Restaurante Taberna Los Gallos en Madrid
Restaurante Taberna Los Gallos
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
64,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
64 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.7
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Taberna Los Gallos
OPINIONES
3

Sitio de zona de moda con terraza buena para verano. Al ser 10 nos desplazamos a la bodega que resulta un buen sitio aunque muy apretado de mesas y con un servicio muy muy lento (la culpa parecía más de la cocina que no daba abasto) y con ocasional música ambiente con exceso de volumen y más en un sótano donde tiene poca escapatoria el sonido.

Carta de vinos más bien corta pero con precios aceptables. Vinos por copas con bastante variedad y precios algo más subidos. Nos quedamos con Marqués Legarda crianza 2008 por ser un vino fácil y bien de precio. Servicio de dar a catar y a la mesa, salvo una ronda final para abrir una botella más cuando aún las copas estaban por encima de la mitad. La primera botella estaba algo caliente y entendí que las botellas que se habían puesto a refrigerar eran las nuestras que tomamos a posteriori.

Servidos al centro los entrantes: croquetas de jamón y bacalao. una por persona, buen tamaño bien rebozadas y fritas pero algo cortas de sabor. Témpura de calabacín bien solventada y crujiente. Ensaladilla más corriente de sabor y textura. Calamares rebozados, bien de sabor, buena ración.
Como plato principal elegir entre pescado del día: merluza de pincho con salsa verde y almejas: buena de sabor aunque de ración más bien mediana, buen acompañamiento de salsa y almejas. La alternativa en carne es su especialidad de filete milanesa bien de ración, empanado y tierno con buenas patatas paja.
De ppstres a compartir al centro: cuenco con arroz con leche demasiado líquido y poco sabroso. Fresas maceradas bien de sabor y de licor. Sorbete de helado más básico.

Terminamos con cafes y con un gin tonic bien servido y ya en la terraza donde las mesas de la cena ya se habían ido (lo que da una idea de lo lento del servicio), quedando un sitio agradable hasta que se pusieron a recoger las sillas y mesas y entendimos que era hora de irse.
Desconozco el precio final.

Quedamos con unos amigos para ir a este sitio a cenar el sábado. No quedaba terraza por lo que nos tocó en la planta del medio. El problema siempre es el mismo. Es imposible ir a cenar a un sitio con 2 carritos de bebes sin molestar o tener problemas. Cuando llegamos nos indican donde están las escaleras para subir y nos cargamos el carrito al hombro y subimos (nadie nos ofrece ayuda). Y cuando llegamos arriba nos dicen que ¿por qué no hemos subido en ascensor !!!!!?.
Nos sentamos y nos ofrecen carta. Pedimos para tomar unas cervezas, un refresco y un vino. Tiene una buena selección, con vinos por copas puesto en pizarras. Al pedir un Rioja te dan Beronia Pedimos para empezar unas gambas cocidas (buenas), unos huvos con chanquetes (buenos) y unas papas arrugas con salsa. Y la bebida sin llegar. De segundo pedimos pulpo a la brasa (bueno perodemasiado salado), carpaccio (en media ración) que dicen bueno, tartar de salmón (bueno) y Mayoral (bueno).
De postre Arroz con leche de cabra y Natroz, Flarroz que es un arroz con leche con flan, que no es otra cosa que un flan metido en un poco de arroz con leche.
Dos cafes cortado y nada más. La cuanta en total 136.
Puede que un sitio para ir a tomar un par de platos para compartir y luego unas copas con la gente famosa( Lydia Lozano en la terraza) esté bien, pero la verdad, que esperaba algo más del sitio. No está mal, pero no enamora. No es el sitio al cual te lleven unos amigos y luego tengas ganas de repetir con algún otro amigo para sorprender.
Eso sí, la calle Puigcerdá no la conocía con este ambiente nocturno. Quizás me apunte a algún otro local de la misma calle.

Restaurante situado en el agradable callejón de Puigçerdá, que con sus varias terrazas tan bien puestas en esta zona peatonal de Jorge Juan, constituye una alternativa muy apetecible para cenas con buen tiempo en Madrid. Además de la terraza a pie de calle, este restaurante tiene un espacio en la azotea para 30 comensales aprox. con mesas altas perfectamente vestidas (los taburetes con respaldo muy cómodos), que está muy solicitado en época veraniega.

Como estamos castigados en Madrid por trabajo en pleno puente de agosto, pues decidimos darnos el capricho de una cena en uno de los entornos más concurridos para salir a cenar en Madrid (en el mismo callejón está el NO Restaurant, donde estaba antes El Amparo y el asiático Zen Central, a la entrada está Alkalde y un poco más arriba El Paraguas, también con unas estupendas terrazas en la acera de Jorge Juan, y cruzando ya Velázquez está Álbora). Antes nos pasamos a tomar un cocktail pre-cena en la muy recomendable terraza de La Casa de América, que lleva la gente de Le Cabrera.

La cena fue bastante correcta, sin fanatismos, pasamos una velada muy agradable, con un buen servicio y una cocina de producto muy rica, la única pega como suele pasar en estos restaurantes, es el precio, quizás un pelín subido, pero es lo que tiene los sitios de estas características.

Esto fue lo que tomamos (precios con IVA y suplemento 10% terraza), con la interesante ventaja de que toda la carta se puede pedir en medias raciones:

*1/2 Anchoas del Cantábrico (11,88 €). Buen producto y buen tamaño servidas en aceite y un poco de tomate rallado.
*1/2 Tartar de atún con polvo de aceitunas (14,52 €). Rica combinación, que se sirve sellado, con un toque de plancha.
*Mini hamburguesas de rabo de toro (18,70 €). Era una de las sugerencias del día. Acertamos, servidas en un pan de semillas muy rico.

Como principales pedimos:

*Milanesa de la casa (18,70 €). Buen filete, fino y muy bien empanado. Me gusto. Servido con unas patatas pajas y rodajas de tomate aliñado.
*El pescado del día que era lenguado, servido a la plancha. Muy buena pieza y por lo que me dijeron, al punto de textura y sabor (22 €)

Las cantidades son abundantes, así que pasamos de los postres y fuimos directamente a los cafés.

Para beber pedimos un siempre efectivo Viña Mein (23,10 €), Ribeiro blanco fresco y agradable de beber, con cuerpo y gusto largo y persistente. La carta es correcta, no es muy larga y con algunas referencias que se salen de lo típico. Animado por una correcta selección por copas (3 espumosos, 7-8 blancos y 10-12 tintos) de la que informan en una vistosa pizarra, me pedí un Abadía Retuerta Selección Especial (5,20 €) para la milanesa. Pinché, me tenía que haber pedido un blanco con cuerpo u otro tinto, me lo sirvieron muy frío de temperatura (deben tener todas las botellas en la misma cubitera). Menos mal que no me vine arriba y me pedí una copa de Numanthia, si me lo hubiesen traído a temperatura de cava, me habría quedado bastante chafado.

Pese a lo anterior, es una buena opción para una velada agradable, con una experiencia gastronómica que está razonablemente a la altura del entorno, que lamentablemente hay que pagar. Con aperitivos (Martini Blanco y copa de fino), cafés y servicio de mesa, la cena salió a 128,20 €. Como se estaba a gusto nos tomamos sendos Gin Tonics (no incluidos en el precio anterior) correctamente preparados, eso sí a los precios indecentes a los que los cobran en un sitio de moda en esta zona de Madrid, a ver si empieza pronto el tan anunciado reinado del vodka y nos empiezan a hacer descuento a los amigos de la ginebra.

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