Personal atento en recepción tanto al llegar como al despedirnos. Habitación limpia, cómoda, tranquila en línea clásica de la cadena. Decidimos cenar allí. Mis experiencias en restaurantes de Paradores son muy desiguales, desde las buenas, como por ejemplo Ciudad Rodrigo o Mazagón, hasta otras “menos buenas”, siendo la mayoría “regulares”. Éramos 4. Cuento lo nuestro (2 pers): compartimos de primero una excelente tortita (pequeño queso) de Cañajaral (oveja). Luego cochinillo (regular, tirando a flojo) y guiso de jarretes, que constaba de un pequeño jarrete demasiado hecho, bañado en salsa con una cuchara de patatas revolconas. De postre canutillos, para compartir Entorno tranquilo y decoración acorde con la zona, es decir tradicional de Castilla. también. O sea: 1 primero compartido, muy bueno pero sin elaboración de cocina, 2 platos, y un solo postre. Una botella de Arroyo (Ribera). Sin nada más. 95€. Pero ya no es tanto el precio/cantidad, etc. que nos dejó mal cuerpo, es algo peor, tratándose de los famosísimos Paradores: la falta de atención del personal en la cena. Salvo el maître, que nos tomó la comanda: agradable, suelto, risueño: un profesional. Los demás…. Vimos como servían algún aperitivo en las mesas, con un vino de cortesía, que brilló por su ausencia en nuestra mesa. Callamos. El servicio de pan, malísimo. No se entendía que variedad ofrecían. Y al pedir luego más pan, estando nuestra mesa al lado de la cocina, el personal salía siempre mirando a la sala, sin hacernos caso. Y cuando logramos pedirlo a base de levantar la mano y “por favor”, insistiendo, pues sí, pero no: nos traen con mala gana una cesta diciendo “solo queda esto”. Vale: no pretendemos el mismo surtido que al abrir el comedor, pero es precisamente cuando la forma importa más, tipo "Lo sentimos. Poco queda ya. A ver si les sirve esto." Cuando pasamos al Gin Tonic, nos enviaron a la Cafetería porque ya tenían que recoger. Al pedir allí el GT nos piden primero abonarlos para poder hacer caja. Damos el nº de habitación, nos sirven el GT, se apagan las luces principales…y nos quedamos solos. Ni un “Buenas Noches”…O no lo oímos.
No sé pero la próxima vez, que será dentro de muy poco, puede vuelva al Montico, que si bien no es lo que era, sigue siendo buena opción en Tordesillas. Por lo menos en cuanto al trato personal.