Recomendados por unos amigos, pasamos un fin de semana en este hotelito de Erill La Vall en el Valle de Boí. Excelente situación delante mismo de la iglesia románica del pueblo y en el centro del valle, lo tienes todo a mano.
Está muy bien dirigido por 2 nietos de la familia. Trato exquisito, te sientes como en casa. Habitaciones recientemente renovadas, con muy buen gusto por cierto, con TV LCD, parquet, calefacción, buenas camas y muy limpio. Baños modernos a la vez que rústicos, muy logrados, con secador de pelo, buena ducha, toallero con calefacción. No tienen ascensor.
En la planta baja hay una sala de estar pequeña pero muy acogedora con chimenea, lo compensa una terraza-jardín con impresionantes vistas del valle y el huerto de la família, en el restaurante sirven productos del mismo.
La comida excelente, cocina del país acompañada de platos más modernos, materia prima de primera y bien elaborada (se nota que hay uno de los chicos al cargo). El restaurante, tambien renovado, muy acogedor y muy bien atendidos por el otro chico, su madre y el resto de personal. No se puede fumar.
No dejeis de visitar su web, tienen una habitación doble especial, con bañera-doble, hidromasage y luces cromoterapia, estupenda !!
Todo un hostal con servicios de hotel. Volveremos muy pronto!!