Antes de nada, no me voy a extender mucho pues el bueno de "Joan Thomas" ya lo hizo y muy bien en su último comentario.
El sitio es agradable, ambientación moderna, buena luz, pero sin vistas.
El servicio es correcto y amable
Esto es lo que comimos:

Crudo:
Vieira Kru con erizos de mar, Buen sabor
Carpaccio de toro con aliño de manzana y jengibre, Se dejo comer
Toro Kru, en laminas, Excelente aunque algo graso para mi gusto
Calamar Kru, Finas laminas y suave al paladar
Salmón Kru, bueno, pero los hay mejores, es una lastima
Salmonete en cebiche, inmejorable presentación, quizás el que menos me gusto, esa acidez no me va

Cocinados:
Aquí es donde disfrutamos más.
Bogavante frito al ajillo, Bien cocinado con un sabor exquisito , el mejor que he probado
Rodaballo frito, Perfecto, todo comestible y sin dejar raspa

De postres:
Piña cocorron macerada en licor, correcto sin mas
Surtido de 4 quesos, Sin emoción, con la cantidad de quesos que existen y que decepción y enzima sin ningún queso Catalan, como si aquí hubiera pocos.

De beber:
Vino blanco Domaine Sancerre de "Loire", cabernet suavignon bio dinámico con aroma de limón y sabor agradable
También bebimos dos copas de vino El Perro Verde, verdejo de Rueda con excelente sabor
Una copa de Cava Blue Fin de Cavas Mestres, de crianza larga y buen sabor

El pan fue correcto
Dos cafés ( a 3'30€ el café ) me parece un precio fuera de toda lógica, al menos que te ofrecieran poder escoger entre algunas variedades, que mira que las hay.
Como invitación dos chupitos de licor de fruta de la pasión

En definitiva: Un buen restaurante para volver seguro, pero sabiendo elegir.

Tras llegar a BCN en AVE desde Montpellier y con el tiempo justo para dejar la maleta en el hotel, nos dirigimos a cenar al Espai KRU donde habíamos reservado una mesa para las 22 horas del viernes 6 de marzo, hora tardiva para nosotros, pero no pudimos llegar antes...

El restaurante está situado en el primer piso de Rias de Galicia, y al igual que este ultimo pertenece al Grupo Iglesias, formado por los hermanos Pedro, Borja y Juan Carlos Iglesias, que lo dirige, asociados con los hermanos Adrià. Al frente de los fogones está el Chef Ever Cubilla y el consejero gastronómico no es otro que Ferran Adrià.

Es un espacio abierto, moderno, informal, decorado con colores claros, lo que hace que sea muy luminoso. La cocina está a la vista, tienen una barra de cocteleria, una salita privada y frente a la cocina una gran mesa de madera bruta para unos diez comensales. Las mesas sin estar muy separadas las unas de las otras, están bien situadas. Son amplias para 2 personas y las sillas son modernas y confortables. No hay manteles. Buena cubertería y buenas copas y vasos Spiegelau. El servicio de sala es atento y profesional y el servicio del vino es bueno : presentación, descorche, cata, temperatura y servicio de copas.

La carta de tapas, es amplia y está formada por productos crudos, marinados, aliños, salazones, sashimis, carpaccios, tartares (moluscos, crustáceos, pescados, carnes, verduras) y platos cocinados ( mariscos, ahumados, arroces, pescados y carnes) aunque con un predominio del producto sin cocinar.

Compartimos todos los platos y optamos por lo siguiente :

Crudos :

4 ostras francesas n°2, una con sopa fría de frutos rojos, otra con leche de tigre de ají amarillo y dos con salsa ponzu y huevas de salmón Las ostras buenísimas, y los aliños muy logrados pero las que nos gustaron mas fueron las de salsa ponzu.
Almejas del Carril, finas medianas con sorbete de apio y lima una para cada uno. Muy muy buenas.
Escupiñas de las Rias Baixas con jugo de ramallo de mar una para cada uno, buen tamaño y gran sabor a mar
Tartar de bogavante y pescado blanco con vinagreta de lima Excelente
Vieira Kru con erizos de mar Vieiras de buen calibre presentadas en carpaccio con los erizos encima. Excelente materia prima, pero quizás el sabor del erizo predominaba demasiado y escondía el de la vieira.

Cocinados :

Rodaballo salvaje frito con salsa de miso y polvo de has el hanout. Un rodaballo entero, en el que se comía todo, todo incluso las espinas laterales fritas, los trozos de pescado ligeramente enharinados. Excelente.

Todas los platos estuvieron muy bien presentados.
El pan con tomate con el que acompañamos la cena fue muy bueno, también nos sirvieron otro pan diferente para acompañar ciertos moluscos.
Para beber tomamos una botella de vino blanco barrica Flor d'Espiells 2012 DO Penedès de bodegas Juve & Camps con una crianza de 8 meses en barrica de roble francés de l'Allier, variedad de uva 100% Chardonnay. Me pareció un vino muy equilibrado y persistente en boca, que se bebía pero que muy bien.

No tomamos postre, pasamos directamente a los cafés, que nos sirvieron con unas "mignardises" y finalizamos con dos chupitos, ofrecidos por el restaurante, de orujo y maracuyá.
La nota ascendió a 62 €/persona. Muy buena RCP. Restaurante muy recomendable para los amantes de este tipo de cocina. Volveremos

Visita el pasado 23/03/2014 a SPAI KRU, con la inmensa suerte de ser atendidos durante toda la comida por Juan Carlos Iglesias que desplegó su profesionalidad por doquier, llevándonos hacia los mejores sabores crudos y marinados de su excelsa materia prima

Y no solo eso, Juan Carlos Iglesias es una fuente de sabiduría culinaria, pero sobre todo es un grandísimo profesional que tomó la replica de forma perfecta a la conversación gastronómica que le ofrecíamos... aparte de pedirnos recomendaciones para Madrid, pudimos comentarle nuestras experiencias de esos días en su ciudad, lo bueno (MANAIRÓ y KOY SHUNKA) y algo menos bueno...

...por ejemplo, alucinó en colores cuando le explicamos que habíamos tenido una mala experiencia en "Burguer DOS PALILLOS King" como nosotros le llamamos jeje (o cómo hacer de un restaurante con una estrella michelín una mierda de sitio más parecido a una hamburguesería de comida basura que trata la gente a patadas que a un restaurante gastronómico) algo que le sorprendió por ser bastante amigo, según nos comentó, de Albert Raurich, pero es que claro, ¡Albert no estaba en el restaurante aquel sábado por la noche! ¡Ay ay ay! (y luego algunos se sorprenden de porqué ha conseguido David Muñoz su tercera estrella michelín tan pronto!)

Pero volviendo a Spai Kru... Salvadas las primeras reticencias que planteaba Olivia sobre un menú a base de crudos, marinados y aliños, nos encontramos con unos platos de sabores puros, y macerados perfectos, materia prima estratosférica, las fotos lo explican todo... festival gastronómico con anchoas, ostras, navajas, vieira, erizo, bonito, atún rojo, calamar, salmonete, toro, gambas... apenas sin tratar aunque ese "apenas" marca la diferencia, sabores ácidos y dulces que manejaban el pescado crudo como si se hubieran conocido de toda la vida! ¿hay otra forma de tomar ostras que no sea con salsa ponzu, soja y huevas? ¡No me la imagino! :P

Sólo tomamos cocinado un rodaballo frito que estaba para comerse las espinas (¡literal!, te las puedes comer), aunque hay muchos más platos cocinados

Mención especial a la torrija del postre, dulce y delicioso final

Un fijo a visitar en Barcelona, solo un consejo, "dejaros llevar", salid de lo cocinado y entrad en lo Krudo, no os arrepentiréis

Un apartado especial merecen los Cockteles, ideales para acompañar en este tipo de comida

Podéis ver fotos de todo esto aquí:
https://www.flickr.com/photos/99877572@N07/sets/72157642914360054/

Pretender focalizar un restaurante en la comida cruda y hacerlo con identidad propia es una tarea difícil y ellos lo han resuelto con maestría. En vez de palillos, unas pinzas quirúrgicas (al igual que en el Celler Can Roca) hacen la función y acallan las inevitables reminiscencias japonesas de este tipo de cocina. El local está sito encima de la marisquería Rías de Galicia, de hecho, se entra por la misma puerta. Decoración moderna, con sillas muy cómodas, mesas de madera y una cocina expuesta en el centro. Dispone de un reservado acristalado muy elegante. Servicio muy profesional, amable, dispuesto y formado. Cristalería de calidad. Tras estudiar la carta y ver que prácticamente queríamos probarlo todo, preguntamos a una joven y amabilísima camarera sobre la posibilidad de un menú degustación y nos lo improvisó al momento teniendo en cuenta nuestros gustos y preferencias. Empezamos con unas ostras con salsa ponzu y huevas de salmón. Exquisitas. Almejas de carril con sorbete de apio y lima. Refrescantes. Seguimos con unas anchoas ahumadas con queso manchego, para repetir!. Pescado Kru: sashimi de Atún, sargo real, calamar Kru, Toro (increíble). Luego vino el tartar de solomillo, servido como si fuera caviar iraní. Uno de los mejores que hemos probado, por no decir el mejor. Tacos de pepino y pulpo con salsa kimchi (para nosotros el plato más flojo, un poco más de kimchi le habría dado más personalidad). Canelón de txangurro (muy rico) y rodaballo salvaje frito (se preparan por separado la carne y la raspa: la raspa se come al quedar crujiente, y la carne se reboza a la andaluza). Muy rico también. De postre nos decantamos por una banda de nuestro amigo Paco Roig, un valenciano que va a dar mucho que hablar, y como siempre, excelsa. Todo maridado con un Naverán Perles Roses, que fue un buen compañero de mesa, y el postre con un licor de maracuya y orujo (invitación de la casa). Buen servicio de vino, temperatura, presentación del vino, copas siempre llenas...También nos invitaron a unos refrescante trozos de piña preparada y un sochu de cebada con hielo. La RCP es justa, dada la elevada calidad del producto y el servicio. Muy recomendable.