las croquetas de jamón.Son los platos que mas destaco en los entrantes sin tampoco decir que los otros desmerecían.
Luego entramos en el asunto fuerte de este restaurante que son los arroces.Nos decantamos por la paella valenciana y francamente un acierto.Muy buena cocción con un fumet concentrado y sabroso,con muchas notas de monte los tropezones véase caracoles,pato,conejo y alcachofas están impregnados en esa fiesta de sabor.
Los postres fueron flan muy rico y equilibrado y tocino de cielo bastante denso y dulce a mi gusto.
Para regar todo esto me decante por un Neno de Viña Somoza,una godello redonda y ágil.Buenas copas de vino,buen servicio de este con una carta ajustada en precio y aunque no es un alarde en su extensión si encuentras cosas interesantes como algún Champagne de Egly-Ouriet entre otros,algún Ribera fuera de lo normal como Altidoto o la buena garnacha de El Molar de Casa Castillo.
No se si como comentan subirán el precio del menú,pero si lo hacen también se entendería.Salimos a 37€ con dos cervezas,el godello y los cafés.Recomendable.Ademas luego para bajar la pitanza una vueltita por la Casa de Campo y lo bordas.

Por fin una arrocería en Madrid en un precio comedido; esa es la conclusión después de haber comido en Que si quieres arroz Catalina . Situado en el Palacio de La Misión (Bodas, Bautizos, Banquetes), ahora comienzan por el abecedario y le añaden la a de Arroz (solo mediodías).

Propuesta de entrantes, dos ensaladas, y diversos arroces, entre ellos secos como senyoret, el negro, el huertano, y una paella de fideo número 1, entre los melosos en perol: huertano, marinero y de bogavante americano, y como especialidad de la casa una verdadera paella valenciana con pato, conejo, bachoqueta (judía verde), garrofón (alubia), alcachofas y caracoles. El servicio invita a escoger el menú entre el que se encuentran varios entrantes, el arroz, postre ó café a un precio de 25€ (i.i); y verdaderamente merece mucho la pena; es decir la ecuación de lo recibido versus lo solicitado es altamente satisfactoria para el cliente.

Antes de comenzar nos comentan que nos podemos comer cierto contenido del florero, en concreto naranja, arroz y aceituna negra. Un guiño al mediterráneo y a Valencia que se completan junto con unos encurtidos, y un alioli de azafrán. Se recuerdan momentos bulli con la aceituna esferificada, a la cual la falta una textura algo más consistente.

Seguimos con la ensaladilla rusa, de buena textura, con multitud de ingredientes como huevas de trucha, aceituna negra, pepinillos, donde echamos en falta algo más de empuje en la mayonesa.

Con ella también nos llega unos boquerones en vinagre con patatas fritas, enteros y desespinados, muy suaves y equilibrados con el vinagre en una cantidad muy reducida. Un acierto.

A continuación en otra pareja de entrantes, las croquetas de jamón y unos calamares a la andaluza. Las primeras muy bien fritas, con mucho sabor, una parte exterior muy crujiente, y el relleno fluido, casi líquido; notables. Los calamares también destacando en su fritura, pero con un poco de falta de sabor.

Los entrantes no dejan de ser un preámbulo, una forma de llevar mejor la espera para la paella valenciana. Es necesaria solicitarla al menos con 3 horas de antelación, ya que el fumé se realiza en la propia paella. De sabor muy intenso, sin nada de grasa, con el grano muy suelto, y en su punto, como el resto de las verduras. El arroz ha absorbido tanto el caldo que la potencia gustativa se concentra mucho más en él que en los trozos de pato de la Albufera, o en el conejo. Imprescindible.

En la capital pocos arroces al nivel de esta paella valenciana, probablemente algunos de los la Bomba Bistrot, aunque sin ser una arrocería y tener esta variedad. Propuesta que en la zona de la Casa de Campo no tiene competencia, y diría que tampoco en la ciudad a este nivel de precio.

En general una propuesta sencilla, con altos objetivos en cada uno de los platos, con los arroces como piedra angular, en los que se busca directamente la perfección. Para los arroceros, ya no será necesario hacerse 350km para asegurarse tomar un arroz como mandan los cánones valencianos.

Que si quieres arroz Catalina: Una señora paella en Madrid.

Post completo y fotos (muy buenas): http://www.complicidadgastronomica.es/?p=3484

Comida familiar de fin de semana y consenso gastronómico común: ¡queremos arroz! Animados en primera instancia por las valoraciones previas del compañero Lorden en Verema, además de por la crítica reseñada por Carlos Maribona la semana pasada en su blog "Salsa de Chiles", nos decidimos por este "Que si quieres arroz..." del chef Rafa Morales. Paso a comentar la estupenda experiencia:

Ambiente y Entorno: dado que ese día había una celebración en el patio principal, se habilita una estancia lateral del Palacio de La Misión como comedor. El resultado es una terraza acristalada amplia pero íntima, decorada con sobriedad y robustez y en la que destaco especialmente el menaje y el mobiliario: amplias mesas, sillas de forja, mantelerías y coperío de nivel... muy bien en general.

Comida: somos 5 comensales y el día anterior hemos reservado Paella Valenciana (uno de los arroces que se pueden incluir en el menú de 25 euros sin sobrecoste). La fórmula del menú es una serie de aperitivos al centro y el arroz. También nos incluyeron postre o café.

- Snacks: en la mesa aguarda una trilogía valenciana compuesta por arroz inflado especiado, naranja caramelizada y bastoncitos crujientes de pasta filo. Los camareros explican el concepto de esta original y decorativa toma de contacto, un magnífico y estético comienzo del que destaco especialmente el bastoncito, muy especiado y crujiente.

- Buñuelos de bacalao (fuera del menú, a 2,50 euros la unidad): los pedimos Bea y yo para amenizar la espera con una cervecita... llaman la atención a priori porque son negros (entiendo que la cobertura incluye la tinta de calamar entre sus ingredientes). Destacables a todos los niveles: buen tamaño, con un rebozo crujiente y ligero y un relleno de quitarse el sombrero, bien untuoso y pleno de sapidez "bacalaera". Para comerse 10. Riquísimos. Un 8,5 y magníficas sensaciones.

- Alioli de azafrán y surtido de panes (dentro del menú): en la mesa sirven 2 cuenquitos de mayonesa casera espesada al límite y emulsionada con buen AOVE, un sutil toque de ajo y un etéreo deje de azafrán. Se acompaña con un par de cestitos de pan variado: unas chapatas caseras, picos artesanos y unas adictivas "regañás". Un 8 para las 2 partes de este servicio, porque a pesar que de alioli "ná de ná", el condumio estaba bien rico.

- Esferificación de aceituna (dentro del menú): muy rica y, aunque manida, francamente original para todos aquellos no habituados a zarandajas creativas (léase mi madre). Delicado bocado que estalla en la boca derramando toda la intensidad líquida de una excelente oliva. Un 8.

- Ensaladilla Rusa (dentro del menú): dos platillos de una magnífica ensaladilla rusa, fluida y con un sabor excelente. A la composición base de patata zanahoria, atún y mahonesa se le añaden a nivel ornamental unas aceitunas, tomatitos cherry y unas huevas de trucha. El resultado, excelente. Un 8,5 y seguimos...

- Boquerones en vinagre sobre patatas chips (dentro del menú): un boquerón con sus dos lomos aposentado sobre una excelente patata frita. Bocado sencillo pero de altura, perfecto tanto el punto de marinado y sal como la calidad del pescado. Muy bien. Un 7,5.

- Fritura andaluza (dentro del menú): una ración maja de un cazón en adobo espectacular. Fritura de manual (rebozado crujiente, aéreo y nada grasiento) que arropa unas hermosas tajadas de un cazón adobado de forma punzante con sal, especias, mucho vinagrito y buen pimentón. El entrante que más gustó. Un 9.

- Croqueta melosa de ibérico (dentro del menú): más bien croqueta fluida, pues la potente bechamel se presenta líquida a la hora de hincar el diente. Rebozado excelente de nuevo, e intensidad y autenticidad en la farsa del relleno. Una croqueta de nivel. Un 8,5.

- Paella Valenciana (dentro del menú): ya llevábamos una buena encima, pero tocaba el principal del día... y que principal señores! Un arroz canónico: paella de un dedo de espesor realizada a partir de un fondo monumental con un impecable punto del arroz, y con una generosa adición de los ingredientes clásicos (garrofón, judía verde, alcachofas, caracoles y abundante pato y conejo). Una delicia, qué voy a decir. Mi cuñado y yo tomamos 3 platos, creo que con eso digo todo acerca de la calidad (y la cantidad) de esta paella. Por poner un pero quizás mencionar que igual se les fue un pelín la mano con el romero, pero vamos, una minucia dentro de la orgía arrocística que nos pegamos el sábado pasado... Un 9.

- Postre (dentro del menú): pedimos un par de tocinillos de cielo al centro y cafés. Nos recomendaron este postre especialmente pero a mi no me entusiasmó (aunque es factible que influyera la tripada precedente...): achaqué este "disgusto" a un excesivo dulzor y un exagerado sabor a yema cruda. Un 5 por mi parte.

Y hasta aquí la experiencia culinaria; acompañamos el festín con agua (3,50 euros), 6 cervecitas (2,50 euros c/u, bien tiradas), un par de refrescos (2,50 euros c/u), y un blanco del Penedés -Honeymoon- fresquito y facilón, y a unos más que decentes 13 euros. Invitaron a chupitos (Pacharán, Hierbas y Bayleys). El total pagado por los 5 menús, los entrantes adicionales y las bebidas 164 euros. De risa.

- Lo mejor: la comida, la excelente RCP, el servicio -atento y muy cordial-, el sitio... todo.
- Lo peor: intuyo que el precio de 25 euros por un menú de ese calibre en Madrid no puede durar mucho (nosotros por si acaso ya hemos vuelto a reservar).

Al parecer Catalina era una señora noble, de los tiempos de Juan II de Castilla, que además de consumir grandes cantidades de arroz, lo recomendaba a todo el mundo como remedio a cualquier mal. En su lecho de muerte, los vecinos se reunieron en torno a ella y recitaron a coro: “¿quieres arroz Catalina?” y otra vez “¿quieres arroz Catalina?” y al ver que ésta no respondía (la pobre estaba tan débil que no era capaz de articular palabra) le dijeron todos a coro: “¡que si quieres arroz, Catalina!”. Y ella, moribunda, tampoco fue capaz de contestar, pareciendo que hacía oídos sordos a lo que le decían. Desde entonces, esta frase se dice cuando alguien no hace caso a lo que dicen.

Pues este dicho castellano es el nombre de la nueva arrocería abierta esta misma semana en la Casa de Campo, en la antigua Feria del Campo, compartiendo local con el Palacio de la Misión. Está en un entorno privilegiado, en un edificio de piedra con un patio interior acristalado que es una maravilla, vamos… el sueño de cualquier restaurador: techos altos, mesas amplias y una mantelería y vajilla de categoría. Fuimos 4 personas y encargamos previamente la especialidad de la casa: paella valenciana, en receta tradicional al estilo de la Albufera (pollo, pato, conejo y caracoles). De aperitivos de la casa nos ponen unos encurtidos muy ricos con un cuenco de ali-oli casero, y nos informan que curiosamente aquí no es que te puedas beber el agua de los floreros… es que te los puedes comer de aperitivo! Al ver el recibimiento tan amable que nos dispensaron, totalmente entregados nos pusimos en manos del maître, para que nos pusiera unas entradas a compartir antes del arroz. Todas las entradas excepcionales, a cual mejor.

Tomamos: boquerones en vinagre, servidos desespinados pero enteros sobre una cama de patatas chips, unas croquetas de jamón muy sabrosas, un pescado con un adobo muy rico y una ensaladilla rusa finísima y repleta de tropezones.

Pasamos a la paella… palabras mayores, creo que el mejor que hemos tomado, en una ración abundante, bien cargada de ingredientes y un punto del arroz magnífico. Postres caseros, compartimos una tarta de manzana, un tocino de cielo, natillas y un flan de huevo. Todos muy buenos, pero a estas alturas de la comida casi no pudimos con ellos. No obstante, un sobresaliente para el tocino de cielo y la tarta de manzana. Carta de vinos bien escogida y a precios comedidos. Nos bebimos dos botellas de albariño Paco & Lola servidas perfectas de temperatura y en una copas de categoría.

Servicio rozando la perfección, pendientes en todo momento, a pesar de tener el restaurante lleno. Mención especial para Alfonso Lara, uno de los dueños, con quien mantuvimos una charla muy agradable y felicitamos pues es impresionante que un restaurante recién abierto funcione tan bien. La cocina trabajando como un reloj, y eso que, según nos contó, no estaba el Jefe de cocina Rafa Morales pues había tenido que ausentarse por un tema familiar. Relación calidad-precio imbatible. Muy a gusto pagamos los 35 euros por barba a que ascendió la cuenta.

Conclusión: Una de las mejores arrocerías de la capital. Dense prisa y vayan pronto pues me da la sensación que dentro de nada se va a poner imposible reservar. No le faltan mimbres para ser una de las sensaciones de 2014.

  • pescado en adobo

    pescado en adobo

  • paella valenciana

    paella valenciana

  • Puerta

    Puerta

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