De nuevo la habitación 115, la única con acceso directo a la piscina. Esta vez agradecimos especialmente el aire acondicionado, ya que hizo muchísimo calor. Como el hotel estaba bastante lleno, el desayuno fue tipo bufet. Nada especial: croissants y magdalenas industriales, bollitos de pan bastante buenos, jamón york, queso en lonchas, mermelada, mantequilla, melón sandía, zumo de piña y zumo de naranja que preparaban al momento, al igual que el café.

Como siempre, servicio muy atento y de trato familiar. Incluso tuvieron el detalle de darnos un par de refrescos una madrugada que volvíamos de la feria casi a las 3.

Habitación para dos con desayuno incluido.

Pues eso, que esto de la crisis no perdona a casi nadie. En esta visita nos hemos encontrado algunos cambios propiciados por la actual crisis. De entrada, por 100 euros la noche nos han incluido el almuerzo de los 4. El año pasado reformaron el bar-restaurante, cambiando de ubicación el bar para que el recepcionista de tarde pueda atender también el bar. Y, como no, han reducido personal. También las amenities, que se limitan a un dispensador de champú-gel de baño en la bañera y unas pastillas de jabón de manos. Al menos el papel higiénico sigue siendo suavecito :-)

Han tenido la gentileza de añadir otro colchón a la cama de mi hija, que se quejaba de que era demasiado blanda.

Desayuno consistente en:
- bollería (3 tipos a elegir del que sólo recomiendo las "lenguas") o un panecillo tostado con aceite y tomate rallado, foie-gras o mantequilla y mermelada de melocotón
- café o batido (de chocolate o vainilla)
- zumo de naranja recién exprimido.

Menos mal que la piscina sigue igual y este año no ha granizado y hemos podido aprovechar el bar de la piscina ;-P

La directora ha cambiado, aunque sigue llamándose Lola :-) No he notado que haya cambiado nada más: mismo personal, mismo trato, mismas instalaciones,... El personal sigue siendo encantador. No tuvieron inconveniente en guardarme el vino que llevé y el que fui comprando... y fueron varias cajas ;-P

De nuevo la habitación 115. De nuevo la piscina con su agua a buena temperatura y su césped fresquito y mullido.

El precio ha bajado un poquito. También la cantidad de amenities en el baño. Nos informaron de que había varias promociones. Se nota la crisis.

Esta vez me he enterado de que venden vino. Me comentó uno de los camareros que no está mal de precio. No lo he comprobado.

Buen sitio para alojarse para los que deseen visitar Montilla y sus bodegas, aunque agosto no es el mejor mes. Normalmente te asas de calor, aunque esta vez incluso granizó.

Sólo conozco esta habitación. Es la suite que da a la piscina, lo mejor que tiene este hotel de 3 estrellas situado a la entrada de Montilla, pero a pocos minutos del centro. En la página web se pueden ver varias fotos de ella. Es bastante amplia y, a partir de las siete y media de la tarde, la piscina es prácticamente en exclusiva para los ocupantes de esa habitación, ya que en verano es temporada baja y no hay demasiados huéspedes alojados. Durante el día, la piscina está abierta, previo pago, al público en general. También dispone de pista de tenis.

Lo mejor es la noche. La habitación da a una terraza cubierta aneja a la piscina con mesas y sillas a disposición de los ocupantes de esa habitación. Es una delicia tomarse una copa al lado de la piscina mientras la brisa te hace olvidar los calores del día.

En la página web se pueden ver detalladamente los servicios, instalaciones,... El aire acondicionado es algo justo para mi gusto, pero es que Montilla es sumamente calurosa en verano.

Personal muy agradable y diligente.

El precio nos lo "apañaron" gracias a la familia que tengo allí... :-D