En principio apabullan los intensos aromas a hiervas y flores que invitan a perderse por el jardín o el bosque, con una sutil base de enebro y cítricos (lima). Pero es una ginebra que a medida que la saboreas se queda en nada; todo correcto, muy equilibrado, el alcohol en su sitio, ni seca, ni excesivamente dulce, pero le falta carácter, está diseñada para gustar a base de exotismo aromático pero el resultado final la hace una ginebra sin alma. Demasiado neutra para mi gusto. Y un ejemplo de su neutralidad la tenemos a la hora de hacer un GT donde la G'vine desaparece.
Además el precio es excesivo, unos 40 euros, está claro que es una exageración, es un ejemplo de como los franceses saben colocar muy bien sus productos ya que hay ginebras de 15 euros muy superiores a ésta, en mi opinión.
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