Hacia mucho tiempo que no la probaba y el otro día en El Padre me prepararon un GT de tal manera que casi se me saltan las lágrimas al primer sorbo. Gran ginebra si señor, sin duda una de mis favoritas.
Esto es ginebra, oiga.
NOTA DE CATA:
9.2
CALIDAD-PRECIO:
-
En nariz es clásica, fina, elegante. El alcohol está ahí presente, sin ofender, pero es que tiene que estar. Esto es ginebra, oiga.
Enebro como tiene que ser (¿de qué se hace la ginebra, oiga?), pelín perfumada. Vainilla y, muy fragante para mi, la lavanda, que creo que no está entre sus botánicos, pero a mi es que hasta se me aparece visualizada la planta ;-). Hay un toque ahí que no se descomponer que me recuerda a peluquería-barbería de las de antaño. Me gusta.
En boca, sola, es suave, estructurada, bien destilada. Tiene un punto hasta dulce. Voy a acabar yo como mi padre, con lo que me reía yo de él en vida llamándole fundamentalista porque se tomaba la ginebra sola en copa de coñac, sin hielo ni historias. Y desde luego si la metías en la nevera, te caneaba (y no te digo ya en el congelador, ni contemplaba esa opción).
Pero no, todavía no he llegado ahí -aunque me barrunto que lo haré en un futuro- y la he tomado con Schweppes Azahar&Lavanda, sin ningún aderezo, ni limón, ni nadad de nada, esta tónica no lo pide.
Un gran GT.
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