Hotel en la arteria principal de la ciudad y a pocos pasos de la muralla que limita la ciudad vieja se encuentra el edificio del hotel. Tiene aparcamiento propio aunque fuera de temporada se puede aparcar en las calles cercanas.

Una recepción bien atendida y un comedor interior y con mesas en un patio interior al aire libre muy agradable para el desayuno que bien merece la pena.

Las habitaciones tienen buen tamaño y llama la atención un baño muy pequeño con ducha y WC pero con el lavabo fuera del baño y como una pieza más de la habitación lo que hace una muy rara estética.

Cama amplia y cómoda, buenas almohadas, armario suficiente, mesa de trabajo muy correcta y tele correcta.

El desayuno preparado en el momento de carácter casero con buena materia prima. Una alternativa es el bar justo enfrente al cruzar la calle. El hotel no da comidas ni cenas.

El precio es en fechas de feria.