Ajustándose a la crisis

Pues eso, que esto de la crisis no perdona a casi nadie. En esta visita nos hemos encontrado algunos cambios propiciados por la actual crisis. De entrada, por 100 euros la noche nos han incluido el almuerzo de los 4. El año pasado reformaron el bar-restaurante, cambiando de ubicación el bar para que el recepcionista de tarde pueda atender también el bar. Y, como no, han reducido personal. También las amenities, que se limitan a un dispensador de champú-gel de baño en la bañera y unas pastillas de jabón de manos. Al menos el papel higiénico sigue siendo suavecito :-)

Han tenido la gentileza de añadir otro colchón a la cama de mi hija, que se quejaba de que era demasiado blanda.

Desayuno consistente en:
- bollería (3 tipos a elegir del que sólo recomiendo las "lenguas") o un panecillo tostado con aceite y tomate rallado, foie-gras o mantequilla y mermelada de melocotón
- café o batido (de chocolate o vainilla)
- zumo de naranja recién exprimido.

Menos mal que la piscina sigue igual y este año no ha granizado y hemos podido aprovechar el bar de la piscina ;-P

  • Rinconcito donde muestran vinos de la zona, que se pueden adquirir allí mismo.

    Rinconcito donde muestran vinos de la zona, que se pueden adquirir allí mismo.

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